En este sección donde tomamos notas de otros medios por su valor periodístico, repetimos ahora una crónica de Antonio Oieni para el diario El Tribuno de Salta, en la que advierte sobre el impacto de la escasez de lluvias sobre la producción agropecuaria de su provincia. Afirma el artículo:
Luego de tres semanas sin lluvias en el norte y un mes de sequía en el sur de la provincia, productores de granos de San Martín, Anta, Metán y Rosario de la Frontera cruzan los dedos en espera de un guiño del clima que evite daños irreversibles en sus estresados cultivos.
“Si no llegan lluvias suficientes en los próximos siete días tendremos pérdidas parecidas a las del desastroso año 2013”, afirmó Gonzalo Roca, un productor de San Martín que tras 24 días sin precipitaciones y con elevadas temperaturas en la zona de Embarcación tiene sus lotes con cereales y legumbres severamente afectados.
Las lluvias pronosticadas para la segunda quincena de marzo tendrán la última palabra, pero ya se reportaron pérdidas del 50 hasta el 100% en las principales áreas agrícolas de la provincia, y es un hecho que caerán las cosechas.
Por la crisis climática el agro salteño hoy mira al cielo, pero la agobiante presión fiscal también empuja reacciones hacia las rutas. “Por derechos de exportación y el diferencial del tipo de cambio, el sector agrícola de la provincia de Salta tiene en la soja una retención efectiva real del 33% más el 30%, que en el caso del maíz es del 12% más el 30% y en el poroto, del 5% más el 30%. Si continúa está doble imposición fiscal que confisca nuestro capital de trabajo empezaremos a perder el valor de nuestro patrimonio, de nuestro principal activo, que es el campo”, explicó Roca.
“El sacrificio fiscal que la Nación tendría que asumir en el caso de reconsiderar la situación del área agrícola y ganadera de la región sería de 300 millones de dólares por todo concepto, una cifra insignificante ante el desborde del gasto público nacional, pero que produciría en caso de quedar esos recursos en el NOA un efecto multiplicador en la economía regional”, planteó.
En Rosario de la Frontera ya hay cultivos con daños totales. “En este momento, en el sur de la provincia, estimamos que hay pérdidas generales del 50% en lotes de soja, maíz y poroto”, señaló el presidente de la Asociación de Productores de Legumbres del NOA, Miguel Medina.
“Esperemos que haya lluvias en estos días, porque si eso no ocurre la situación será más grave todavía”, remarcó, tras recordar que “en nuestra asociación en el noventa éramos 430 productores y hoy quedamos 180. Con esta sequía el año que viene el 50% quedaría fuera del circuito productivo”, estimó Medina.
El vicepresidente de la Sociedad Rural Salteña, Carlos Segón, alertó que la crisis climática “está impactando seriamente en los rindes. La evolución que puedan tener las lluvias en la semana entrante será definitoria en el destino de las cosechas y la continuidad de muchos productores y puestos de trabajo”, aseguró, tras aclarar que “la sequía es de tal magnitud que también afectará a la ganadería”.
Segón recalcó que sobre el agro salteño, con todos sus problemas, recae una presión fiscal del 65%. “El campo viene siendo solidario por varias década y cada vez aporta más, pero Argentina tiene cada vez más deudas y más pobres ¿Qué hace el gobierno con todo esos aportes?”, se preguntó.
El dirigente rural explicó que la reducción del área de siembra de soja es reemplazada por una mayor producción de otras legumbres que, ante el fuerte aumento de la oferta, ven pulverizados sus mercados. “Esto lleva a quebrantos que no se solucionan con una leve baja de los derechos de exportación.También tenemos que lamentar la derogación del decreto 847/19, que afecta gravemente la posibilidad de exportación de cueros, recurso importante para la industria cárnica local”, acotó Segón.