En Trevelin, Chubut, las plantaciones de tulipanes atraen a miles de turistas, quienes se deleitan con un espectáculo natural único. El equipo de DeRaíz fue parte de esta experiencia junto a un grupo diverso de mujeres de distintas edades y ocupaciones, todas compartiendo un amor profundo por la naturaleza.
El año pasado, el equipo de DeRaíz exploró la Patagonia argentina, específicamente Trevelin, un lugar de la provincia de Chubut conocido como “el pueblo del molino”, nombre que proviene del galés: “tre” significa pueblo y “velin” molino. Este encantador destino, con una fuerte herencia galesa, se ha enriquecido tanto por su geografía y paisaje como por la interacción con pueblos originarios y la influencia de inmigrantes de otras nacionalidades. Trevelin se destaca por su carácter productivo, desde los antiguos molinos hasta los viñedos jóvenes, y en años recientes, también por una creciente migración interna de personas en busca de una vida más cercana a la naturaleza.
Al recorrer sus calles, adornadas con ciruelos en flor, los visitantes pueden apreciar el esplendor del valle modelado por los ríos Percey y Futaleufú. Tras explorar este pintoresco pueblo y el imponente Parque Nacional Los Alerces, llega el momento de sumergirse en el magnífico “Campo de Tulipanes”, una de las mayores atracciones que lleva a miles de turistas a visitar esta región de la Patagonia. Las plantaciones de tulipanes atraen a miles de turistas, quienes se deleitan con un espectáculo natural único.
La experiencia de ver los campos tapizados de tulipanes en una impresionante paleta de colores, rodeados de montañas nevadas, es incomparable. Durante la visita, Juan Carlos Ledesma, miembro de la familia propietaria de esta finca, compartió su conocimiento sobre el cultivo de esta flor emblemática y revela algunos secretos para su éxito.
Mirá la nota:
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Los Ledesma son una familia que ha trabajado estas tierras desde hace varias generaciones: El bisabuelo materno de Juan Carlos adquirió la finca en 1920 para plantar trigo, y su abuela la utilizó para producir manteca. Hace 27 años, Juan Carlos y su familia tomaron el relevo y transformaron la finca en un emprendimiento centrado en los tulipanes.
Originalmente la actividad se basaba en la producción de bulbos para la exportación, pero con el tiempo evolucionó hacia el mercado interno, diversificando la oferta con más variedades de tulipanes. En la actualidad, más de 2.800.000 tulipanes de diferentes colores cubren las tres hectáreas de la finca, convirtiendo el lugar en una verdadera atracción turística durante el mes que permanece abierta al público.
El proceso de cultivo es meticuloso: los bulbos se plantan en otoño, brotan en agosto y florecen en octubre, llenando el campo de color hasta noviembre, cuando se cortan las flores. Los bulbos se cosechan en verano y se preparan para la próxima temporada; aquellos de tamaño comercial se venden, mientras que los otros vuelven a la tierra. Esta organización permite una floración extendida, gracias a la diversidad de las tres familias de tulipanes que se cultivan en la finca.
Para quienes deseen replicar el cultivo en casa, Ledesma recomienda llevar los bulbos a temperatura ambiente hasta abril, refrigerarlos un mes en una bolsa de madera, y plantarlos en invierno en tierra con buen drenaje.
¡No cometas el error de no visitar este lugar en su temporada de esplendor! Para disfrutar al máximo, asegúrate de programar tu viaje en la época correcta y vivir la magia de los tulipanes en Trevelin. En DeRaíz encontrarás varias otras notas relacionadas.
Juan Carlos Peralta (como dice el titulo ). o Juan Carlos Ledesma gestiona el campo?
Precioso.