El gobierno de Alberto Fernández logró que una industria pujante, con pleno empleo y demanda insatisfecha, terminase registrando una caída de la actividad gracias a la imposición del “cepo” cárnico.
En el primer trimestre de 2022 el Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPI manufacturero) elaborado por el Indec registró una suba de 3,7% respecto del mismo período de 2021.
Pero al analizar el componente de cada sector dentro del promedio general, es posible advertir que el indicador correspondiente a los frigoríficos cárnicos bovinos terminó el trimestre con un descenso del 1,0%
El origen de ese fenómeno no es otro que el “cepo exportador” aplicado el año pasado por el gobierno nacional. Mientras que antes del “cepo” el sector frigorífico se encontraba trabajando a toda máquina para crear, mes tras mes, nuevos puestos de trabajo, luego de la restricción oficial comenzó a desprenderse de trabajadores temporarios y también a reducir salarios en el marco del régimen denominado “garantía horaria”.
El sector que registró en el trimestre la mayor caída de actividad es el aceitero, con una baja interanual del 13,4% en el trimestre, la que se explica fundamentalmente por la baja disponibilidad de remanentes de stocks argentinos de soja 2020/21 y la imposibilidad de importar porotos desde Paraguay a causa del importante recorte de producción registrado en ese país por una fuerte sequía.
También cayó la actividad en los sectores lácteos y molinero, dos rubros comprometidos por la política de precios máximos aplicada por el gobierno nacional, que obliga a las empresas a vender parte de su producción al mercado interno con precios que se encuentran en muchos casos por debajo del costo de producción.
El otro sector industrial alimenticio que registró una caída es el vitivinícola, aunque en ese caso la principal causa es el faltante de botellas de vidrio, un problema mundial que en el país se agravó por un incendio ocurrido el pasado 19 de septiembre en una de las principales fábricas de vidrio.
La sequía estival, que afectó la productividad de los yerbatales en el NEA argentino, también comprometió la actividad de las industrias elaboradoras de yerba mate.
Por su parte, el índice de la serie desestacionalizada del IPI muestra que la actividad industrial logró recuperarse luego del colapso generado en 2020 por el encerramiento obligatorio, para regresar al nivel presente en 2018 y ubicarse aún lejos de los registros logrados en 2017.
La serie desestacionalizada se obtiene dividiendo la serie original por los factores estacionales que difieren mes a mes y año a año, tales como feriados, variación de días laborales, huelgas, paradas técnicas imprevistas, etcétera.
El IPI manufacturero incluye un exhaustivo relevamiento de dieciséis divisiones de la industria manufacturera presentes en toda la extensión del país. Consiste en un indicador de coyuntura que mide la evolución del sector, con periodicidad mensual, tomando como variables para su cálculo la producción y ventas de unidades físicas, la utilización de insumos, el consumo aparente, la cantidad de horas trabajadas del personal afectado al proceso productivo y las ventas a precios constantes. En total los técnicos del Indec relevan más de 5000 empresas industriales.