A comienzos de la semana pasada se llevaron adelante dos allanamientos en la provincia de Salta, uno de ellos en una finca ubicada en la localidad de El Galpón y otro en un edificio en construcción en la localidad de Metán, tras una denuncia por trata y explotación de cosecheros. El operativo policial derivó en el “rescate” de 66 peones rurales, reclutados de la comunidad Wichi, y cobró relevancia porque una de las empresas acusadas es Padilla Citrus, propiedad de Pablo Padilla. Se trata nada menos que del presidente de la Asociación de Citricultores del NOA (ACNOA).
“Vivían en condiciones deplorables ya que el lugar no contaba con las condiciones mínimas e indispensables para su alojamiento, exponiéndolos a las inclemencias climáticas, a una extrema carencia alimenticia y de servicios básicos”, informó la Policía de Salta luego de los allanamientos.
Bichos de Campo se contactó con Pablo Padilla para constatar la información.
“Ha habido un procedimiento en un albergue donde residían contratistas. Nosotros no tenemos la obligación de darles vivienda, pero si de tener trabajadores registrados, pagar lo que dicen los convenios colectivos de trabajo y lo estamos haciendo, incluso un 5% por arriba de lo que dice el convenio para cosecha de citrus. Todos nuestros trabajadores están registrados y bancarizados para evitar que un punteo o pícaro agarre la plata de los trabajadores. Ellos cobran entre dos veces y dos veces y media el salario mínimo vital y móvil”, dijo el empresario a este medio.
“Hemos sufrido por esta situación más de 5 inspecciones en la última semana. Vino AFIP, el Inadi, gente de Trabajo de la provincia de Salta. Hoy el establecimiento está funcionando normal, la cosecha continúa de forma normal”, agregó a continuación.
-Según usted aún no se constató que esas 66 personas estuvieran en esa situación.
-Exacto. Nosotros tenemos 1500 cosecheros registrados, se imagina que no vamos a tener a 66 esclavizados o bajo trata de personas. No tiene sentido la denuncia. Creemos que hay un móvil de otro tipo. Suena bien pegarle al presidente de la Asociación Citrícola del NOA y sacar fotos en los diarios.
-¿Qué otro móvil podría existir detrás?
-Entre dirigentes locales me parece que hay enfrentamientos. Uno de ellos era dueño de uno de los alojamientos de los cosecheros. En un pueblo donde hace diez años no había trabajo y hoy usted tiene su salario de manera formal en su cajero, hay gente que evidentemente empieza a dejar de tener influencia sobre aquellos más carenciada y le debe molestar.
Padilla indicó que aguardan tener una reunión con el gobierno provincial para interiorizarse en la causa y seguir adelante con una investigación de oficio.
“Hasta ahora no entendemos qué es lo que ha pasado. De hecho en la última inspección fue gente de Protección a la Trata de Personas y hasta los cosecheros se vieron molestos por no poder trabajar tranquilos. Es todo muy raro”, afirmó el empresario.
La otra empresa denunciada es Dynamic Agroservices dedicada a “servicios de contratistas de mano de obra agrícola”, con quien Padilla señaló haber trabajado en otras oportunidades sin problemas.