La foto que ilustra esta nota le costó un bien merecido dolor de cabeza a Gustavo Rafael Núñez, el coordinador en el Chaco de la Subsecretaría de Agricultura Familiar de la Nación. Como si fuera solo una inocente humorada, hace un tiempo la colgó en su muro de Facebook con una leyenda que decía “Llegó el cambio y se nota”. Luego de eso, con toda razón, una mujer lo denunció ante la justicia por discriminación y por haber realizado, siendo funcionario público, “una comparación degradante, despectiva e innecesaria”.
Nada es como muestra ese infame meme surgido de la política de cuarta que moredea hace décadas por este país. Ni todo el kirchnerismo podía resumirse en un travesti feo, retacón y morocho ni la imagen de Cambiemos es precisamente la de una joven muchacha esbelta y de senos prominentes.
A esta altura de la historia, por el contrario, son más las cosas que asemejan a ambos movimientos políticos que las diferencias entre ellos. Para empezar, los suele igualar un preocupante desprecio hacia la función pública. El Estado, sea rubio o morocho, termina casi siempre a merced de la militancia.
Durante los últimos años del gobierno de Cristina Kirchner, desde la oposición se acusaba con virulencia al Movimiento Evita, del líder piquetero Emilio Pérsico, de haber copado todos los casilleros de la ex Secretaría de Agricultura Familiar, dependiente de Agroindustria, para colocar allí a sus dirigentes territoriales. Bastaba entonces con hurgar un par de horas en el asunto para comprobar que había mucho de cierto en esas denuncias. La situación de los agricultores familiares de todo el país, unos 150 mil familias, no mejoró. Pero si la pasaron mejor decenas de militantes kirchneristas que pasaron a ser funcionarios rentados del Estado.
Cuando se produjo el recambio de gobierno a fines de 2015, una de las principales promesas de Cambiemos era desandar ese camino. Al mando del nuevo secretario de Coordinación Política y Agricultura Familiar, Santiago Hardie, un militante del PRO que ahora aparece en la lista de precandidatos a diputados nacionales en Buenos Aires, esa repartición sufrió una drástica sangría de cargos y se produjeron en 2018 dos grandes tandas de despidos. Hubo varios militantes que volvieron al llano, pero también hubo muchos más estatales genuinos que perdieron su puesto de trabajo.
¿Cambiaron las cosas realmente? Una rápida recorrida por los antecedentes de quienes ocupan desde 2016 las coordinaciones de Agricultura Familiar en las diferentes provincias del país permite saber que poco ha cambiado. Al parecer, la chica tetona también se abusa de un debilitado Estado. Casi todos los coordinadores son activos militantes del oficialismo. Y lo que es peor, pocos de ellos tienen lauros profesionales como para merecer esos cargos.
Chaco: Ya mencionamos a Rafael Gustavo Nuñez, el coordinador memero de Agricultura Familiar de esa provincia designado en 2016. Ex intendente de Machagai, Nuñez y asesor de la bancada de la UCR en la Legislatura provincial, asumió el cargo flanqueado por dos diputados radicales, Livio Gutiérrez e Irene Dumrauf.
Chubut: El señor Fernando Martín Ferrera es el coordinador provincial de Agroindustria. Militante del PRO en la localidad de Gaiman, en enero pasado mezcló su función pública con la militancia: anunció su candidatura a intendente en una reunión con productores. En esa reunión Ferrera estuvo acompañado por el joven dirigente de Cambiemos Ignacio Torres, quien dijo a los medios: “Queremos nuevos dirigentes que entiendan que hay que trabajar para la gente y no solamente para un partido atravesado por intereses personales de quienes lo integran, como hemos visto en el pasado”.
Entre Ríos: El coordinador desde 2016 es Cristian Fabián Schreiner, quien acaso sea el más adecuado de todos los actuales coordinadores para ocupar ese puesto, pues proviene de una larga militancia dentro de la Federación Agraria Argentina. Productor de Colonia Bertozzi, departamento La Paz, tiene sin embargo un padrino de peso que le facilitó mucho las cosas para llegar al puesto: el senador del PRO y ex caudillo Alfredo De Angeli.
