Ante la falta de estadísticas sobre el consumo de agroquímicos en nuestro país, haremos un racconto sobre los fitosanitarios más difundidos en esta etapa histórica de la agricultura argentina. Una suerte de ránking de los productos preferidos por los productores y asesores agrónomos para combatir las malezas, plagas y enfermedades más problemáticas. Haremos mención al principio activo del producto -la droga genérica-, sin promocionar ninguna marca comercial. Y para circunscribirnos a una época del año o cultivos específicos, tomaremos los cultivos de soja y maíz, ya que ambos ocupan alrededor de 24 millones de hectáreas en la Argentina y se desarrollan en el verano, donde las plagas inciden bien fuerte.
Cabe discernir para el ‘combate’ de las diversas plagas, entre aquellos productos para malezas, insectos y hongos:
Herbicidas
El glifosato sigue estando presente en todos los galpones de los productores y continua siendo una herramienta valiosa para determinadas situaciones de escapes de malezas. Se trata de un herbicida de amplio espectro (hoja ancha y angosta), que actúa por contacto en la maleza. Si previo a la siembra se hace un correcto barbecho con herbicidas residuales y el lote llega limpio a la siembra, no hará falta usar el glifosato. En todo caso puede llegar a considerarse si luego aparecen malezas antes que el cultivo cierre el surco. Además es un herbicida muy versátil, que se puede combinar en cualquier mezcla. Por eso se tiene siempre en consideración.
Las estrategias de control de malezas están hoy fuertemente orientadas a evitar el yuyo colorado (Amaranthus), presente en todo el país y con resistencia múltiple al glifosato y los hormonales 2,4-D y Dicamba. También la rama negra, temible en todas las zonas. Las gramíneas anuales complicadas varían un poco más por zona.
Aclarando esto, las combinaciones en presiembra de soja más utilizadas se disputan entre los residuales Sulfentrazone, para cubrir todo lo que sea hoja ancha -latifoliadas- en mezcla con S-Metolaclor para hoja angosta -gramíneas y ciperáceas-. O bien Flumioxazin para hoja ancha en combinación con el S-Metolaclor. Esas dos fórmulas son las más adoptadas.
Después otro producto utilizado es el que combina las drogas Sulfometuron Metil y Clorimuron Etil, que combate tanto hoja ancha como gramíneas anuales. Y puede combinarse con Sulfentrazone o con Flumioxazin, para ampliar espectro y evitar resistencias.
Uno que está funcionando muy bien pero todavía novedoso es el Pyroxasulfone, de amplio espectro -controla malezas de hoja ancha y gramíneas anuales- y puede utilizarse tanto previo soja como al maíz. Los técnicos lo están considerando un preemergente muy versátil y con gran control del yuyo colorado. Creen que puede llegar a crecer más su adopción a futuro.
Luego, llegados casos puntuales que exista rama negra elongada (crecida) se utiliza Diclosulam + Arilex. Y en situaciones de yuyo colorado previo a la siembra, suele utilizarse como quemante un herbicida que tiene Saflufenacilo, o bien Paraquat + Diuron. O en casos de ir a maíz, aquel que tiene Picloram o bien 2,4-D con altas dosis, que si el colorado está chiquito todavía se lo controla bien.
En cuanto al maíz, la típica mezcla de preemergentes (presiembra) es la de Atrazina (para hoja ancha) junto al S-Metolaclor. Pero hoy en día con la gran problemática del yuyo colorado están notando que funciona muy bien aquel que tiene la droga Biciclopirona. Y por detrás para viene el que tiene en su formulación Isoxaflutole y otro con Rimsulfurón, que controla bien gramíneas pero no tanto al yuyo colorado.
Insecticidas
Para el control de lepidópteros -orugas- el número uno del mercado es aquel que tiene Clorantraniliprole en su formulación total, lejos el más utilizado. Después siguen el que tiene Metoxifenocide y Spinetoram, otro con mezcla de Clorantraniliprole y Lambdacialotrina, y uno que tiene Flubendiamide.
Y para chinches el más usado es Tiametoxam + Lambda cialotrina. Y después más abajo vienen uno con Imidacloprid + Beta cyflutrina, y otro con Sulfoxaflor + Lambda cialotrina.
Cabe mencionar que las plagas de insectos tienen mayor incidencia desde la zona centro hacia el norte del país, en donde hay que aplicar sí o sí porque sino Spodoptera -gusano cogollero-, Helicoverpa -isoca bolillera- o isoca de la espiga se devoran el maíz.
Es por eso allí se siembra el maíz Víptera o la soja Intacta, porque se paga ante tantas aplicaciones que habría que hacer, cosa que en la provincia de Buenos Aires no se usa porque los ataques son erráticos, sobre todo en maíz de primera. Para la soja las mayores plagas son la isoca medidora y la falsa medidora, esta última más difícil de controlar y está unicamente en el norte. Y claro que la Isoca bolillera, que está en todo el mapa.
De forma diferente se abarca la chinche, que ya en el armado de los planes de siembra de todo el país se estipula por lo menos alguna aplicación en los estados R3 a R5 de soja y más cuidada aun en aquellos lotes que se utilicen para guardar la semilla.
Fungicidas
Las enfermedades predominantes en soja son Septoria (mancha marrón), Cercospora (tizón o mancha púrpura) y mancha ojo de rana. Para controlar estos hongos se usa la mezcla dos a uno de Estrobirulina más Triazol. Y en maíz las enfermedades pueden ser roya y tizón en tardío, pero en zona centro – norte. No suelen combatirse de forma generalizada, y en todo caso se usa la misma mezcla mencionada para las enfermedades en soja.
Pd: Para los cereales de invierno -trigo y cebada-, que pueden sufrir graves daños por enfermedades en aquellos períodos húmedos, recurrentes en épocas invernales con baja evaporación, están funcionando muy bien y se han impuesto las Carboxamidas para combatir los hongos en forma de manchas. Y en hongos como royas, funciona la mencionada mezcla de Estrobirulina más Triazol.
Excelente nota….!!!