Daniel Satragni es el presidente del Consejo de Ingenieros Agrónomos de Río Negro (CPIA RN), donde existen unos 700 profesionales y la mitad están matriculados. “La matricula es necesaria para trabajar en los campos de fruta del Alto Valle, donde se cumplen todas las exigencias de los mercados internacionales”, informó el experto. Cada chacra de la región, así, tiene un responsable técnico.
Pese a esa situación, existe en las grandes ciudades un creciente interés de los consumidores por la sanidad y calidad de las peras y manzanas que llegan al mercado desde esta región productiva. Satragni se muestra sorprendido porque muchas veces llegan a los medios versiones extremistas sobre altos contenidos de residuos de agroquímicos. “Alarma la mala información que se tiene sobre la fruta que se exporta, que cumple todos los estándares internacionales”, señaló a Bichos de Campo.
Aquí la entrevista completa con el titular del Colegio de Ingenieros Agrónomos:
Según Satragni, en la región del Alto Valle “hace más de 25 años que se trabaja con buenas prácticas y es imposible (para aquellas empresas que exportan parte de lo que producen) hacer una diferenciación productiva sobre los productos que aplica en su lote. Entonces todo se produce bajo las exigencias internacionales y recién después (de la cosecha, en los empaques) se separa por calidad y se destina el mercado” que corresponde, informó.
Esa decisión se basa básicamente en el aspecto físico de la fruta y no en razones sanitarias, pues toda la fruta fue producida bajo los mismos estándares. Tal es así, que “entonces la preocupación por la salud del europeo repercute favorablemente en la salud de los argentinos”, razonó el agrónomo, explicando que también para la fruta destinada al mercado doméstico se aplican las exigencias más altas de la Unión Europea.