Córdoba: El coordinador de Agricultura Familiar es el ingeniero agrónomo Juan Pablo Vecchi, quien fue designado en el puesto en 2016, luego del arrollador triunfo del árbitro Héctor Baldassi. Para ese entonces, Vecchi ya era un reconocido militante del PRO.
Formosa: Carlos Raúl Ortiz de la Tabla es maestro mayor de obras y ofrece otras rarezas: se denomina como peronista pero integra en esa provincia el Frente Amplio Formoseño, aliado de Cambiemos. Según denunciaron los dirigentes de ATE luego de la primera tanda de despidos, “De la Tabla eligió a quien echaban y quien se quedaba en Agricultura Familiar”. En declaraciones política recientes, este militante dijo: “Al Peronismo le vendría muy bien una cuota de Republicanismo y Democracia que permita entender la división de poderes y sobre todo dejar de ver al Gobierno como un botín de guerra”.
La Pampa: Aquí la coordinadora es una mujer, María Laura Trapaglia, una de las más entusiastas militantes del PRO en la provincia e incluso acompañó en la fórmula a Martín Maquieyra en las internas de Cambiemos.
Catamarca: El coordinador se llama Humberto Esteban Jerez y si uno abre su Facebook lo verá de entrada abrazado al jefe de Gabinete, Marcos Peña. Sin relación visible con el sector agropecuario, fue designado en abril de 2018, apenas diez días antes de que se produjeran los primeros despidos en Agricultura Familiar. “Tu primera gestión: seis despidos”, lo acusaron los gremialistas injustamente. Jerez es un reconocido militante de Cambiemos en Catamarca e incluso compitió en la interna de ese partido realizada en marzo pasado.
La Rioja: El coordinador de Agricultura Familiar es Diego Nicolás Castro. Fue nombrado en 2016 y al menos tiene tiene el título de Ingeniero de Recursos Naturales y Renovables para Zonas Áridas. Es productor de olivos y ganadería caprina, pero también ostenta una vasta militancia política. Fue concejal hasta 2015 y candidato a diputado provincial por Cambiemos en 2017 por su departamento Castro Barros. En esa elección denunció que el distrito tenía más electores que habitantes, pues existían alrededor de 500 personas con domicilios falsos en el padrón.
Mendoza: La coordinación la ocupaba el ingeniero agrónomo Martín Alejandro Balliro, quien recientemente fue ascendido a director de Tierras Agropecuarias en la Secretaría de Agroindustria. También es un ferviente militante del PRO. En abril de 2018, por ejemplo, participaba de los timbreos en el departamento San Martín junto a su principal referente político, el presidente departamental de ese partido Luis Bellevile, que ocupa una gerencia de ANSES y lidera un grupo llamado “Generación PRO”.
Misiones: Jerónimo Raúl Roberto Lagier fue designado en abril de 2018 como coordinador de Agricultura Familiar en esta provincia. Tiene ligazón con el sector productivo y fue representante de los productores en el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM). De la mano del empresario Claudio Wipplinger, Lagier formó parte en 2009 de la primera camada de militantes del PRO en Misiones, que impulsaban a Mauricio Macri a nivel nacional y a Ramón Puerta como líder provincial. En 2011 fue candidato a vicegobernador. Ahora, desde su nuevo cargo en Agroindustria es el autor de un plan muy debatido a nivel provincial, que propone implantar cientos de miles de hectáreas con maíz “transgénico”.
Neuquén: El coordinador es el licenciado Guido Pedro Bruveris, quien milita activamente -y no lo esconde en las redes sociales- junto al diputado nacional de Cambiemos Leandro López. Otra integrante de ese grupo político es Marcela Iñareta, directora regional de los Centros de Referencia del Ministerio de Desarrollo Social en la Patagonia Norte.
