Cuando uno mira para atrás se da cuenta de cuánto tiempo se perdió en discusiones entre sectores privados y el público respecto de medidas que no se llegaron a implementar, que produjeron desgaste, costos económicos, debates y al final todo sigue igual. Algunos quedan contentos porque las consideraban negativas y otros a la espera que dé se les abra un nuevo hueco donde colar su propuesta.
Es el caso del famoso troceo de la media res, impulsado por la industria exportadora, que seguramente avanzará con el tema en la nueva gestión de gobierno, en tanto se generen las oportunidades para hacerlo.
Más allá de esta cuestión, la industria frigorífica tiene una amplia agenda de temas por resolver que sin dudas mejorarían su funcionamiento y el de la cadena cárnica.
De esto hablamos con Daniel Urcía, vicepresidente del IPCVA (Instituto de Promoción de la Carne Vacuna) y de la Federación de industrias Frigoríficas Regionales de la Argentina (FIFRA), quien sabe que para avanzar en estas cuestiones es condición “el ordenamiento macroeconómico”, sin el cual es imposible avanzar hacia el interior de la cadena cárnica. Eso no significa que no se deje de reclamar por soluciones.
Urcía tiene en claro su lista de cuestiones pendientes y las habló con Bichos de Campo: “El sector tiene mucho por aportar, hace falta un consenso entre quienes le toquen gestionar el próximo gobierno y el sector privado para generar bases sólidas de crecimiento. Yo creo que es una verdad irrefutable que toda la actividad pecuaria genera empleo, genera arraigo en su lugar de origen, que Argentina tiene mucho potencial para crecer tanto en cantidad como mejorar sus índices productivos”.
Para el especialista, la cadena requiere de un orden sanitario, fiscal y comercial, y debe ser de manera sincronizada en los tres aspectos para mejorar una situación. “Lamentablemente los intentos que se han intentado hacer de manera parcial en alguno de estos ámbitos han fracasado todos y, justamente por eso, porque son intentos parciales de querer solucionar todo un sector desde un solo aspecto” aseguró.
Respecto de la cuestión sanitaria, dijo que es necesario mejorar el estándar sanitario, dado que “hay que tener uno propio del siglo XXI, creo que ya el estándar sanitario debe ser el de Senasa para todas las plantas. Seguir con mataderos rurales en algunos lugares con la excusa del abastecimiento de carne, ya no hay más lugar para eso. Hoy creo que las cámaras de frío, incluso en los lugares más alejados con energías alternativas, como pueden ser eólica, solar, son la mejor forma de asegurar la inocuidad del producto y la salud de la población, y no por allí la matanza en situaciones precarias que trae consigo aparejado el riesgo en la salud”.
Escuchá la nota completa con Daniel Urcía en la última edición de Bichos de Campo, programa de radio que conduce Nicolás Razzetti los sábados a las 10 hs. por Radio Argentina AM570:
Dijo además que el sector requiere de previsibilidad y que “no haya diferentes tipos de cambios, que no haya retenciones. En definitiva no tiene que haber ningún impedimento que reste la competitividad de las empresas, porque obviamente competimos en el mercado global y si los otros competidores no tienen esas restricciones son más competitivos que nosotros”.
Desde FIFRA, que representa a frigoríficos de Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y de algunas provincias del noroeste, se insiste hace años con la necesidad de contar con una alícuota de ingresos brutos única y más baja que la que rige.
“Ingresos brutos, que es tal vez el impuesto más distorsivo de todos, necesita de un acuerdo nacional unificado, y esa alícuota no pueden superar, para el caso de carne, por la importancia que tiene en la dieta y por el valor de la misma, el 1%, pero hoy hablamos de algunas jurisdicciones que cobran el 4 y 5%” afirmó en diálogo con este medio.
Con respecto a los aspectos comerciales, para Urcía debiera mejorarse el seguimiento de los diferentes actores: “Es necesario hacer un control en lo posible, en tiempo real, y para eso son necesarias las correcciones impositivas para que esta actividad la puedan ejercer de manera eficiente y competitiva los operadores. Por eso hablo de que tiene que ser un proyecto que incluya los tres aspectos, el comercial, el impositivo y el sanitario, y de esa manera con un control adecuado tendríamos un mercado más depurado, sin competencia desleal, sin evasiones y saneado fundamentalmente, objetivos que creo que toda la cadena comparte”.
¿Y entonces por qué no se avanza? Para el industrial, “el problema no son los objetivos de fondo, sino las formas de cómo se presentan para conseguir esos objetivos que cuando son inspirados por algún sector en particular, sin contemplar estos aspectos de integralidad, indudablemente solo benefician a algunos y por eso han fracasado en su intento a lo largo del tiempo”. Entre otros, el ejemplo más recordado es el del troceo de la media res que por ahora quedó en la nada.
Esa es la agenda que FIFRA tiene en mente para el sector, pero mientras tanto el tiempo pasa y de corto plazo vamos a un escenario ganadero comercial más complejo, porque luego de la sequía y la liquidación de este año, para el que viene se espera que haya menos oferta de hacienda para engordar y luego para faenar.
“Creo que la prolongada sequía ha generado cambios en el sistema productivo y generó un aumento en la faena. Esto lleva inexorablemente a que va a haber una disminución de la oferta de hacienda que va a llevar a tensiones de precios, y que vamos a tener consecuentemente una caída en las faenas. Yo creo que vamos a estar entre el 10 y el 20% de menor actividad de faena para el año que viene, y entramos en uno o dos años de recomposición del aparato productivo” aseguró Urcía.
Ojalá eso suceda. Si se da la recomposición del stock será consecuencia del cambio de escenario climático, lo que también favorecerá a la producción agrícola y a la ganadera y a luego a la oferta de carne para el consumo y la exportación.
“Tenemos que recuperar la producción de kilos que teníamos en una recría el año pasado más prolongada, que por efecto sequía no ha ocurrido y eso te demanda entre seis o nueve meses de mayor permanencia de los animales en recría campo que indudablemente van a afectar la oferta de hacienda”.
Por eso Urcía espera un 2024 con menos faena, sacrificio necesario “para poder aumentar la oferta en los años siguientes. La ganadería tiene una ciclo biológico y es muy difícil poder acelerar los tiempos porque podemos aumentar el engorde de los animales, pero no los estados de preñez de las vacas”.