La Casa del Hornero está localizada en Piriápolis, en una zona semiurbana, a 100 kilómetros de Montevideo y a 40 kilómetros de Punta del Este. Este emprendimiento propone un “turismo vivencial”, que se basa en tener nuevas experiencias relacionadas al hacer o a aprender algo mientras se conoce un destino y se descansa.
En este caso se trata de propuestas para adquirir conocimientos relacionados a la vida saludable y al ambiente a través de talleres de huerta, de construcción natural, de alimentación consciente y de elaboración de proyectos sostenibles, entre otros.
“Nuestro alojamiento está construido con materiales naturales, rescatando saberes ancestrales mediante las distintas técnicas en construcción, con techo vivos, energías renovables y el 100% de reutilización de agua. De esta manera se genera toda una experiencia para los turistas que nos eligen”, dice Natalia Díaz Kopec, ideóloga de La Casa del Hornero.
El proyecto como idea nació en 2012 como una búsqueda personal y profesional de Natalia, que en 2016 participó de un programa del gobierno de Estados Unidos para emprendedores de Latinoamérica y el Caribe. Se postularon 4.000 personas y Natalia quedó seleccionada para realizar un intercambio en las ciudades de Reno, Dallas y Washington. Esta experiencia, más sus viajes por muchos países del mundo, fue la inspiración.
En relación al concepto de “sustentabilidad”, Natalia hace una distinción diciendo que ellos hablan de “sostenibilidad”, un concepto que desarrollan desde lo económico, lo social, lo ambiental y lo cultural, que atraviesa a los anteriores. “Desde el punto de vista económico el emprendimiento funciona como cualquier empresa: tiene que ser rentable, y lo es; estamos en una primera fase donde se han validado distintas unidades de negocio para desarrollar el turismo todo el año y apuntamos a captar mayor capital para las siguientes fases”, explica.
Ya han recibido turistas de todas las partes del mundo. Y aunque vienen de muy lejos, todos buscan lo mismo: conectarse con ellos mismos, estar en paz, tocar el pasto con los pies, despertarse con el sonido de los pájaros (horneros, cardenales, teros, entre otros) y respirar aire puro. Algo tan simple que parece que no puede ser eso solo. Suena a discurso marketinero pero es la pura verdad. ¿Cómo es posible?
“Los recibimos con una cara y se van con otra, renovados, con la sonrisa de ´volveremos´. Nos comentan que aquí encontraron lo que estaban buscando….Y será porque aquí no hay televisor, ni teléfono, pero sí mucho para ver y escuchar”, resume Natalia. “Algunos vienen con sus mascotas, felices de que pueden alojarse con ellas y disfrutar del espacio, hasta los animales se van renovados”.
Actualmente hay una pequeña huerta y han plantado árboles nativos como arazá y guayabo, y también ciruelo y pomelo, que son para el consumo de los huéspedes. La idea es expandir la parte productiva. En cuanto a lo económico, el proyecto también es sostenible en ese aspecto, recalca Natalia, ya que la rentabilidad es indispensable para la captación de inversores, una idea presente desde los inicios.
“Estamos creando la opción de franquicia con La Casa del Hornero, considerando el constante cambio a nivel mundial donde hay que adaptarse para que las organizaciones sigan existiendo, con modelos de negocio que marquen la diferencia”, reflexiona. “Más que nunca el turista busca lo auténtico de cada destino, por eso la tendencia a lo sostenible, consciente y a los espacios naturales no es cuestión de moda sino una necesidad”.
Ahora bien, en estas épocas de cuarentena, donde el turista no llega, ¿qué hacen en La Casa del Hornero? Lanzaron el Programa Brío Uruguay (junto a la embajada de Estados Unidos, el Ministerio de Turismo y el emprendimiento Delishop) que tiene como objetivo brindar herramientas prácticas para potenciar a emprendedores y generar nuevas oportunidades: “Está dirigido a jóvenes entre 16 y 35 años, residentes en Uruguay, que tengan una idea de negocio con foco en el turismo y el tiempo libre, y estén buscando herramientas para hacerla crecer”.
Mientras tanto, Natalia sigue trabajando en la conformación de una red de emprendimientos turísticos sostenibles (alojamientos, guías de naturaleza, artesanías realizadas con materiales reutilizados, circuitos temáticos) en alianza con la Dirección de Turismo de Maldonado, para estar preparados para salir al ruedo cuando el coronavirus sea un recuerdo: “La idea es relanzarnos al mercado con propuestas adaptadas a los visitantes conscientes que más allá de todos los cuidados necesarios que se incorporen a la nueva normalidad, optan por propuestas saludables para sus salidas”.