Daniel Tuesca es un reconocido especialista en malezas. Parte de ese reconocimiento está basado en casi 40 años de estudio de las mismas, incluso sin ser ingeniero agrónomo, sino biólogo.
Explica Tuesca a este medio, que comenzó a estudiar las malezas del campo allá por el ´87, lo que asegura conocimiento generado a partir de todos estos años, por ejemplo, los mismos años de vida de este cronista.
El aprendizaje lo llevó también a erigirse como docente de la Universidad Nacional de Rosario, enseñando malezas, es decir, que son y qué hacer con las plantitas que crecen el campo y compiten contra los cultivos de renta.
En este sendero, Tuesca reconoce que el escenario agrícola actual, es similar al de 1987, incluso antes que entre a extenderse la siembra directa, método agrícola por excelencia del agro argentino.
“Curiosamente hoy es un escenario parecido al que yo tuve que vivir cuando empecé. Porque si bien era otro contexto, donde no estaba siembra directa todavía, la problemática de malezas era gravísima”, resume Tuesca, antes de ponerse en modo profesor y explicar en detalle el escenario productivo y el uso de herbicidas.
Al respecto, Tuesca asegura que el arco fue abriéndose desde entonces con la siembra directa, para luego volver a un panorama similar: “En esa época se laboreaba muchísimo, pero era muy parecido en cuanto al uso de herbicidas. Se usaban muchísimos herbicidas residuales y ya se conocía la importancia de la utilización de herbicidas pre emergentes residuales. Después, con la aparición de la soja y el maíz tolerante al glifosato, de alguna manera cambió muchísimo el panorama, se supuso que se simplificaba mucho el manejo, porque la verdad es que era así. Con muy pocos herbicidas, uno manejaba bastante bien la mayoría de las malezas, hasta que en algún momento el sistema nos dijo no soy para nada simple, soy muy complejo”, narra a Bichos de Campo.
Es entonces cuando el especialista afirma: “Cualquier tipo de manejo simplificado de malezas hace que se generen problemas cada vez más complejos. La agricultura se basa en algo biológico, los sistemas biológicos son muy complejos. Lo que nosotros hacemos por una cuestión de tratar de comprenderlos y manejarlos, es simplificarlos, pero ellos siguen siendo complejos. Entonces para nosotros simplificarlos es usar uno o dos herbicidas todo el tiempo porque funcionan bien, y al poco tiempo el sistema nos dice, no, no, mirá, yo reacciono porque no soy para nada simple”, al mismo tiempo que no echa culpas al productor.
Al respecto afirma: “Si uno se pone del lado del productor, lo entiende. Para que vas a cambiar. Yo le puedo decir que haga otra cosa porque en 5 años va a tener problemas, y me va a decir que en 5 años lo vemos, porque está asociada la cuestión de los costos y lo cultural”.
Mirá la entrevista completa con Daniel Tuesca:
Empero, para el malezólogo Tuesca la problemática de hoy es similar a la de 40 años atrás, con nuevos protagonistas y condiciones distintas, pero con un esfuerzo superior: “Cambian a veces los actores. A lo mejor no son las mismas malezas que en el 87, aunque la mayoría te diría que sí, pero la complejidad es igual. Hay malezas que son más difíciles de controlar, ahora son las resistentes, en ese momento no era una cuestión de resistencia, sino era una cuestión de malezas difíciles con las herramientas que teníamos. Ahora se sumó el tema de la resistencia, que hace que la herramienta más fácil, que son los herbicidas, en muchos casos no funcionen. Entonces se vuelve a la vieja idea de que hay que integrar cosas. El famoso manejo integrado, que es, digamos, una linda palabra, pero que muchas veces no lo hacemos”.
– ¿En qué consiste este manejo integrado? ¿Cómo funciona?
– En sumar herramientas de manejo. Los herbicidas serían una. Se habló de cultivos de servicio, cultivos de cobertura, sería otra. Labranzas, no estoy diciendo que uno tiene que usarlas, pero en algunas situaciones podrían ayudar. Es pensar en soluciones más complejas. Es aumentar la cantidad de señales que uno le da a la maleza para que no pueda acostumbrarse a una o dos señales. Es ir corriéndole el arco, ir cambiándole el escenario cada vez más seguido.
– Llevas también muchos años como docente en la Universidad de Rosario. Imagino que no debe ser fácil trasladar esto a las nuevas generaciones que vienen con otra matriz distinta a la que vos arrancaste en 87, 88.
