“Todo lo que sea manoseo del mercado de la carne genera incertidumbre y hace bajar la inversión, ya que este es un negocio de largo plazo. Esto ya se vivió y perdimos 12 millones de cabezas. Y es algo que vimos también en maíz y en trigo. Nadie está cómodo cuando se propicia algún tipo de intervención”, aseguró Dardo Chiesa, el actual coordinador de la Mesa de las Carnes, un bloque que nació en 2015 que integra a más de 30 entidades de esa cadena.
Así, en diálogo con Bichos de Campo, Chiesa pidió mesura al gobierno en momentos en que Comercio Interior y el Ministerio de Agricultura negocian un nuevo acuerdo para tener cortes a “precios populares” en el mercado local, luego de que ese alimento básico fuera uno de los que más subió de precios en 2020, en especial entre noviembre y diciembre.
-El gobierno dice que quiere desacoplar los precios de la carne y otros productos del agro. ¿Puede haber una buena intervención en los mercados? ¿Que algo no sea ni blanco ni negro sino gris?
-El gris es que el Gobierno habla del desacople de los precios internacionales y de la necesidad de que llegue carne a precios razonables a la mesa de los argentinos. Si nosotros nos oponemos a eso ya sabemos a donde vamos, porque las normas las pone el Gobierno. Pero hay que buscar mecanismos para poder transitar la situación- expresó el ex presidente de CRA y también del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA).
Mirá la entrevista completa a Dardo Chiesa:
La ventaja que tiene ahora la Argentina, según Chiesa, a diferencia de lo que acontecía en 2008 (cuando el ex secretario de Comercio Guillermo Moreno intervenía en el mercado ganadero y provocaba un proceso de liquidación de vientres como nunca antes se había visto) es que el pollo y el cerdo tienen más presencia en la mesa y los hábitos de consumo han cambiado.
“Al haber otras dietas más equilibradas, si llegara a aparecer una restricción de producción como se está viendo ahora en carne, podrá haber otras carnes para suplir este problema estructural de oferta. El mensaje de que estamos comiendo 130 kilos de proteína animal por habitante por año está y es lícito. Luego habrá gente que prefiera la carne de vaca y otra de pollo o cerdo”, declaró el ex ruralistas.
“Hay que ver cómo se dan los procesos productivos y cómo se generan las tensiones. Los mensajes llegan. La secretaría de Comercio llama y pregunta, y de hecho por un pedido de ellos los supermercados hicieron el esfuerzo en Navidad por poner tres cortes de carne a precios más baratos. De todos modos hay que ver cómo seguimos transitando el año”, remarcó el dirigente.
-Cuando Moreno intervenía había hijos y entenados, sectores que aprovechaban para hacer diferencias. ¿Te parece que ahora aprendieron algo los actores de la cadena de la carne?
-Yo creo que hoy nos encuentra más unidos y con discusiones más intersectoriales, de modo que no haya ni grandes beneficiarios ni grandes perdedores. Por lo menos, en lo que respecta a la Mesa de las Carnes están puestas todas las cosas arriba de la mesa, como para que no vuelvan a pasar. Con respecto a la situación de 2008, ahora el país está mucho peor que en aquel momento. Tenemos 50% de pobreza y el país necesita divisas, pero si no generamos valor agregado ni exportamos, no podremos generarlas.
-Vos estuviste en todas las negociaciones, junto al Consejo Agroalimentario, para levantar el cierre de las exportaciones de maíz. ¿Qué te pareció esa decisión del gobierno?
-Cuando surgió todo este tema en torno al maíz, había algunas facciones dentro del ministerio de Economía y del Banco Central que no se habían dado cuenta que si cerraban las exportaciones les caí también la liquidación de divisas, y ahí hubo un movimiento fuerte para revertirlo. Hoy Argentina tiene que priorizar la liquidación de divisas y eso se hace mediante la exportación. Creo que vienen tiempos muy difíciles en donde todos tendremos que sentarnos. Por otro lado, piden un esfuerzo pero siempre viene del privado, y nosotros tenemos tasas de faena, impuestos municipales altísimos, impuestos provinciales como Ingresos Brutos que desvirtúan la cadena, tenemos diferenciales en los IVA, o sea, montones de cosas. Debería hacerse una gran mesa de concertación para que todos bajemos un poquito para que al consumidor le sea más accesible, y en esto también debería haber una contribución del Estado, porque sino siempre es del privado.
