Gustavo Simón Rodríguez se animó a cumplir un sueño. Quería tener su propio emprendimiento en el sector agropecuario y lo pudo concretar. Hace un par de año logró inaugurar su criadero de cerdos.
Empezó desde cero, sin muchos conocimientos del sector ni mucho capital, pero sí con una dosis grande de entusiasmo y energía, con la que contagió a su hermano y a su suegro. Ninguno de los tres había puesto un pie en ese rubro. Gustavo trabajó 10 años en Edenor, su hermano en una metalúrgica, y su suegro en la construcción. Su vida transcurría en Banfield, municipio del sur del conurbano, pero la granja la montó en Marcos Paz, a dónde se mudó para seguir todo de bien de cerca.
“Para 2019 habíamos alquilado un campo donde teníamos 5 o 6 madres que usábamos para tener algo que poner en la parrilla el fin de semana“, contó Rodríguez a Bichos de Campo. Por entonces lo vivían como una especie de hobby, que luego se convirtió en algo serio cuando en 2023 salió una oferta al lado de donde alquilaban. “Entonces nos juntamos y dijimos: apostemos todo al cerdo”, recordó el devenido productor.
Tras la adquisición del terreno comenzó la construcción de los galpones. “Empezamos con lo que es gestación, maternidad, recría, los galpones para el engorde. Compramos animales con genética Choice y fuimos aprendiendo bastante. Anduve por los congresos, tomando experiencia para después volcarla acá en la granja”, explicó Rodríguez.
Junto a su suegro se encargan del ciclo 1, donde hace la cría, mientras que su hermano estaba a cargo del engorde que se hace en otro galpón. Aún así, el líder es Gustavo, quien coordina la empresa a la que llamaron Rotaro, por las iniciales de los apellidos de los socios.
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La primera compra de genética fue de 50 madres, pero en poco tiempo apostaron por más y ya tienen un plantel de 150. Están lejos de los niveles de inversión que hicieron los grandes criadores, pero ese el objetivo: crecer y convertirse en un establecimiento de mayor tamaño.
Rodríguez contó a Bichos de Campo que hace poco fue a un congreso de criadores donde se encontró con productores que tiene más de 5.000 madres y que esa es su meta: “Apostamos todo y tenemos las ganas, la voluntad de ir aprendiendo. En los congresos miro a productores de 5.000 o 10.000 madres y digo: algún día voy a llegar a ahí. Queremos ir por más”.
El crecimiento está pensado en función de la rentabilidad que les deja el negocio. Los socios tienen un retiro que se equipara los ingresos que obtenían cuando eran empleados, y las ganancias las reinvierten en la empresa. “Queremos seguir armando galpones, comprando genética y agrandándonos sin sacar créditos ni pedirle a otros”, señaló el empresario.
Para que todo esto funcione, el productor contó que tuvo que recurrir a nutricionistas y asesores especializados en el sector porcino -de los que aprende constantemente-, así como también contratar a empleados que tuvieran experiencia en producción agropecuaria. En definitiva, se rodeó de gente que sabía más que él. Entre sus empleados hay algunos que venían de trabajar en criaderos porcinos y otros con experiencia en la formulación del alimento balanceado. Todos están asesorados por nutricionistas y veterinarios.
Además dijo que con sus socios, que son su familia, dejaron en claro que no iban a mezclar los asuntos y que él es quien marca el rumbo.
“Mi hermano y mi suegro están apoyándome y yo consulto con ellos todo porque son mis socios. Pero les dije que si queríamos apostar a lo grande que me dejaran fluir porque yo tengo las ganas de ser uno de los criadores que veo en el último congreso con miles de madres en producción”, sostuvo Rodríguez.
Teniendo en cuenta que apuesta a un futuro más grande, la firma respeta al máximo las normas de higiene y sanidad: “Cuidamos mucho la bioseguridad, que para nosotros es esencial. He escuchado que en algunas granjas entraron virus y tuvieron que despoblar y poblar de vuelta. Nosotros tratamos de hacer todo para que eso no nos pase. Acá no entran camiones, sólo el nuestro con el que vamos a buscar insumos o el que carga el gordo cuando se van a la faena. Todo lo demás queda en la puerta”.
El empresario porcino dijo que espera que proyectos como el suyo sean apoyados por las políticas públicas y sobre todo por el rumbo de la economía.
“Si les sacan los derechos de exportación al maíz y a la soja que tomen medidas que apuntan en el desarrollo de la producción porcina y la rentabilidad del sector”, concluyó.