– Yo te diría que fue más difícil el escenario cuando todo parecía fácil, porque hasta se llegó a pensar que materias como malezas, o inclusive en los INTAS, la sección malezas, parecía que no tenía sentido de estar. Ahora todo el mundo reconoce que la protección vegetal es importante, entonces desde ese punto de vista no cuesta decir, bueno, tenemos que enseñar malezas porque son complejas. Así que no, desde ese punto de vista yo no tengo ningún impedimento, o por lo menos no siento que la gente diga que no necesita aprender de malezas.
– ¿Hubo un momento bisagra en el que las malezas pasaron de ser una preocupación menor a una problemática importante en el sector agropecuario, particularmente el agrícola?
– Sí, absolutamente. Por eso, mientras la herramienta principal era el glifosato y funcionaba, la verdad es que pensar en malezas, hay mucha gente que siguió trabajando en malezas, en lo que se llama ecología o biología de malezas, que esa información es la que ahora está empezando a servir. Siempre fue útil, pero en esos casos parecía que no era útil porque una herbicida muy eficaz solucionaba todo, no importaba si la planta estaba estresada, si era más chica o más grande. Ahora se empieza a ver que tener esa información ayuda a que cualquier herbicida o cualquier método de control funcione mejor. Entonces, la verdad es que enseñar malezas en este momento es casi un privilegio, está bueno.
– Hablaste recién de diferentes métodos de control. Te pregunto por las cuestiones que están relacionadas con el nulo uso de herbicidas químicos, particularmente los manejos más ambientales, más amigables con el medio ambiente, y la particularidad que tienen los bioinsumos que aún les falta mucho para desarrollar una herbicida de origen biológico.
– Sí, vos dijiste el nulo uso. Ese sería un extremo al que me parece que no tendría sentido ni siquiera probarlo, es decir, para mí es una transición y lo grave sería decir, bueno, acá estamos usando mucho, vamos a no usar nada, porque seguramente fracasaría. Ninguno de los otros métodos o tácticas de control son lo suficientemente buenas como para prescindir del control químico. Yo creo que, por supuesto, siempre se puede hacerlo mejor, hacerlo más racional, pero creo que no existe el escenario donde vos no tengas, aunque sea en algún momento del manejo a largo plazo, que no lo tengas que usar. Entonces, si la idea es un nulo manejo y eso quiere decir que no lo puedo usar, yo te diría que va a ser complicado. Ahora, si vos me decís, bueno, voy a ir a una transición para usar cada vez menos y usarlo en forma más racional y complementarlo, me parece un objetivo que hay que hacerlo, me parece bueno.
– Entonces el camino parece que no es el de muchas regiones donde directamente se prohibió el uso del glifosato.
– Para mí no tiene sentido. Es un tema complejo porque responden a veces a cuestiones sociales o de salud. Entonces, es muy difícil la discusión cuando por un lado uno dice este producto mató animales o mató personas, y desde otro lado se pretende con datos demostrar que eso no es muy factible. Yo creo que se tiene que llegar a un equilibrio. Nadie dice, o por lo menos yo no digo que los herbicidas no sean una sustancia, entre comillas, que hay que tener cuidado para manejarla. Pero tampoco creo que los herbicidas que están en el mercado sean tan dañinos como para matar a mansalva. Entonces, creo que se necesita una discusión más racional sobre eso, que no es fácil, no es fácil.
Excelente informacion sobre malezas nuestros campos en Venezuela estan muy afectados por malezas sobre todo en el cultivo de maiz ya que cuando queremos rotar a otro cultivo es afectado por los residuos del herbicida es bastante compleja la situacion
Qué curiosidad…Steve tan obvio lo que dice Tuesca. Los promotores de Bioceres que promocionan Prominente andan convenciendo a los productores que usen glufosinato de amonio porque por más glufosinato que tires, las malezas aprendieron. Obviamente va a pasar lo.misno con el.otro veneno. Van a incrementarlo 20 veces y aprenderán. Hay que terminar con ese modelo de una vez por todas, antes de que termine con los suelos, con el sagua y con todos nosotros. Claro, a los que vienen concentrando las semillas y vendiendo agroquímicos de manera incremental no.les conviene. Y a los profes de agronomía financiados por esos intereses, tampoco.
La cola de zorro agarró todos los bajos. No hay nada para ello?
Y si en lugar de eliminar, se cambia el paradigma, es decir empezar a ver qué nos dicen “esas malezas”, qué se puede hacer con ellas, cuál es su utilidad en esa región y trabajar en red para capitalizar sus beneficios, e intercambiar los componentes de una región con otra para restaurar los componentes químicos erradicados por el manejo agresivo de los últimos años…