El nuevo gobierno le dio un renovado impulso al tan debatido tema del status sanitario único para los frigoríficos en la Argentina. Este debate se hizo generalmente al interior de la cadena, aunque pocas veces tuvo avances en las gestiones de gobierno.
Las cámaras empresarias del sector, como el Consorcio de Exportadores ABC o Fifra, que representa a las empresas de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos, dieron su aval de forma inmediata a la iniciativa. Pero hay algunos otros actores del negocio que consideran que esto puede deja a empresas chicas (y sin condiciones financieras de adaptar sus instalaciones) fuera de carrera, lo que ayudaría a la concentración de la demanda de hacienda y de la venta de carne.
Otros dicen que no se puede seguir produciendo carne en condiciones que ponen en riesgo la salubridad del producto y de la población.
Sobre estas cuestiones Bichos de Campo consultó al analista Víctor Tonelli, quien en reiteradas oportunidades se mostro a favor de avanzar en el tema y explicó cómo se podría hacer para separar la paja del trigo. Es decir, para no dejar afuera del negocio al que quiera participar y sí a los que prefieren la informalidad, no pagar impuestos ni aportes patronales y dañan a toda la cadena, incluso la reputación del producto “carne”.
El consultor y productor ganadero dijo que es necesario actualizar la normativa porque -como decía el expresidente Mauricio Macri- “pasaron cosas”.
“Para que tengamos una referencia, la ley que hoy rige en la habilitación y sanciona eventualmente los incumplimientos; y el digesto sanitario que regula cómo deben ser los frigoríficos para poder ser habilitados y poder procesar, distribuir, etcétera, etcétera, es de hace 43 años. Esto no habla ni bien ni mal de la edad de la ley, sino que evidentemente han ocurrido enormes cambios”, explicó.
Escuchá la entrevista completa:
El analista indicó que, por ejemplo, la normativa vigente no toma en consideración la cuestión ambiental de la que tanto se habla actualmente.
Según consideró “el gran problema de la ley es que le cedió la potestad a las provincias y éstas muchas veces a los municipios para habilitación y o rehabilitación de plantas que no cumplan con el digesto sanitario mínimo, es decir, que no tienen la capacidad cuidar sanitaria e higiénicamente de sus productos y que no cumplen con normas mínimas ambientales”.
Tonelli indicó que esa derivación de facultades hizo que el espíritu de la ley se fuera degenerando y “termino siendo un cocoliche que permitió que cualquier colgadero, cualquier planta, sin cumplir las más mínimas condiciones que permitan la salud y la de quien lo consume, fueran habilitadas en muchos casos por cuestiones económicas, políticas, de trabajo, de lo que fuera”.
El analista dijo que la iniciativa oficial de no dejaría a nadie fuera del negocio que no quieran pertenecer al mismo y hacer las cosas en el marco de la ley.
“Seguramente habrá un período de aplicación para que los frigoríficos que hoy no esté en condiciones de cumplir puedan hacerlo. Es muy probable que incluso hasta haya algún tipo de apoyo crediticio, etcétera, para que lo pueda hacer, tanto provincial como nacional o privado, con lo cual la idea no es dejar a nadie afuera, aunque sí, no puede haber colgaderos en el medio de una Argentina que solo quiere excelencia en la materia”
Despejada esa duda le consultamos a Tonelli sobre cómo se instrumentaría un estándar sanitario único en las plantas de faena.
“Hoy tenés distintos estándares. Hay habilitaciones provinciales, regionales, municipales. Pero hay un estatus sanitario ya definido por Senasa que plantas de consumo y de exportación están aplicando. Su aplicación no es un problema de tamaño, la cuestión es cumplir con las normativas mínimas”.
Al respecto dio estos ejemplos de situaciones que asegura haber presenciados:
“No puede ser que la carne salga a 25 grados de temperatura, no puede ser que no haya cámaras mínimas para la cantidad que se faenan para que la carne quede enfriada, por lo menos a los 7 grados que pretende la normativa, no puede ser que la carne se salga caliente y que salga de cualquier manera, no puede ser que convivan ratas con la carne, no puede ser que conviva cualquier cosa y esto ocurre, no se puede tirar la sangre de cualquier manera o las vísceras a una laguna, ni siquiera una laguna, un charco, es decir, estas son cosas mínimas, no puede cohabitar esto con perros dando vueltas en el establecimiento y estas cosas ocurren, yo lo he visto”.
Según Tonelli la cuestión no se resuelve clausurando e impidiendo el trabajo sino alentando su formalización.
“En esos casos hay que decirles: esto es lo que debe cumplir, tiene este tiempo para ponerlo en condición y si no tiene plata la provincia, el municipio, un inversor privado, le pone la planta. Y si responden que esto va a requerir de 180 día no se clausura, no se saca a nadie. Puede haber dos amarillas antes de la roja directa, pero no se puede salir a la calle con un producto en malas condiciones. No sucede en la lechería, en otros sectores alimenticios, yo te pregunto si hay algún otro sector alimenticio o farmacéutico que pueda salir con un producto habilitado si no cumple con las condiciones mínimas”.
-¿Qué problemas de salud puede generar comercializar carne que no se haya producido según las normas vigentes?
-Desde la diarrea infantil, que genera mortandades, pero serios problemas de todo tipo, hasta todo tipo de consecuencias en muchos casos menores. Acordate el año pasado cuando ocurrieron estos casos en Lomas de Zamora donde murieron personas, era por consumo de menudencias en mal estado y es lo mismo, vienen del mismo frigorífico con el mismo tratamiento.
Según Tonellli ese caso “fue tapado”, lo que no permitió dar con los responsables de este tipo de casos que “tienen mucha protección, porque en muchos casos la evasión, ya no solamente impositiva, sino sanitaria, higiénica y ambiental, es funcional a la caja política. Y estos son los temas que hay que resolver. La evasión y la informalidad son funcionales a la caja política y por eso siguen persistiendo. Porque ese intendente le dice a su población, acá se come carne barata”.
Tonelli insistió con que la adaptación a las normas no tiene que ver con el tamaño: “Yo he visto incluso modelos de frigoríficos móviles que tenían todas las condiciones. No es un problema de tamaño, es un problema de precisión respecto de cuáles son las condiciones mínimas. Obviamente que se van a requerir inversiones y obviamente alguien va a tener que poner la plata y otro a asumir al riesgo”.
Totalmente de acuerdo con unificar el criterio sanitario a nivel Nacional.
He trabajado en varias plantas municipales y provinciales y se muy bien las diferencias de status sanitario , con las plantas habilitadas por el Senasa.
Ojalá lo logren , y el que dijo que no tienen la inversión para estandarizar el criterio sanitario , pues que pidan un crédito y lo hagan ,