El mercado argentino de soja puede estar atravesando un “espejismo” a partir de precios firmes de la oleaginosa que se presenten en un contexto marcadamente bajista.
Así lo advirtió Gustavo Olivero, consultor agrícola y director de Agritrend, durante una charla ofrecida ayer jueves en una jornada organizada en la Sociedad Rural de Tucumán por AcSoja, CREA y Land Innovation Fund.Las existencias finales de poroto al finalizar la campaña comercial de soja argentina 2024/25 serían de 8,0 millones de toneladas, una cifra que prácticamente duplica el registro del ciclo anterior.
Ese enorme volumen remanente, sumado a la proyección de cosecha 2024/25, generaría una oferta total estimada de 67,0 millones de toneladas, lo que implica un 12% más que en 2023/24.
A pesar de ese aluvión esperado de oferta, tanto la exportación como la industria aceitera están trabajando a “contramargen”, es decir, ofreciendo precios de soja en el mercado argentino superiores a los de su capacidad teórica de pago.
El margen neto negativo teórico de la operación es moderado en el caso de la soja disponible, pero bastante abultado en lo que respecta a la nueva cosecha 2024/25, la cual comienza a recolectarse a partir de abril próximo.
La razón detrás de esa aparente incongruencia es que el ritmo de ventas de soja por parte de los productores argentino viene atrasado. Parte de esa realidad, aunque no toda, puede compensarse con soja importada proveniente mayormente de Paraguay.
De todas maneras, el “mapa” de situación del mercado de soja presente un riesgo importante, porque esos “premios” ofrecidos con el propósito de originar mercadería pueden llegar a desaparecer en algún momento.
El actor más urgido por generar mercadería es la industria aceitera, que necesita todos los meses contar con un volumen mínimo de poroto que permita licuar los costos de la operación.
En ese marco, ante las eventuales oportunidades geopolíticas presentes para la soja sudamericana, la demanda argentina está realizando esfuerzos para asegurar la provisión de mercadería, los cuales no siempre son percibidos como tales por parte de los productores con los riesgos que eso implica.