Frente a la escasez de mercadería, algunos molinos harineros comenzaron a competir por partidas de elevada calidad panadera en pleno período de finalización de recolección del cereal.
Tal como sucede en los períodos de sequía, los bajos rendimientos vinieron en muchos casos acompañados por elevados niveles de proteína y gluten, tal como muestra el relevamiento de calidad de trigo recopilado por ArgenTrigo en base a los datos de los análisis realizado hasta el pasado 20 de diciembre por los laboratorios de las Cámaras Arbitrales de las Bolsas de Cereales y de Comercio de las diferentes regiones trigueras.
El relevamiento detectó en zonas bonaerenses y santafesinas afectadas por la seca niveles de gluten superiores al 30%, lo que representa una mercadería muy codiciada para el sector molinero.
En ese marco, industrias molineras del norte de Buenos Aires y sur de Córdoba están abonando en general 62.000 a 68.000 $/tonelada por partidas con altos niveles de proteína y gluten, según datos de operaciones informadas a Sio Granos en lo que va de la presente semana.
Se trata de valores sustancialmente superiores a los del trigo condición cámara con entrega en las terminales rosarinas, que este martes cotizó en una media de 57.500 $/tonelada.
Si bien la campaña comercial del trigo argentino 2022/23 recién comienza, la capacidad de “aguantar” el cereal para aspirar a recibir mejores precios en la actual coyuntura es ponderada por algunos productores con el factor cambiario, dado que de nada servirá recibir más pesos si al final del día –en función de la variación del dólar MEP– quedan en la mano menos billetes de la moneda estadounidense.