-Bueno, la carne paga retenciones del 9%, con lo cual para empezar 1 de cada 10 kilos son del Estado. Ahí ya podría haber un aporte.
-Si vos mirás tasas de faena por ejemplo, que son tasas municipales, o IVA de los servicios de faena, el mismo es del 21% (un matarife que manda a faenar paga el 21% del IVA). Vos sabés lo que pasa cuando tiene que ir a cobrar ese IVA en el conurbano, y esas cosas no las hemos solucionado y es mucha plata. Después tenemos esto de que cuesta 25 veces más cargar un container en Argentina que en Brasil, y todo eso va a precio. Por eso digo que el esfuerzo debería ser de todos. Lo que pasa es que la estrategia de recaudación del Gobierno en Argentina empieza por ver cuánto necesita y entonces sale a cobrar. Pero no se da cuenta de que ahoga determinadas actividades, y en definitiva los impuestos también se trasladan a los precios.
-Vos dijiste que habrá una restricción en la oferta de carne vacuna. ¿O sea que todavía no vimos el peor escenario de aumentos?
-Está habiendo una deficiencia estructural y actualmente medimos un 11% menos de ocupación en los corrales con respecto a enero del año pasado, más una tensión en los precios que se vio en el maíz y en el diferencial que hay entre gordo y en la invernada, lo que hace que se retraiga el negocio. Eso significará menos carne en las góndolas.
Por otro lado hay algunos que necesitan imperiosamente subir el precio de faena e ir a pesos más altos para defender el negocio, con lo cual la carne que iba a salir en enero quizás hasta marzo no salga. Por eso yo creo que habrá una restricción de precios. Toda la Mesa de las Carnes ve un aumento en el precio de la carne, pero no sabemos de cuánto porque la exportación está retrasada, China es un negocio de flujo, tenemos 30% o 40% menos de precio de lo que teníamos a principios de 2019., Y en la Cuota Hilton aparecen algunas operaciones pero a precios irrisorios.
-O sea que la cadena en este momento no tiene buenos ingresos por exportaciones como para subsidiar un poco el mercado interno, como en el modelo uruguayo…
-Si tuvieras altos precios podrías subsidiar, claro. Ahora, el modelo uruguayo es otra cosa porque tiene 4 millones de personas y 12 millones de cabezas de ganado, entonces no se pueden comer todo lo que producen ni aunque quisieran. Nosotros tenemos 45 millones de habitantes y más o menos la misma cantidad de vacas, o sea que estamos en una ecuación diferente. De todos modos Argentina debería ir hacia el modelo uruguayo. Vos sabés que producimos yendo hacia adelante y luego hacia atrás; es como cuando te metés en el mar: rompés la ola y te vas a la zona de confort, pero en ganadería vivimos con la ola rompiéndonos siempre encima de la cabeza. Por eso debemos ir a un modelo de estar afuera de la discusión del consumo y la exportación.
-Pero en este momento el gobierno negocia solo con el Consorcio ABC. No es un gran acuerdo con la cadena productiva.
-Lo que pasa es que es muy difícil consensuar en el mercado de la carne, porque acá es menor la exportación que el consumo interno. El gran cliente de la carne argentina es el consumo interno, el 75% nos lo comemos nosotros y esa es una comercialización mayoritaria de medias reses en donde los actores se diluyen porque el dueño de la carne es el carnicero. Si yo mando por cortes, agarro frigoríficos exportadores y la boca de expendio de cinco cadenas de supermercados y hago un acuerdo con ello y pongo un precio, pero eso no obliga al carnicero y entonces aquel que está en Villa Lugano hace un negocio y aquel de Barrio Norte hace un negocio distinto. Por eso es difícil que el asado valga lo mismo en todos lados. Por otra parte, el productor no pone el precio sino que vende a lo que le pagan, y el valor del animal empieza a crecer a partir de la faena. Esto por suerte se pudo instalar como elemento de negociación, pero son acuerdos difíciles. Ahora, cuando va Doña Rosa a la carnicería y se encuentra con un asado caro, y putea. Pero siempre puteó. Esto es histórico; la carne es un bien social. Yo a veces lo hablo con gente del Gobierno esto. Cuando no es época de tomates este se dispara en su valor y entonces salen a decir que no consuman tomates. Pero acá no podés decirle a la gente que deje de comer carne porque entramos en un bache.
