Mientras estás leyendo este artículo, hay muchas personas detrás de una pantalla pasándola mal porque necesitan hacer un trámite esencial para la supervivencia de la empresas en la que trabajan, pero no logran concretarlo.
En el marco del nuevo “cepo cárnico”, la normativa implementada por el gobierno dispone que los frigoríficos exportadores, para el volumen por embarcar autorizado correspondiente al presente mes de junio (que es un 25% del promedio mensual registrado en 2020), pueden realizar las tramitaciones hasta el próximo 12 de julio.
Parece bastante tiempo. Pero la fecha puede resultar engañosa, porque el sistema en línea para gestionar Declaraciones Juradas de Operaciones de Exportación de Carne (DJEC), versión actual de los viejos ROE Rojos, no está funcionando adecuadamente y no hay nadie que pueda ofrecer una solución al respecto. Sólo queda “darle Enter” al teclado para ver si en algún momento el trámite digital sale. O rezar.
“Las empresas no están recibiendo las aprobaciones correspondientes de las declaraciones juradas de exportación presentadas ni respuesta a las que vienen rechazadas, ya que no les explican qué se hizo mal o qué dato podría estar faltando”, explicó a Bichos de Campo Sebastián Bendayán, gerente de la Cámara de Frigoríficos de Santa Fe.
El dirigente dijo que en la provincia hay diez frigoríficos exportadores y que todos tuvieron algún tipo de inconveniente. La situación genera preocupación porque hasta el próximo 12 de julio se cuentan apenas seis días hábiles, los cuales podrían llegar a resultar escasos frente a las dificultades que está teniendo el sistema. Y una vez finalizado el plazo el próximo 12 de julio, no habrá más posibilidades de reclamar el cupo correspondiente a junio. Alpiste.
Bendayán dijo que entre los perjudicados se encuentra el frigorífico El Recreo, ubicado en la zona de influencia de la capital santafecina, el cual “había hecho inversiones y tomado personal, pero ahora le quedó un cupo de apenas 425 toneladas, por lo que se ven obligados a bajar nivel de faena y de trabajo, lo que afecta también a los empleados”.
En tanto, la filial argentina del grupo brasileño Minerva Foods decidió paralizar las actividades de la planta industrial localizada en Venado Tuerto –suspendiendo a los trabajadores de la misma– para concentrar las operaciones en la unidad fabril ubicada en la ciudad de Rosario.
En Santa Fe se estima que hay unos 10.000 trabajadores afectados a la industria frigorífica exportadora, los que, en un contexto inflacionario, tendrán un recorte importante en sus ingresos nominales, ya sea por estar suspendidos o trabajando en el régimen de garantía horaria.