Visitar viveros siempre resulta una experiencia enriquecedora, ya que permite conocer de cerca todo lo relacionado al mundo de la jardinería. En una de sus visitas al Vivero Yvyrá, los aficionados a las plantas nativas tuvieron la oportunidad de aprender algunos secretos muy útiles, como el proceso para sembrar semillas de ceibo, la flor nacional de Argentina.
Compartimos el tutorial del Vivero Yvyrá sobre ¿Cómo sembrar ceibo de semilla?
El ceibo, una planta perteneciente a la familia de las Leguminosas, se caracteriza por tener semillas con una capa externa altamente impermeable. Esto significa que, sin un tratamiento previo, la semilla no absorberá agua y no podrá germinar. Por eso, es fundamental conocer algunos trucos para asegurar el éxito del proceso.
Un corte estratégico: Al observar la semilla, se puede notar una especie de “cicatriz” (llamada hilo) por donde comenzará a salir la raíz. Con mucho cuidado, se recomienda realizar un pequeño corte en uno de los extremos de la semilla. Este corte permitirá que el agua penetre y active el proceso de germinación.
Hidratación: Las semillas deben colocarse en un recipiente con agua y dejarse reposar durante 24 horas. Al día siguiente, se verá que las semillas se han hinchado y agrandado, lo que indica que se han hidratado correctamente.
Preparación del sustrato: Se debe utilizar una bandeja de siembra con un sustrato suelto, como una mezcla de perlita, turba y fertilizante. Luego, se colocan las semillas en la bandeja y se cubren con 1 o 2 cm de tierra.
Riego y paciencia: Es fundamental regar bien las semillas y colocar la bandeja en un lugar luminoso y protegido. En unos 7 a 10 días, las primeras plantitas comenzarán a aparecer, señal de que el proceso de germinación va por buen camino.
Momento de transplantar: El momento ideal para trasplantar las plantitas es cuando, al levantar la planta, las raíces sobresalgan de la tierra. En ese momento, deben cortarse las raíces sobrantes, aflojarse el tubete con un palito y sacar la planta con mucho cuidado. Luego, se debe trasladar a una maceta más grande, donde continuará su crecimiento definitivo.
En éste video de De Raíz, se ve el paso a paso..
El ceibo, también conocido como seibo, seíbo o bucaré, es una especie característica de los bosques en galería de América, especialmente de la Argentina, en la zona del Litoral, Uruguay, Brasil y Paraguay. Se encuentra principalmente en las riberas del Paraná y del Río de la Plata, aunque también crece en zonas cercanas a ríos, lagos y pantanos. Este árbol es conocido por su madera blanca amarillenta y muy blanda, que se utiliza para fabricar productos de peso reducido. Sus grandes flores de color rojo son utilizadas para teñir telas, pero además, por su belleza, cumplen una función ornamental, motivo por el cual se encuentra cultivado en paseos, parques y plazas.
El nombre genérico del ceibo es Erythrina, que proviene del griego “erythros”, que significa rojo, en referencia al color de sus flores. Su nombre específico, crista-galli, hace alusión a la cresta del gallo, ya que la forma de la flor recuerda a esta parte del ave. El ceibo puede alcanzar entre 6 y 10 metros de altura. Su tronco es tortuoso y poco desarrollado, con una corteza gruesa, de color pardo grisáceo, muy rugosa y con profundos surcos. La floración se produce entre octubre y abril, en inflorescencias arracimadas que destacan por su color rojo brillante.
En 1942, la flor del ceibo fue declarada Flor Nacional de Argentina por Decreto Nº 13.847, reemplazando a la magnolia, que había sido seleccionada previamente pero descartada por ser una especie no autóctona del país.
En cuanto a su ficha botánica, el ceibo pertenece a la familia de las Fabáceas o Leguminosas. Es un árbol nativo que puede alcanzar una altura de 4 a 8 metros, con un diámetro de copa de 5 a 6 metros. Su copa es extendida, tortuosa y con ramas retorcidas que cuentan con aguijones. El follaje es denso, de hojas compuestas trifoliadas de color verde oscuro y textura media, que son caducas. Su floración ocurre en primavera, verano y principios de otoño, con flores carnosas de color rojo carmín que crecen en racimos. Además, el ceibo produce una legumbre subleñosa, arqueada, de unos 10 cm de largo, de color castaño negruzco, que persiste hasta fines del invierno.
El ceibo se propaga por semillas, gajos o estacas leñosas. Las semillas tendrán mejor germinación si se desgastan con una lija fina y luego se dejan en remojo durante 24 horas antes de sembrarlas en primavera. Las estacas leñosas deben tomarse durante la época de reposo de la planta. Este árbol crece rápidamente y prefiere la exposición al sol. Además, es sensible a las heladas, por lo que se recomienda proteger el tronco durante los primeros años en zonas expuestas.
En cuanto a sus interacciones con la fauna, el ceibo atrae a picafloras. Es una excelente opción para parques y jardines, así como para los bordes de estanques y lagunas. Gracias a su corteza rugosa, puede servir como soporte para plantas epífitas, como las orquídeas. Sin embargo, el ceibo puede sufrir el ataque de algunas plagas y enfermedades, como la roya o la agalla del ceibo, causadas por el hongo Ravenelia platensis. Este hongo aparece como masas pulvurulentas de color castaño, y las agallas jóvenes tienen una consistencia carnosa, mientras que los tumores viejos se vuelven lechosos. También es susceptible al ataque de pulgones, cochinillas y arañuelas rojas.