El plazo promedio de cobro informado por los productores de uvas para vinificación pasó de 110 días en la campaña pasada a 168 días en el presente año, aunque un 18% de los consultados indicó que el mismo ¡supera los 210 días!
Pero eso no lo peor, porque los precios de las uvas con destino a vinificación –medidos en pesos constantes ajustados por inflación– acordados este año son los más bajos desde la pandemia de Covid-19, al tiempo que los valores de los vinos, si bien también descendieron, siguen por el momento siendo superiores a los negociados un año atrás.
Los datos, provenientes de una encuesta realizada en mayo pasado por los grupos CREA de la región Valles Cordilleranos, fueron presentados este viernes ante funcionarios provinciales y periodistas por parte de empresarios y técnicos de la red CREA.
En el evento, realizado en la ciudad de Mendoza, participaron el ministro de Producción de Mendoza, Rodolfo Vargas Arizu, y el subsecretario de Agricultura y Ganadería, Sergio Moralejo.
Los vitícolas no están solos: en el presente año el 71% de las empresas nogaleras registraron problemas productivos derivados de inconvenientes climáticos, mientras que más de la mitad de las firmas olivícolas fueron afectadas por bajas temperaturas. En tanto, casi un tercio de los productores de vid y frutales experimentaron problemas por granizo y heladas.
Luego del alza registrada en 2024, este año el precio internacional del aceite de oliva regresó a los niveles previos y lo mismo hizo el valor de la aceituna destinada a tal propósito. En cambio, el valor de la aceituna de mesa siguió consolidando –en pesos constantes– un proceso alcista.
En tanto, el precio de venta de la nuez con cáscara mejoró con respecto a los últimos dos años, aunque sigue sin alcanzar los niveles registrados entre 2020 y 2022.
La situación de precios de los frutales –más allá de una recuperación puntual del durazno fresco– continúa estando complicada en función de la estructura de costos vigente. El alargamiento de los plazos de cobro agrava los problemas.
La mayor parte de los empresarios vitivinícolas y de frutales señalaron que perciben que ambos mercados están sobreofertados, lo que torna difícil negociar precios y plazos de cobro razonables. En ese marco, un 60% de los encuestados que elaboran vinos dijo que la producción de ese producto este año será igual o mayor que la registrada en 2024.
En semejante coyuntura, más de la mitad de los productores vitícolas, olivícolas y de frutales esperan un deterioro del resultado económico en 2025 con respecto del ejercicio anterior. Aquellos que están integrados con actividades industriales y comerciales cuentan con un margen adicional de maniobra, aunque también están expuestos a una coyuntura desfavorable.
El nivel promedio de financiamiento requerido este año por las empresas de la región se encuentra en el 31%, el registro más elevado de la serie regional y siete puntos superior al medido un año atrás.
Más de la mitad de las empresas consultadas informaron un incremento del endeudamiento en el último año, para lo cual debieron refinanciar pasivos o bien cancelarlos por medio de aportes de capital o a través de liquidación de stocks o activos.
No resulta sorpresivo conocer que la mayor parte de los consultados sigue considerando que las condiciones no son propicias para realizar inversiones orientadas a mejorar la capacidad productiva o la eficiencia.