El equipo de De Raíz visitó a María Emilia González en su establecimiento ubicado cerca de General Rodríguez. Emily, trabaja en el emprendimiento que heredó de su papá, con quien además comparten la pasión y el amor por la jardinería. Es así que fuimos conocerla y nos encontramos con una pulga con la fuerza y empuje de un león.
Emily supo como llevar adelante el legado de su papá, la producción de sustratos orgánicos, y le dio una vuelta para que la comercialización del compostaje sea un hecho. Desde conseguir los proveedores de desechos, manejar el tractor para mover la pila de compost y hasta el embolsado de los productos. Ella está en cada detalle.
Mirá la entrevista completa:
Resulta que en La Compostera de Emily se hacen dos cosas claves para la jardinería: por un lado existe una economía circular, ya que utilizan desechos de diferentes industrias, el estiércol de los caballos de polo, ramas de poda urbana y paja que se usa para el cultivo de gírgolas y champiñones, entre otros miles de residuos que van descubriendo y que pueden transformase en sustratos útiles para la jardinería.
Cada uno de esos sustratos lleva una ardua investigación que hace Emliy, con prueba y error de temperaturas, texturas y más. Una vez segura del método de compostaje, lo empieza a comercializar.
Otra punto clave es que en este lugar encontramos todas las enmiendas necesarias para mejorar el suelo que vamos a sembrar, un tema super importante en el arte de cultivar. El emprendimiento comercializa Cama de champi; Bokashi; Compost; Perlita; Tierra abonada; Corteza y Cactus y suculentas
Si querés aprender más sobre secretos de compost de la mano de Emily, te recomendamos seguir leyendo en este nota de De Raíz.
“Cuando uno hace una compostera urbana se trata de equilibrar la relación de nitrógeno – carbono”, resaltó Emily. Es por eso que “cuando uno tiene mucha humedad se recomienda colocar materiales ricos en carbono, por ejemplo cartón de maple de huevo u hojas secas, que podemos conseguir en una plaza. De esa manera se absorbe el exceso de humedad de algunos materiales que la generan, como pueden ser las cáscaras de frutas o verduras”.
La primera etapa en la elaboración del compost es mesófila, donde la temperatura es ambiente y a medida que las bacterias degradan los componentes, se pasa a un estadío termófilo. Puede llegar a 60º donde se matan patógenos. En esa etapa se comienza a voltear, es decir a mover, rotar o trasladar, porque las bacterias necesitan oxígeno para seguir el proceso y no generar putrefacción.
Luego se vuelve al primer estadío donde comienzan a aparecer las lombrices, la maduración y estabilización del compost.
Emily nos contó que en su emprendimiento, que tiene mucha historia, pasión y herencia paterna, que luego de la maduración, hacen una tamización con una zaranda que permite homogenizar y darle una estructura equilibrada al compost, como final de proceso.