“Si no ganan plata, vendan el campo y dedíquense a otra cosa”, suelen decir los infantiles militantes libertarios en las redes sociales cuando -para defender la gestión de Javier Milei-, salen al cruce de los productores que a lo largo de todo 2024 (pero más especialmente en los últimos meses) se vienen quejando de los malos resultados económicos que ofrece la actividad agropecuaria.
Ojalá fuera tan sencillo en el rubro agropecuario cambiar de empleo como puede llegar a suceder en la ciudad cada vez que una paritaria desazona a los trabajadores y los hacen perder capacidad adquisitiva, porque sus salarios suben menos que la inflación. Ojalá no hubiese tantos condicionantes (para empezar, no es fácil deshacerse de un campo productivo) o que sea cuestión de horas tomar la decisión de cambiar de rubro o de cultivos. Eso es algo que también suelen sugerir el Gordo Dan y sus acólitos, al recomendar a un productor de Pergamino, por ejemplo, que produzca cerezas.
Pero nada es tan sencillo en el campo como lo imaginan algunos.
Lo cierto es que la paritaria agropecuaria 2024 fue decididamente mala para la inmensa mayoría de los productores, y no solo los de soja que sufren un extremos de retenciones del 33% (que quiere decir que el Estado les arrebata un tercio del total de sus ingresos).
Entre los grandes rubros, hubo únicamente una actividad productiva que obtuvo una mejora de sus ingresos que le permitiera superar la inflación o el costo de vida, que en la medición del INDEC creció casi 118% a lo largo de 2024. El resto quedó por detrás. Es decir que el salario o ingreso de los productores perdió poder adquisitivo.
Desde RIA Consultores, el agrónomo y ex subsecretario de Mercados Agropecuarios Javier Preciado Patiño se ocupó de comparar los precios de algunos alimentos básicos contra la inflación, así como también las variaciones anuales en los precios de los commodities. Su conclusión fue más que evidente, pues “en el primer año de la gestión de Milei, los granos tuvieron una ínfima variación y los principales alimentos quedaron bien por debajo del 118% del IPC acumulado”.
En el gráfico resumen puede observarse que solo un producto (la leche fluida) subió más arriba del promedio de los precios de la economía, pues acumuló 137% de aumento contra 118% del IPC general. Esto coincide con que el sector tambero, lejos de las quejas de otros momentos históricos, atraviesa un buen año en materia de precios al productor.
Pero Preciado Patiño apuntó que “contra el 117% del IPC, todos los cortes de carne vacuna que mide el INDEC estuvieron en torno al 72%”. Es decir que los ingresos de la cadena ganadera quedaron casi 40% retrasados. En una paritaria sindical convencional, eso sería escandaloso.
Otros alimentos básicos que no llegaron igualar la inflación fueron la harina de trigo y el aceite de girasol, que también aumentaron en 2024 en la franja del 70%.
Un escalón más arriba aparecen -siempre medidos por el propio INDEC- el pan francés, la carne de pollo y los huevos, que subieron el año pasado entre 90 y 100%, pero también se ubicaron unos cuantos puntos por debajo de la inflación anual.
Para el titular de RIA, en este contexto, “claramente, no han sido los alimentos los que empujaron la inflación a lo largo de 2024″.
Pero mucho peor, en este retrato de época, es la situación de los productores de granos, que además son los que sufren la persistencia de las retenciones más elevadas. Los granos se exportan o se consumen localmente, como materia prima para la producción de los alimentos (carne, leche, pollo, huevos o aceite).
Desde diciembre de 2023, luego de la devaluación con que arrancó el gobierno de Milei, hasta diciembre de 2024, el precio del trigo en pesos tuvo una modesta en torno al 10%, es decir que subió 10 veces menos de lo que aumentó el pan francés. En tanto, la harina común 000 de 1 kilogramo aumentó casi 7 veces, reflejando una estructura de costos muy diferentes entre panaderías, industrias y agro, apuntó el consultor.
En tanto, a lo largo del año pasado el maíz marcó una suba de solo 25% y la soja de apenas de 6%, siendo ambos granos las fuentes de proteína vegetal y carbohidratos más usada para producir proteína animal.
“Suponiendo un mix 20% de aumento en la ración, los derivados aumentaron no menos de 4 veces más”, definió el consultor agropecuario, para quien la moraleja es más que clara: “el aumento del precio de los granos impacta marginalmente en el precio de los alimentos” y “esto quiere decir que, ni aumentar los DEx va a hacer bajar los precios de los alimentos ni eliminarlos va a generar inflación, en forma significativa”.