Como sucede en estas épocas del año, es noticia a nivel nacional la aparición de incendios forestales en la zona de Córdoba, específicamente en lo que se puede denominar como Arco Noroeste Ampliado, un semicírculo que comienza en la zona norte del departamento Río Cuarto hasta el noreste provincial.
Allí, ineludiblemente el fuego causa estragos importantes en las poblaciones y bosques, afectando a comunidades enteras, y también a la flora y fauna además de cultivos implantados.
Andrés Costamagna es un veterinario experto en ganadería, pero también vocero de las rurales de este Arco Noroeste, quienes presentaron hace poco tiempo un exhaustivo informe técnico llamado “Estudio de Áreas Quemadas”, en el que se detallan los eventos catastróficos que se registran cada año.
Con ese estudio de base, y los focos activos hoy en día, el veterinario cordobés aseguró en diálogo con el noticiero de Canal 12 de esa provincia, que “cuando vos declarás muchas áreas como ‘reservas’, pero no tenés los recursos para manejarlas, claramente aumentás la cantidad de material combustible. Eso fue lo que pasó entre La Calera y Malagueño la semana pasada”, expresó el también integrante de Comisión Directiva de la Rural de Jesús María.
A su vez, Costamagna se refirió también a la cuestión política: “Lo que está sucediendo en Córdoba es que, por una cuestión política, está petrificada la Ley de Ordenamiento Territorial. Su aplicación no puede ser estática ya que, no sólo afectás al productor, sino también al ambiente por el riesgo de incendios”, alertó.
“Si dejan que aumente la cantidad de material que se puede prender, se va a prender. Y eso es lo que pasó. Lo vieron los cordobeses y cordobesas de la capital, porque sucedió cerca de Córdoba, pero es lo que venimos viendo en la estadística, lo que dice la ciencia. Y también vemos que hay, tanto del Gobierno Provincial, con el cual venimos dialogando desde 2018 para tratar de cambiar esto, como de la Justicia de la Provincia de Córdoba, aplicaciones sesgadas y amparos que no permiten que los cordobeses vayamos al cordobesismo este de cambiar las cosas”, declaró Costamagna, en referencia a los impedimentos que ponen los estamentos estatales de esa provincia, para modificar el esquema actual regulatorio.
Estas declaraciones del veterinario cordobés, tienen un sustento en el informe de Areas Quemadas, presentado a mediados de agosto, en el cual se resignifica la aparición de eventos de acuerdo a las regiones, y llamativamente la ocurrencia se da en zona de riesgo bajo:
“La zona de Riesgo 1, registró sólo 3 incendios con una superficie afectada de 55 ha. Le sigue la zona 2 con 50 incendios y 15.034 ha quemadas. Es decir que las zonas 1 y 2 que ocupan la mayor proporción de nuestra área de estudio representan apenas el 18.5 % de la superficie provincial afectada. Curiosamente, el 54.16 % corresponde a la zona 4 considerada como de riesgo bajo”, explica el informe de la SRJM respecto a las áreas afectadas.
Los cultivos agrícolas fueron los más afectados (46%), seguidos por los arbustales (26%), los pastizales nativos (12%), las pasturas implantadas (11%) y los bosques (5%). La zona serrana, donde aún se preserva la mayor proporción de vegetación nativa, fue en general la más afectada por los incendios. La mayor cantidad de incendios forestales y rurales sucedieron entre abril y octubre, aunque también se registraron muchos incendios en las épocas lluviosas, entre noviembre y diciembre.
Esta entidad gremial manifestó su preocupación respecto de las áreas afectadas por el fuego, pero también lanzó una queja directamente hacia el gobierno provincial.
“El mapa de puntos de calor generado muestra claramente que además de los incendios de los bajos inundables existe una concentración de incendios, de dimensiones variables que sigue la dirección de la zona serrana, más densamente poblada y que recibe una gran afluencia de visitantes producto de la oferta turística de nuestra provincia”, comienza explicando el informe de base para entender la problemática.
“Otro patrón distinguible, sobre todo en el sur provincial, es el alineamiento de puntos de calor en relación con rutas y caminos. Este agrupamiento puede deberse, por un lado, al mayor tránsito de personas que pueden encender fuegos ocasionales, y por otro, a la presencia de basurales clandestinos que se encienden de manera espontánea o intencional. Nuevamente, es el gobierno provincial, responsable del manejo del fuego, quien debería ordenar el manejo de los residuos sólidos urbanos minimizando, de esta manera, el riesgo que representan como potencial fuentes generadoras de incendios rurales”, declara la SRJM.