El productor David Roggero es desde febrero pasado el nuevo presidente de Aapresid, la organización de productores que impuso en las últimas décadas un nuevo paradigma en la producción agrícola al dejar de lado la labranza convencional para dar lugar a la siembra directa.
Roggero es productor de la localidad cordobesa de Laboulaye y fue elegido en una situación inédita para la entidad, ya que por primera en treinta años de historia vez habían presentado dos listas. Tiene mandato hasta 2023.
En una entrevista con Bichos de Campo, el presidente de Aapresid repasa cuáles serán los ejes de su gestión y cómo ve a la producción agrícola actual en la Argentina. También deja una opinión sobre el impacto de las medidas del gobierno sobre el sector.
-¿Cuál es la agenda de Aapresid y el eje de su gestión?
-Desde fines de febrero estamos llevando adelante esta nueva gestión y los primero que me gustaría decir es que estamos tratando de representar a la masa societaria y espíritu de la entidad, que está plasmado hace varios años en un plan estratégico que rige las normas y actividades que se llevan adelante. La institución tiene muy presente lo referido a la innovación y para eso hay que ser lo suficientemente ágil y flexible para ajustar el rumbo en los casos cuando la situación lo amerite. Eso a modo general. A modo particular, seguimos haciendo mucho foco en ser referentes tecnológicos en una metodología (se refiere a la siembra directa) que en Argentina está implementada en más del 90% de la superficie agrícola. La realidad es que a nivel mundial sólo 10% (del área agrícola) está bajo esta norma de la siembra directa. Uno de esos grandes desafíos es mostrarle al mundo que el camino para cuidar el planeta y el mundo es el de la no labranza.
-Aapresid viene destacando la necesidad de producir e modo más amigable con el medio ambiente. ¿De qué trata el protocolo de agricultura sustentable que han lanzado?
-Esa es una de las varias actividades que tenemos, pero todas tienen como norte el cuidado del recurso suelo. Una de las características que distingue a la institución es ser parte y tener un estándar o protocolo de agricultura sustentable certificada, que es una rareza a nivel mundial. Son pocas las instituciones a nivel mundial que pueden hacer uso de esta herramienta, es algo que nos distingue y nos llena de orgullo. Es un cumplimiento de reglas legales, productivas y ambientales.
-¿Y qué significa hacer agricultura de forma sustentable?
-Para arrancar este análisis es importante destacar que la palabra sustentabilidad comprende tres grandes ejes, lo productivo, los ambiental y lo social, y eso es un desafío. Creemos que hay caminos para hacer una agricultura más sustentable que otra agricultura. Esa sería la manera apropiada de referirse a ellos. Tenemos una serie de pautas o indicadores que nos permiten decir que sabemos cómo hacer una agricultura más sustentable que otra. Por ejemplo, la no labranza es la primera característica que la institución pregona.
-¿Pero además hay otras características?
-El sistema se basa en la no labranza, la rotación de cultivos, el uso eficiente y criterioso de fitosanitarios y un balance adecuado de nutrientes del recurso suelo.
-El gobierno viene tomando medidas contrarias al desarrollo productivo… ¿Crees que esas medidas, como por ejemplo la posibilidad de suban las retenciones, pueden poner en riesgo o amenazar la rotación de cultivos y todas las iniciativas que pretende llevar adelante Aapresid?
-Así como como hubo un fenomenal cambio de paradigma en la producción de alimentos, fibras y energía -a nivel planeta hace no más de 30 o 40 años que fue el de no labrar el suelo-, hoy estamos inmersos como institución en transmitir el concepto de la intensificación sustentable, el de la rotación. Esto significa tener la mayor cantidad de cultivos vivos sobre la superficie del suelo. Y para lograr eso me baso en dos ejemplos. Uno, de acuerdo con la condición climática o de suelo, podría ser tener el suelo cubierto con cultivos de renta, cultivos que vamos a cosechar y comercializar, un determinado grano. Pero es cierto que no todas las regiones son iguales y algunas quizás no puedan hacer dos cultivos. En esos lugares sugerimos llevar adelante los cultivos de servicio y no de renta, que son los que nos van a brindar un sistema ecosistémico, que no es la producción de granos pero sí mejor infiltración del suelo, mejor actividad biológica, mejor fijación de nitrógeno, solo por citar dos o tres características de estos cultivos.
-Cualquier decisión que se tome a nivel estatal que perjudique o desincentive el uso de estos cultivos de renta o de servicio impacta en la salud del suelo y en el planeta. Da la impresión de que el sector privado le tiende la mano al público pero este se lo quita…
-Eso lo dejo a tu interpretación, nosotros tratamos de basarnos en lo técnico y tratar de dar respuestas a la sociedad en su conjunto. Lo que intentamos es siempre ir por el dato positivo: ayudémonos si realmente tenemos intenciones de cuidar nuestra casa y medio ambiente
-¿Cómo ves la relación maíz-soja? La Bolsa de Comercio de Rosario dijo que este era el año del maíz y la soja a su vez viene perdiendo terreno.
-Vivimos en un lugar que tiene características especiales. Si uno se fuera 5 o 7 años atrás diríamos que esto que acabás de mencionar sería la demonización del cultivo. Pero lejos de estar preocupado deberíamos estar contentos. Mirando desde lo técnico-científico, y asociado el cuidado de la salud del suelo, debería ser muy bien visto esto de que la mitad de la producción de granos del verano salga de una gramínea y la otra mitad de una leguminosa. Desde ese lugar está bien, pero el problema es que esto se da por una cuestión de números asociados al negocio y esperemos que esto no termine convirtiéndose en una “maización”. Eso no es bueno. Los desequilibrios son malos. En buena hora hoy podemos estar de alguna manera equilibrados en esto de maíz y soja, pero eso se da por estas reglas de juego que se van cambiando a lo largo del tiempo en nuestro país.