Que la ley de Emergencia Agropecuaria es una herramienta de política pública desfinanciada y obsoleta es una verdad de Perogrullo: la ayuda a los productores afectados por el clima siempre resulta escasa, es poca y usualmente llega tarde. Lo que está sucediendo en la alejada provincia de Santa Cruz es quizás la mejor evidencia de lo dicho.
Cuenta un cable de la agencia Télam que el Gobierno de Santa Cruz, a cargo de Alicia Kirchner, distribuyó unos 200.000 kilogramos de alimento balanceado (200 toneladas, unos diez camiones) entre 140 estancias que crían ovinos en este extremo austral de la estepa patagónica. ¿Y por qué? ¿No había suficiente pasto en los campos para sostener las ovejas y se necesitaba esta suplementación? Bueno, no…
En realidad todo eso sucedía el invierno pasado, hace un año. En aquel momento las intensas nevadas caídas sobre la Patagonia afectaron severamente la actividad ovina y provocaron una alta mortandad de hacienda por falta de alimento.
Por eso razón, en agosto de 2020 la Comisión Nacional de Emergencias y Desastre Agropecuario recomendó declarar la emergencia agropecuaria para Santa Cruz. “A raíz de nevadas extraordinarias –explicó en ese momento el Ministerio de Agricultura-, se afectaron las explotaciones rurales vinculadas con la actividad ganadera de los departamentos Lago Buenos Aires, Río Chico, Lago Argentino, Magallanes, Corpen Aike, Deseado y Guer Aike”.
Más allá de las prórrogas en vencimientos crediticios e impositivos que establece dicha declaración para los productores afectados, la Ley de Emergencia dispone de un fondo para socorrer a quien lo necesite, que desde 2009 (fecha de actualización de la ley) está clavado en 500 millones de pesos, que cada año se van desvalorizando y alcanzan para menos cosas. Una porción de ese dinero llegó a Santa Cruz con mucha demora.
Después de la gran nevada pasó la primavera, el verano, el otoño y nuevamente llegó el invierno, que por suerte no es tan crudo como el anterior.
“En el marco de la emergencia agropecuaria declarada en Santa Cruz por las condiciones del invierno anterior, que afectó a todos los departamentos provinciales en más o en menos, el Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Nación proveyó fondos para que se atenuaran esos daños en el marco del programa de atención a fenómenos climáticos y de emergencia”, informó Javier De Urquiza, presidente del Consejo Agrario Provincial (CAP), en diálogo con Télam.
Es decir que la plata llegó un año después de la emergencia.
El fondo de Emergencia Agropecuaria quedó desactualizado y desde 2009 se sub-ejecuta
El funcionario de Alicia Kirchner precisó que los fondos asignados para esta compra suman “12 millones de pesos”, sobre un monto total previsto de 40 millones de pesos. Con esa plata se decidió comprar alimentos. El balanceado fue distribuido en establecimientos rurales a través de las sociedades de Perito Moreno, Puerto Deseado, Puerto San Julián, Gobernador Gregores, Piedra Buena, Río Gallegos y El Calafate.
De Urquiza explicó que “se está entregando esta mercadería, que consiste en alimento balanceado, porque pensamos que aunque este año no hayamos tenido inclemencias climáticas esto sirve muy bien para un modelo productivo en el que, utilizando estos productos, se puede mejorar la subsistencia y calidad de los animales”.
Se refería a los que sobrevivieron al invierno anterior, claro.