Sabemos el dolor de cabeza que produce la presencia de hormigas en el jardín. Desde De Raíz siempre estamos investigando sobre los problemas que atañen a la jardinería. Por eso fuimos a consultar a la Ingeniera agrónoma Patricia Costantini, experta en plagas y enfermedades del jardín.
Hablemos de las hormiga negras comunes: Acromyrmex lundi. Son insectos podadores que cortan partes de las plantas con sus mandíbulas muy desarrolladas y las llevan a sus hormigueros donde las depositan en una cámara de fermentación en la que se desarrolla un hongo que luego pasa a ser su verdadero alimento.
Generalmente, cuando está el tiempo seco, estas hormigas buscan brotes tiernos y cuando está muy húmedo eligen material más maduro. Cortan hojas y tallos tiernos pero también flores y frutos en formación, provocando graves daños en almácigos y plantas jóvenes. Cuando está por llover su actividad es más intensa.
Se sienten atraídas hacia algunos insectos como los pulgones a los que les extraen jugos ordeñándolos. Las hormigas los protegen y también los transportan a otras partes de la planta para que sigan succionando savia. Es un ejemplo de mutualismo.
Hay plantas que suelen ser más atacadas por las hormigas, tales como los jazmines, azaleas, Prunus, Citrus, hortensias, rosas, plantines florales y plantas de huerta, entre otros. El daño de la hormiga se distingue como una mordida sobre el borde de la hoja, y siempre comienzan por los bordes. Hay veces que pueden llegar a causar defoliación total, quedando la planta muy debilitada.
Los métodos de control más efectivos son los cebos, que ellas mismas llevan al hormiguero e infectan el hongo que comen, lo que terminará con la colonia. Estos cebos se disponen al costado de los caminos, no muy cerca de la boca del hormiguero y no se deben tocar con la mano para no trasmitir nuestro olor por un lado, pero por seguridad también. Tampoco se deben humedecer para no afectar sus propiedades, por lo que no se recomienda usarlos si está por llover o si el suelo está húmedo.
Hay unos dispositivos que se clavan en la tierra y en cuyo interior se coloca el cebo para evitar este problema con la humedad. Su efecto tarda de 3 a 4 días, por lo que si ya están dañando mucho una planta tendremos que controlar con algún hormiguicida.
Dentro de los hormiguicidas hay diferentes productos que se diluyen en agua aunque también vienen en polvo. Se pueden usar en forma preventiva generando un círculo cerrado alrededor de las plantas a proteger, o se puede aplicar directamente a las bocas y caminos.
Hay barreras que se colocan en el tronco e impiden que las hormigas puedan subir y llegar al follaje, pero debemos fijarnos que no haya conexión de la parte aérea con el tutor ya que pueden subir por el mismo y desplazarse por la sujeción del mismo. Las barreras pueden ser de diferentes tipo con esponjas que se pueden impregnar en algún producto que las mate o espante.
Entre los métodos naturales funciona muy bien el purín de frutos de paraíso, que se realiza poniendo frutos maduros en agua por más de una semana para que fermente. Este purín se cuela y se puede regar alrededor de las plantas para alejar a las hormigas. También son útiles productos como el paraíso ya preparado a partir de líneas de productos naturales y la tierra de diatomeas.
Hay cebos y hormiguicidas para diluir en agua desarrollados a partir de un hongo entomopatógeno: Beauveria bassiana, que actúan como biocontrolador. También los granos de arroz partido funcionan como cebo, sobre todo si se impregnan con algún jugo cítrico y se lo espolvorea con sulfato de cobre. Y dentro de los principios activos que se usan en los formulados químicos figura el Fipronil, pero se está prohibiendo por el grave daño que provoca a las abejas.
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