Argentina espera un “cosechón” de trigo para la campaña 2025/26. Pero los embarques declarados a la fecha son escasos. Esa fue una de las principales preocupaciones que recibió la delegación argentina que participó esta semana del 32 Congreso Internacional de la Industria del Trigo de la Asociación Brasileña de la Industria del Trigo (Abitrigo) realizado en Río de Janeiro.
Las Declaraciones Juradas de Ventas Externas (DJVE) de trigo 2025/26 registradas suman 2,03 millones de toneladas. Una cifra exigua para una estimación de cosecha de 22,0 millones de toneladas, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires o de 23,0 millones según la Bolsa de Comercio de Rosario.
Representantes de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la Bolsa de Cereales de Bahía Blanca, la Cámara Arbitral de Cereales de Rosario, la Cámara Arbitral de Cereales de Bahía Blanca y la Cámara Arbitral de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires se reunieron esta semana con autoridades de Abitrigo en el tradicional evento anual organizado por la entidad.
En ese ámbito intercambiaron información sobre la cosecha esperada de trigo argentino y fortalecieron relaciones con el sector molinero brasileño, que es el principal cliente de la cadena de valor triguera argentina.
“Los cultivos muestran muy buena evolución y los primeros relevamientos de rendimiento se ubican en línea –e incluso por encima– de las proyecciones iniciales. Con este contexto, se espera una producción argentina de trigo de 22 millones de toneladas y exportaciones por 13,4 millones”, explicó Ricardo Marra, presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, a los dirigentes molineros brasileños.
Las exportaciones de trigo destinadas a Brasil tienen un volumen constante en el transcurso del año, aunque en términos relativos adquieren relevancia en el segundo y tercer trimestre del año.
Debido a que gran parte de la producción brasileña de trigo tiene bajos niveles de gluten por cuestiones climáticas –el cereal no es un cultivo apropiado para zonas subtropicales–, la demanda molinera de ese país pone especial foco en la calidad de las partidas importadas, algo que todos los años requieren importantes esfuerzos por el hecho de que la Argentina, principal proveedor de cereal de Brasil, exporta trigo a granel sin diferenciación.
En ese marco, las misiones comerciales emprendidas por los representantes de la cadena agroindustrial argentina representan una instancia clave para posicionar al país como un proveedor confiable del grano.