-Sin embargo, el consumo de carne está bajando poco a poco, ya sea por una cuestión de bolsillo o por razones culturales.
-Estoy de acuerdo en eso. Yo veo una crisis estructural de oferta en los próximos meses, que se podrá revertir como siempre. Ahora, vos me preguntás cuánto aumentará. El tema es que yo no sé cuánto dinero dispone Doña Rosa en su bolsillo como para convalidarlo y tampoco tenés una exportación que traccione.
-Puede haber algún freno en el consumo, claro. Esta es la pulseada.
-Y es triste esa pulseada.
-Si, es triste porque nos damos cuenta que todos estamos un poco más pobres.
-Claro. Vos fijate que dicen que la carne está cara. Yo pregunto: ¿Con respecto a qué está cara? Agarrás a un alemán, un norteamericano, un brasilero o un uruguayo y compran carne acá, y se ríen de nosotros.
-¿Qué te produjo al declaración de Alberto el otro día? Esa declaración de que no podía ser que a los argentinos les vendieran la carne al mismo precio que en Alemania…
-Me produce una situación de desconcierto en función de si es una chicana o si es realmente un desconocimiento, porque si es chicana, todos estamos acostumbrados.
-Hablemos de otro tema, ya que fuiste presidente de CRA y conoces su idiosincrasia. Están dudando sobre si continuar dentro del Consejo Agroindustrial. ¿Lo vés bien eso?
-Si dejás que una cadena agroindustria se junte toda y vos como productor no estás, si lo que se decide después no te gusta jodete, porque no estás adentro. Si estás adentro y no te gusta lo que se decide ponés el grito en el cielo y hace todo lo que se pueda para ir adelante con tu posición. Ese es el juego de la participación. Siempre dijimos que envidiamos a la Unión Industrial Argentina (UIA) porque tiene un espacio de poder muy fuerte, y sin embargo no toda la industria argentina tiene la proactividad que tiene la agroindustria, incluido el sector productivo y así la representación se vuelve un montón de cámaras diseminadas.
-¿Pero el gobierno no está boludeando a la Mesa de Enlace negociando solo con el CAA?
-El Gobierno puede haber decidido a cambiar de interlocutor, pasando de la Mesa de Enlace al Consejo Agroindustrial, puede ser una estrategia política. Pero también es cierto que no es lo mismo que se te planten 62 cámaras que hacen más del 62% del PBI y que representan desde la producción hasta la maquinaria agrícola, pasando por todos los proveedores de insumos y de la comercialización.
-Lo que está mal en todo caso es que el Gobierno pretenda de ese modo desoir los problemas puntuales de un eslabón importante como la producción primaria…
-El CAA es una coordinación, ni siquiera tenemos personería jurídica y cada uno mantiene la independencia de hacer lo que quiere o lo que puede. Por eso cuando la Mesa de Enlace decidió ir a un paro a nadie se le rasgó la vestidura en el Consejo Agroindustrial; al contrario, muchos de la agroindustria usan la fortaleza de la Mesa de Enlace porque es una fortaleza que ellos no tienen. La discusión actual dentro del Consejo es por la creación de un fideicomiso que te pide el Gobierno y lo primero que dicen las entidades agropecuarias, y tienen razón, que los productores volverán a subsidiar a la industria y entonces ese fideicomiso peligra. No es que vaya a ser así, pero si no tenés a la industria plantándose dentro y diciendo que por ese camino no se irá, los demás irán. En el fideicomiso hay uno que pone y otro que recibe. Si los que ponen no están dentro, decidirán los que reciban.
-Hay que hacer el intento dentro del Consejo de impugnar esa figura y negociar algo mejor. ¿Esta sería la lógica que proponés?
-Uno cree como productor que el industrial te caga de modo sistemático y más en la industria frigorífica. Yo creo que todos debemos hacer un esfuerzo para entender el negocio del otro y así construir para todos. Si vos te parás solo desde tu partecita de la torta y no entendés lo que le pasa al otro es muy difícil discutir. Ahora, cuando tenés la visión de toda la cadena podés defender mejor tu parte, y de eso se trata la construcción del Consejo Agroindustrial.