Informes recientes dan cuenta de que el productor tiene ganas de hacer trigo, con cierto ánimo de revancha por los fuertes daños que le viene propinando la sequía, y por eso algunos analistas estiman un área de 6,5 a 6,8 millones de hectáreas. Pero del dicho al hecho hay un largo trecho.
Los productores en la última campaña del cereal perdieron mucho dinero porque la sequía redujo la cosecha a poco más de 12 millones de toneladas, el 45% de lo que se suponía se iba a cosechar. En la campaña 2021/22 se había cosechado además el recórd de 22,5 millones.
Luego de la muy mala experiencia del último verano, y ante la inminencia del inicio de la siembra de trigo y cebada, los productores están a la espera de que se den las condiciones climáticas necesarias. Caso contrario no se sembrará lo que algunos están previendo.
Desde la Red GEA alertaron que “en las encuestas se sigue señalando una baja en la intención de siembra, con un rango que va de 15 a 60%. También se destaca la enorme necesidad que hay por hacer trigo y la gran falta de agua en los perfiles”.
En su informe semanal, los técnicos que estiman las siembras desde la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) indicaron que los ingenieros y agricultores consultados destacan continuamente a la necesidad de agua en el perfil para que se consolide esta apuesta por la nueva siembra.
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“La situación es muy crítica, hay una gran necesidad económica de hacer el cultivo. Pero no hay margen de error. No se puede sembrar si no está la humedad necesaria”, dijo por ejemplo un técnico de Cañada de Gómez”.
Desde Bouquet avisaron: “El suelo está seco. En los primeros centímetros del primer metro hay algo de humedad, pero en profundidad, hasta el segundo metro no hay nada. Si no hay lluvias realmente importantes, la intención de siembra triguera será un 60 a 80% menor al año pasado”.
Desde los alrededores de Rosario dijeron: “Una tercera parte de los productores le tiene terror al trigo por la inversión que se hizo el año pasado y el fracaso productivo que dejó y no lo va a sembrar. Otro tercio sí -al menos para multiplicar semilla-; y del tercio restante, una mitad está expectante por las lluvias de mayo y podría hacerlo”.
Los analistas de la Red GEA añadieron que desde lo agronómico la recomendación es sembrar el trigo con “agua útil superior al 65% (medida entre 1 y 1,8 metros de profundidad) porque de esta manera la probabilidad de que el cultivo experimente un déficit hídrico durante su ciclo es baja y hay una alta correlación con buenos rindes”.
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Y eso es jutamente lo que no tienen los suelos donde se debería sembrar el cereal, sin lluvias importantes y a medida que pasen los días corre más riesgo que la campaña triguera no sea la que el sector esperada y en muchos caso se necesita para comenzar a revertir los problemas economicos que deja el ciclo agrícola 2022/23.
La Red GEA agregó que admeás “el panorama es muy complejo para el trigo 2023/24, porque se le suma el problema para financiar el capital de trabajo requerido”.