En algún momento de la charla, mientras Víctor Veik explica con fervor las particularidades de los suelos vertisoles, su hijo Adriel escucha atento. Con apenas unos años, ya muestra un interés genuino por el campo y dice que, algún día, le gustaría dedicarse a lo mismo que su padre. Veik sonríe y sigue hablando, porque lo que tiene para decir es importante.
Asesor agronómico del centro de Entre Ríos, Veik es famoso en las redes sociales por compartir su contenido de campo. Allí expone muchos temas que son de interés para los productores de la zona, pero también de otros lares. Sus miles de reproducciones en Tiktok dan cuenta de ello.
Es por esto que aprovechamos la reciente edición de EnBio, la muestra a campo dedicada a los insumos biológicos, para charlar sobre su experiencia con este tipo de productos.
@ingevictorveik♬ sonido original – Ing. agrónomo Víctor Veik
Veik, bajo la atenta mirada de Adriel, comienza explicando que los vertisoles, son suelos con un alto contenido de arcilla, de entre un 40 y 50%. “Imaginate una vasija”, dice, “porque las vasijas se hacen con arcilla”. Esa composición les da características únicas: absorben el agua de una manera distinta y requieren un manejo ajustado a su naturaleza. Tienen una gran capacidad de retención hídrica, pero también pueden generar problemas de anegamiento si no se los maneja bien. Su comportamiento es muy diferente al de los suelos de la Pampa Húmeda, lo que exige estrategias de producción específicas.
Históricamente, estos suelos fueron considerados más problemáticos para la agricultura convencional. La compactación, la baja infiltración en determinados momentos y la dificultad para lograr estabilidad en los rendimientos, generaron cierto escepticismo entre los productores. Pero las nuevas tecnologías y enfoques de manejo han demostrado que estos suelos pueden ser altamente productivos si se los trabaja con un criterio sustentable.
Con 18 años de experiencia como agrónomo, Veik trabajó con productores en el centro de Entre Ríos, aprendiendo a leer y manejar estos suelos. “Siempre asesoré en esta zona caracterizada por los vertisoles fuertes”, explica. La clave, según él, está en el manejo integral: rotaciones bien pensadas, cultivos de cobertura estratégicamente incorporados y el uso de insumos biológicos para potenciar la actividad microbiana del suelo.
La rentabilidad es un tema central. Sobre todo en esta campaña, los márgenes agrícolas representan el principal tema del sector. Es entonces que cobra mayor importancia la cuestión del tiempo, ya que probar nuevas tecnologías y esperar resultados, redunda en campañas, que los productores no tienen. Los resultados tienen que estar a la vista cuanto antes.
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“La degradación del suelo hace que los rendimientos sean estables o tiendan a la baja”, advierte Veik. Y en un contexto de márgenes ajustados, nadie puede esperar demasiado tiempo para ver resultados. “En la Pampa Húmeda, un productor puede tardar cinco o seis campañas en notar mejoras significativas cuando adopta prácticas sustentables. En los vertisoles de Entre Ríos, en cambio, los resultados aparecen en apenas dos campañas”, asegura ante el micrófono de Bichos de Campo.
La velocidad de respuesta es una de las principales razones por las que los insumos biológicos vienen ganando terreno. La Cámara Argentina de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (CASAFE) estimó recientemente que el mercado de biológicos alcanzó un valor total estimado de 124,2 millones de dólares, lo que representa un crecimiento del 10,9% en comparación con el año anterior.
Ante este panorama, Veik vuelve al lote y afirma: “Lo primero que logramos es captar más agua útil, es decir, el agua que realmente entra en el suelo y después se transforma en grano. Y lo segundo, frenar la erosión hídrica, que nos roba fertilidad y genera pérdidas económicas enormes”.
Mirá la entrevista completa con Victor Veik:
Además, según el popular especialista, la mejora en la estructura del suelo permite reducir la dependencia de fertilizantes sintéticos y agroquímicos. “La incorporación de cultivos como la vicia, que aporta nitrógeno, nos permite hacer maíz tardío con mucha menos cantidad de fertilizante. Eso reduce el riesgo económico y nos da estabilidad en los rendimientos”, señala.
Esa respuesta rápida, medible y económicamente justificable, es la que impulsa a productores de la región a probar nuevas estrategias. “Cualquier productor que se anime a probarlo, en muy poco tiempo ve las ventajas del sistema”, asegura Veik.
Claro que, como en todo, hay quienes dudan. “El que quiere cambiar, lo siente adentro. Si un productor cree que está bien como está, por más que le pongas los datos enfrente, no va a hacer el cambio”, dice.
Mientras tanto, Adriel sigue observando con atención a su padre, absorbiendo cada palabra. Quizás todavía no entienda del todo por qué Víctor habla con tanta pasión sobre la salud del suelo, pero lo que es seguro es que el campo lo llama. Seguramente para su generación, la discusión respecto a los tiempos y la eficacia de los biológicos, sea un debate antiguo y sin sentido.