Pasaron escasos cinco meses, pero mucha agua pasó bajo el puente desde el 29 de abril de este año. Ese día, los productores de frutas de la Patagonia (junto a sus pares del litoral) realizaron un “frutazo” en Plaza de Mayo para reclamar ayuda oficial, porque una vez más no llegaban a cubrir sus costos de producción y había cosas urgentes por atender, como las campañas sanitarias para hacer frente a la Carpocapsa, el temible gusanito que te puede dejar afuera de todos los mercados.
Nadie les llevó al apunte en aquella protesta de abril. Pese a que el presidente Mauricio Macri y su ministro de Agricultura, Luis Miguel Etchevehere, conocen de la crisis de la economía regional productora de peras y manzanas, ambos funcionarios ni siquiera respondieron a los pedidos de audiencia de los directivos de la Federación de Productores de Río Negro y Neuquén, que se volvieron a su provincia con las manos vacías luego de regalar 20 mil kilos de fruta en Plaza de Mayo.
Sucedieron varias cosas, como dijimos, en estos pocos meses. Entre ellas que Macri perdió las elecciones PASO por paliza y ahora está dadivoso porque quiere dar vuelta el resultado en la elección general. Y su candidato a vice es el senador rionegrino Miguel Angel Pichetto, que antes era opositor.
Como sea, este lunes el presidente Mauricio Macri ahora sí recibió a las autoridades de entidades que nuclean a productores de fruta, entre ellos a Sebastián Hernández, el titular de la Federación a la que había ignorado unos pocos meses antes. Pero no solo eso: además el gobierno anunció el envío de un crédito blando por 400 millones de pesos para Río Negro destinado a la aplicación de programas fitosanitarios de la provincia.En especial, la lucha contra la carpocapsa, que viene demorada. Es que la política es así: no piensa en los tiempos biológicos de los gusanitos.
En la audiencia realizada en Casa Rosada estuvieron, además de Hernández, el titular de la Federación de Productores de Río Negro y Neuquén, el empresario Germán Barzi, de Canale, en representación de la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI). Por el gobierno, ahora sí, participaron Etchevehere y el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Guillermo Bernaudo. Y estaba Pichetto, claro.
Estos 400 millones de pesos serán dirigidos a reforzar el combate contra la carpocapsa, una plaga que afecta las frutas de pepita y que a principios de 2019 amenazó con dejar fuera de Brasil a los cargamentos de manzanas argentinas, debido al hallazgo de varios ejemplares.
También de campaña, Etchevehere dijo tras la reunión: “Para este gobierno las economías regionales son una prioridad, y en este caso en particular, creemos que este aporte será fundamental para contribuir en el combate de las plagas para la fruticultura”.
Agricultura, en un comunicado, destacó que entre 2016 y 2019 el gobierno nacional envió fondos, mayoritariamente reintegrables, por 749,90 millones de pesos para Río Negro y Neuquén, para llevar adelante distintos programas vinculados con la sanidad vegetal. En lo que iba de 2019, habían salido 19,6 millones de pesos para Neuquén y 50 millones para Río Negro. Ahora las partidas se multiplican varias veces.
“Además el Gobierno nacional acompaño al sector a través de la Ley de Emergencia, lo que significa la prórroga de vencimientos impositivos nacionales y suspensión de embargos y juicios por parte de AFIP”, señaló el comunicado oficial. En realidad, esa fue una ley de Pichetto y ahí sí tuvo bastante que ver el senador Pichetto, que en aquel momento era opositor.
En el “frutazo” de abril pasado, los productores reclamaban una prórroga ya que se estaban acumulando aportes patronales prorrogados por cifras multimillonarioas (unos 1.700 millones de pesos solo en el caso rionegrino), que finalmente también se logró en el ámbito legislativo. En la reunión con Macri se habló de este asunto, pero quedó en veremos.
Pero, según contó Hernández, poco se habló de mecanismos de fondo para evitar que los productores independientes que quedan en aquella región logren cubrir sus costos de producción cuando, en enero próximo, comience una nueva cosecha. Hace unos meses, Bichos de Campo realizó un programa sobre una situación de crisis que es crónica:
De todos modos faltan todavía cinco meses para que empiece la cosecha y en la Argentina, está visto, todo puede cambiar de repente.