Lisandro Pacioni es una de esas personas que, lejos de casarse con una idea o proyecto de vida, exploran cientos de alternativas hasta que “la pegan”. Justamente, lo curioso de su caso es que ese éxito llegó a la primera y de forma inesperada, cuando se convirtió en un empresario de almohadas en Australia; pero su búsqueda siguió hasta que volvió a sus raíces y creó su propia “app” para que confluyan productores y contratistas en un sólo lugar.
Este joven economista, oriundo de Pigüé, pasó gran parte de su vida fuera del país y se la rebuscó con negocios poco convencionales. Convencido por un australiano en un ascensor, creó una empresa de almohadas, que llegó a tener 60 empleados. Luego, se metió de lleno en la venta de muñecos y robots para las facultades de medicina, hasta que abrió una distribuidora de libros que operaba en Latinoamérica, el Caribe y África.
Un poco por casualidad, y otro tanto por deseo, luego de la pandemia regresó a su pueblo natal del sudeste bonaerense, donde su familia aún trabajaba el campo como siempre lo hizo, y decidió apostar de lleno a eso. ¿Poniéndose las botas y subiéndose al tractor? No necesariamente, sino con lo que siempre se le dio bien: emprendiendo.
Así nació Malevo, una aplicación para celulares que busca resolver los dolores de cabeza detrás de la contratación de servicios agrícolas, algo que siempre vio de primera mano, pues su padre es contratista y productor y Lisandro lo vio renegar una y otra vez con los mismos problemas.
“Es un mercado enorme, pero que se sigue manejando de manera analógica e informal, lo que, combinado con una demanda tan estacional, genera cuellos de botella”, describió. Por eso, decidió crear una plataforma que funcione como “marketplace”, es decir, un “Mercado Libre de contratistas”, en la que confluya la oferta y demanda de servicios y a la vez se acceda a financiamiento.
Y no es una idea menor, considerando que en ese tipo de trabajos suele haber desorganización, fruto de que mucho se acuerda de palabra, y eso redunda en pérdidas importantes. “Las mermas se estiman entre un 12 y un 15% por campaña, más de 3.600 millones que no producimos por hacer el laboreo a destiempo”, explicó el empresario.
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En resumidas cuentas, cualquier productor que necesite de un contratista, con cierto servicio o maquinaria específica, puede hacer una solicitud en Malevo, donde las empresas registradas pueden aplicar. Pero, además, resuelve un aspecto clave, que es la forma de pago: en vez de hacerse por cheques, el productor puede recibir un financiamiento bancario de hasta 365 días, mientras que al contratista el dinero le ingresa en 72 horas.
Precisamente esa solución económica, que permite al productor pagar luego de la cosecha y al contratista cobrar por adelantado, es la que les ha permitido atraer a muchos usuarios. Hoy cuentan con más de 1000 registrados y, estiman, tienen un rango de más de 3 solicitudes por cada oferta.
Mirá la entrevista completa:
En muchos sentidos, Malevo fue para Lisandro una forma de conectar su pasión por los negocios con su sangre, y a la vez volver sobre mucho de lo que vivió en su infancia.
De hecho, el nombre de la “app” es el de uno de sus primeros perros, y lo eligió, dice, porque “volver a Argentina fue volver a estar en contacto con con ese que era hace 20 años”. Esa misma persona que había visto a su padre lamentarse porque no había pasto para las vacas, o porque no cerraban las cuentas, pero que, al regresar, pudo valorar el potencial que tiene el campo argentino y hacer su aporte.