Río Negro: Domiciliada en Bariloche, Ana Fabiola Salvador es la coordinadora de Agricultura Familiar en esa provincia. No registra una militancia publica visible, pero el gremio ATE la fustigó con dureza porque la funcionaria avaló el despido de Lihuel Castillo, un delegado gremial de esa repartición.
Salta: El coordinador de Agicultura Familiar no tiene ninguna experiencia visible en materia productiva. Se llama Kenji Alejandro Gómez Matsumoto y se presentaba como “líder de la juventud macrista” de Salta. “Somos una forma de hacer política muy diferente, estamos cerca de la gente durante todo el año”, aseguraba Kenji meses atrás. Un medio llamado BUUFO detectó que Matsumoto llegó a aportar 4.000 pesos para la campaña de Cambiemos en 2017.
San Juan: El contador Ángel Eduardo Salinas Pérez ocupa el cargo de delegado nacional. Fue nombrado en 2016 y es dirigente de Cambiemos en la localidad de Albardón, donde cada tanto se lo presenta como candidato a intendente.
San Luis: El ex ministro de Industria, Comercio, Minería y Transporte en la gestión de Claudio Poggi, Federico Trombotto, asumió en agosto de 2018 en la delegación de la Subecretaría de Agricultura Familiar. También fue candidato a diputado provincial por el frente aliado a Cambiemos en la provincia de los Rodríguez Saá.
Santa Cruz: Desde septiembre de 2017, Luis “Cuchi” Vera es el delegado de Agroindustria en la provincia de Cristina Kirchner. Administrador rural, el joven Vera es un referente de la UCR en Santa Cruz y tiene una larga trayectoria partidaria. Es el candidato de Cambiemos para intendente de Las Heras, su ciudad natal.
Santiago del Estero: El coordinador de Agricultura familiar es el señor Osvaldo Carlos Cejas Lescano. También es el coordinador del partido oficialista PRO en esa provincia.
Santa Fe: Sergio Daniel Minniti, de San Javier, es el delegado nacional en la provincia. Es un activo militante del PRO e incluso también ocupó una candidatura a senador provincial por ese departamento en 2015.
Tucumán: Rafael Edmundo Sánchez es el coordinador provincial y tuvo un gesto cuando en mayo de 2018 declaró, en medio del conflicto por las cesantías en Agricultura Familiar, que muchos de sus empleados estaban siendo “mal despedidos”.
En otras provincias, como en Buenos Aires, el cargo estaba vacante, según el último organigrama consultado por Bichos de Campo y disponible en las páginas del gobierno que dan cuenta de los nombramientos.
Hace un tiempo, en uno de sus informes de gestión ante el Congreso, diputados kirchneristas preguntaron al jefe de Gabinete por estas designaciones. Marcos Peña contestó por escrito: “En cuanto a los criterios de selección de los delegados provinciales, el Ministerio de Agroindustria ha considerado en todos los casos el profesionalismo y solvencia técnica de todos ellos, así como sus conocimientos tanto en relación a la problemática particular de la región, como a la experiencia de campo en cada una de las zonas”.
Como antes, como siempre. Da lo mismo…
Le preguntaron a los productores y organizaciones si vieron un cambio o no? En seriedad, en transparencia, en apertura de mercados y en resultados? Francamente…
No. Ya les preguntaremos. Por ahora esta nota solo determinó que la inmensa mayoría de los coordinadores provinciales (no todos) de Agricultura Familiar son visibles militantes territoriales del PRO y Cambiemos, que era lo mismo que se le criticaba al Gobierno Anterior. Eso nadie lo puede desmentir. Qué esos militantes hagan mejor las cosas que los anteriores militantes no cambia el sentido de la crítica, que pasa porque los sucesivos gobiernos completan los casilleros del estado con su propia gente y no privilegian los concursos de cargos y otras definiciones para que finalmente, alguna vez, podamos tener una burocracia técnica y eficiente. Saludos