Medio gabinete nacional, incluyendo al jefe de ministros Santiago Cafiero, visitó este martes, en el marco de una reunión de gabinete federal, a la empresa alimenticia riojana AgroAndina, cuya principal planta está ubicada en Chilecito, en La Rioja. Es un excelente ejemplo de lo que la Argentina podría hacer y no termina nunca de hacer por la inestabilidad de sus política económicas y agropecuarias.
La fábrica, en poder del Estado riojano desde 2009, se dedica a la industrialización del tomate y otras hortalizas producidas en esa zona de valles irrigados. Los procesa y los pone en los famosos tetrapack. Es el famoso valor agregado del cual tanto hablan los políticos pero por el cual tan poco hacen. AgroAndina es también una muestra cabal de la Argentina que quiere y no puede: la industria funcionaba en manos privadas, como Alco, hasta que una de las recurrentes crisis argentinas derivó en la posibilidad de cierre y de 200 despidos. Rescatada por la provincia pasó a formar parte del plantel riojano de sociedades de mayoría estatal Sapem.
Guiados por el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, Cafiero y varios ministros visitaron esa planta y también una empresa generadora de desarrollos tecnológicos para el sector agrícola de Chilecito. Fue una verdadera lección para el gabinete (esperemos que la hayan aprovechado) de todo lo que en la Argentina se podría hacer.
Cuando Bichos de Campo visitó AgroAndina en 2019, la planta estaba operando a full con tomate para lata, que no es lo mismo que el tomate para ensaladas pues se suele sembrar a cielo abierto,c asi como un cultivo extensivo. El negocio tenía muy buenas perspectivas, porque en la Argentina había un déficit crónico de ese producto, que insólitamente era importado desde China. Por entonces, la producción local alcanzó a cubrir el 68% de su demanda, de alrededor de 700.000 toneladas.
En concreto, había en el país un déficit calculado en 3.000 hectáreas de tomate para industria. Ellos, los riojanos de AgroAndina, implantaban unas 450 hectáreas y podían crecer a 1.000 si tuvieran claro que ese sería un negocio a largo plazo, según nos contó el gerente, Juan Pizzo.
La delegación que visitó esta planta estuvo integrada por los ministros de Interior, Eduardo de Pedro; de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; de Transporte, Mario Meoni; de Agricultura, Luis Basterra; de Obras Públicas, Gabriel Katopodis; y de Ciencia, Tecnología e Innovación, Roberto Salvarezza. Todos ellos podrían aportar cosas si se quisiera hacer un proyecto de largo plazo para hacer de esta zona de la rioja un polo productivo de tomate para industria.
Por ahora, bajo control estatal, la empresa genera trabajo para unas 300 familias de la región y ha sido clave para los planes alimentarios del gobierno riojano, especialmente en tiempos de pandemia.
Un país de boludos: La Argentina no llega a cubrir su consumo de tomate para industria
El ministro de Producción y Ambiente de La Rioja, Fernando Rejal, definió a AgroAndina como una empresa fundamental. “La decisión del gobierno provincial es que lo producido vaya a abastecer la canasta familiar en muchos de los casos de forma gratuita y en otro de los casos a un precio ínfimo para que podamos también tener accesibilidad en las en la mesa de los riojanos”. La alta dependencia con la provincia no siempre ayuda al desarrollo de planes de crecimiento sostenido.
La comitiva oficial también visitó Agrogenética Riojana, otra sociedad anónima con participación del Estado mayoritaria que posee cinco unidades productivas: laboratorio de biotecnología, vivero para cría, vivero para recría, banco de germoplasma y vivero San Gabriel.