Un informe elaborado por el sector de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) afirma que los impuestos explican el 39,3% del precio final de un kilo de yerba mate en góndola. Mientras tanto, el productor primario de Misiones y Corrientes recibe solo el 22,4% del dinero que paga el consumidor al final de la cadena.
“Nuevamente la excesiva carga tributaria queda al descubierto”, afirma el estudio de la CAME, que luego explica que ese casi 40% de impuestos se divide en 78,08% a impuestos nacionales y el 21,92% de impuestos provinciales.
“Al analizar los impuestos específicos de la cadena de valor, el 53,58% corresponde al IVA, el 24,50% al Impuesto a las Ganancias y el 21,92% a Ingresos Brutos. Para optimizar el análisis, se consideraron únicamente los gravámenes a la producción y la comercialización de yerba mate, desestimándose aquellos que gravan las instalaciones, las operaciones comerciales, el patrimonio de los propietarios o cualquier otra cuestión secundaria”, aclaró el documento.
En enero pasado, el precio promedio del paquete de un kilo de yerba mate en la Ciudad de Buenos Aires fue de 340,7 pesos. Del valor final, el productor explica el 22,4% (76,6 pesos); el sapecado, secadero y canchado el 7,6% (25,9 pesos); la molienda y envasado el 11,1% (37,7 pesos), el ingreso del mayorista el 10,7% (36,6 pesos), la renta del comercio minorista el 8,9% (30,1 pesos), y los impuestos el 39,3% (133,9 pesos).
Del precio que abonó el consumidor en góndola (los mencionados 340,7 pesos), además del importe correspondiente a impuestos (133,9 pesos), el 17,8% (60,7 pesos) corresponde a ganancias netas y el 42.8% (145,8 pesos) a costos de la cadena productiva.
“Queda claro que los productores de alimentos no somos formadores de precios. La atención no debiera centrarse en nosotros, sino en repensar el esquema impositivo, lo que beneficiará tanto al consumidor como al empresario agroalimentario”, evaluó el titular del sector de Economías Regionales de CAME, Eduardo Rodríguez.
Días atrás, en una reunión con el presidente Alberto Fernández, dirigentes de la Mesa de Enlace trataron de plantear esta misma línea de razonamiento (que si quieren bajar los precios de algunos alimentos lo primero a revisar deben ser los impuestos), pero hubo una cerrada negativa del primer mandatario a profundizar sobre este espinoso asunto.
En el sector de la yerba mate, aunque hay un porcentaje de la materia prima (la hoja verde) que podría venderse fuera de los canales habituales, la estructura industrial concentra la producción primero en un centenar de secaderos ubicados en la zona de producción (Misiones y el norte de Corrientes) y luego en unos pocos molinos fraccionadores. Por lo tanto, el control de la evasión es intenso.
Además, desde 2002 la cadena yerbatera está regulada por el INYM (Instituto Nacional de la Yerba Mate), que establece que un paquete de yerba mate ha atravesado por el circuito formal para llegar al consumidor a través de las estampillas que debe comprar cada molino y pegar en cada paquete.