Después de varios días consecutivos de heladas se puede ver cómo cambia el comportamiento de determinadas especies. ¿Quién no recuerda a las abuelas tapando los malvones en julio para que no se quemen? Esto es porque “fríos eran los de antes”, aunque parece que los de ahora también lo son.
Para empezar, se recomienda colocar siempre especies resistentes a la temperatura ambiente del lugar, aunque se sabe que en la práctica muchas veces esto no sucede. Por eso se debe estar atentos a las necesidades de las especies que se eligen, cuando no son aptas para ese clima, requieren de mayor ayuda, cuidado y protección.
Los daños que causan las bajas temperaturas no impactan únicamente en las plantas sino también en algunas macetas que pueden romperse debido a la presión que ejerce el agua congelada en los recipientes.
Según el equipo de De Raíz, existen distintas formas de reducir el impacto que produce el frio. Hay que estar atentos a los requerimientos de cada especie, de esta forma es muy simple protegerlas y lograr que lleguen impecables a la primavera.
Una de las formas es proteger las raíces cubiertas con la técnica del mulching o acolchado, lo que implica aplicar una cubierta protectora sobre el suelo. Se trata de abrigarlo y para ello se recurre a distintos materiales, orgánicos o inorgánicos, colocando una capa de entre 3 y 7 centímetros alrededor de la planta, cubriendo el área de las raíces. Pueden ser de chips, de paja, de pasto, de corteza, de turba o de lo que se tenga al alcance.
Esta técnica protege a la planta tanto de las heladas en invierno como de la evaporación de agua en verano, pero también las resguarda del posible ataque de las malas hierbas. Además, aporta nutrientes a medida que se descompone, con lo cual mejora la calidad del suelo.
Si la planta está en maceta se puede colocar dentro de otra más grande y rellenar con paja, para amortiguar la temperatura del frio y evitar la rotura.
Para proteger las herbáceas de los fríos más intensos lo ideal es dejarlas que pasen el invierno con la parte aérea crecida. Hay que aguantarse verlas feas, pero vale la pena ya que esas ramas protegerán de las heladas a los nuevos brotes. Por eso lo ideal es podarlas a fines de julio o en agosto, cuando pase el riesgo de las peores heladas.
En cuanto a los riegos, también pueden ser aliados en épocas de heladas fuertes. Si se prenden los equipos de riego o se riega por la mañana temprano, las heladas desaparecen antes y la planta no es muy afectada, se riega apenas un minuto, para no excederse de agua en esta época, en que la planta no la necesita tanto. Con el césped es clave hacer esta tarea de riego antes de pisarlo, porque si se pisa con escarcha se quiebra y se rompe. No es bueno realizarlo por la tarde, ya que al bajar la temperatura del día el agua se escarcha en la planta.
Para evitar el congelamiento del agua cerca de las raíces, se debe reducir el riego en invierno y procurar un buen drenaje, para que no se estanque el agua helada en las raíces.
Con respecto a la técnica que se veían de las abuelas, sobre cubrir la parte área, hay telas anti-heladas que son muy recomendables, pero también se puede cubrir con elementos caseros, tales como un lienzo, lona, diario, arpillera, plásticos; incluso el plástico de burbuja que se utiliza para envolver objetos frágiles es muy recomendado por su propiedad aislante.
No se debe cubrir directamente sobre la planta, por eso es importante colocar una estructura para poder apoyar: puede ser un par de tutores más altos que la propia planta, sillas, caballetes, lo que sea que evite el contacto de la cobertura con la planta.
Si se va a optar por esta opción, de debe tener el hábito de retirar la cobertura durante el día.
Agrupar ejemplares cerca de una pared ayudará a taparlos más fácilmente evitando hacer esta tarea tan tediosa y además generamos un micro clima que ayuda a amortiguar nuestras plantas de las bajas temperaturas.
Por último, se ven invernaderos con diferentes estructuras en el mercado especialmente diseñadas y algunas cubren con material trasparente, como cristales, para dejar pasar el sol durante el día. Esta alternativa es ideal para hacer almácigos en los meses de invierno, pero también puede ser una buena opción para guardar cactus, suculentas, plantas tropicales de interior que no resisten las heladas actuales.