En el mercado argentino de trigo disponible 2024/25 no resulta sencillo hablar de promedios porque la dispersión de valores negociados es enorme.
Si bien, debido a elevadas existencias iniciales en manos de los exportadores y al inicio de la cosecha, la tendencia general de precios es bajista, cuando se analiza con mayor detalle al mercado se observa una competencia temprana por las partidas con mayor calidad panadera.
Lo llamativo es que en esa competencia no sólo participan las industrias molineras especializadas en la elaboración de harinas especiales, sino también algunas empresas exportadoras.
Los registros de la plataforma Sio Granos, para operaciones de venta de trigo con entrega hasta el próximo mes de diciembre, reflejan un volumen considerable de operaciones con entrega en terminales portuarias de Rosario y Bahía Blanca con valores superiores a los 200.000 $/tonelada, lo que indica un “premio” por algún atributo específico de calidad respecto del producto a granel “condición cámara”.
Si se tiene en cuenta que el valor FOB oficial del trigo argentino –fijado por la Secretaría de Agricultura– es de 222 u$s/tonelada (222.000 $/tonelada al tipo de cambio BNA comprador), es factible advertir que las operaciones de trigo con alta calidad panadera en algunos casos están virtualmente libres del derecho de exportación del 12,0%.
La razón de ese fenómeno es que en Brasil este año, además de una cosecha de trigo menor a la esperada, gran parte de las partidas logradas tienen atributos poco deseables para panificación, lo que obligará a los molinos de ese país a incrementar la importación de granos “correctores”.
Por tal motivo, los precios del trigo disponible en el estado brasileño de Paraná parecen ya haber tocado un “piso” a pesar de que la oferta interna total del cereal en esa jurisdicción aún es abundante.
Otro factor que interviene en la búsqueda temprana de partidas de calidad es que en la campaña pasada 2023/24 muchos lotes de trigo provenientes del sudeste, sur y sudoeste de la provincia de Buenos Aires registraron pesos hectolítricos bajos, lo que dificultó su colocación en el mercado brasileño, dado que ese atributo no se corresponde con las necesidades de la demanda molinera.
Para evitar sorpresas que luego deriven en un problemón a momento de originar mercadería y confeccionar embarques, algunos exportadores prefieren pagar ahora un poco más y asegurarse la mercadería: Y esa conducta se refleja en los precios negociados, los cuales pueden ser aprovechados por aquellos empresarios que segregan mercadería al detectar partidas de calidad superior.