Esta nota del colega Marcelo Dettoni fue publicada en el Diario de la República de San Luis y cuenta que partió un primer cargamento de fardos de alfalfa producida en esa provincia hacia los países árabes. Se trata de un envío testigo con la chance de sumar 15 mil toneladas. Por eso decidimos hurtar esta historia para compartirlas con nuestros lectores:
“Cuando empezamos con Alfazal había mucho escepticismo. Los productores dudaban sobre la viabilidad de hacer alfalfa y mucho más sobre si era posible exportarla. Pero pasó el tiempo y acá estamos, con el primer cargamento ya embarcado hacia Medio Oriente y a punto de enviar la primera venta propia de San Luis a Qatar”.
Sebastián Lavandeira, el secretario de Estado de San Luis Logística y titular de la sociedad anónima con participación estatal mayoritaria (Sapem) Alfazal, que constituyó el gobierno puntano con un doble propósito (ambiental y comercial), está orgulloso del camino recorrido. Y no es para menos, porque ya se están viendo los primeros resultados de la apuesta que hizo San Luis con la alfalfa.
Por un lado, atacar el problema que ocasionan los excesos hídricos en la Cuenca del Morro con un cultivo de raíces profundas, capaz de captar agua a varios metros y estabilizar los suelos erosionados con la aparición de nuevos ríos que antes eran subterráneos. Y por el otro brindarles una salida comercial rendidora a quienes apostaran por la alfalfa, una variedad no tradicional, que debía competir por superficie con el maíz y la soja en una zona donde la campaña gruesa se lleva toda la atención de la agricultura.
Y a esto hay que agregar que la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) les compra la mercadería, por lo que trabajan con total previsibilidad, ya que es el propio centro del gobierno provincial el que luego hace el agregado de valor, con los procesos de henificado, compactación y consolidación, preparando los cargamentos para que luego el tren los saque por el puerto de Buenos Aires, con todos los trámites de Aduana incluidos, que también se hacen en Villa Mercedes. Un servicio completo que demandó una fuerte inversión del Estado puntano en maquinaria, incluida una compactadora de última generación comprada en España.
Entre la semana que pasó y la que viene, San Luis concretará dos envíos de alfalfa a Medio Oriente. El jueves partió una formación con 10 tachos de 25 toneladas cada uno, una compra que realizó la Cámara Argentino Emiratí, que exportará la materia prima a Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos. Son países que tienen una fuerte restricción en el uso de agua debido a que una gran proporción de sus territorios están ganados por el desierto. Necesitan la alfalfa para alimentar a las vacas de sus tambos, que son de primer nivel mundial.
La segunda tiene aún más importancia estratégica y consolida el proceso de la Alfazal, ya que se trata de una exportación directa de la provincia. “Será una venta testigo a Qatar de 15 toneladas de alfalfa. Si ellos están conformes con la mercadería y nosotros comprobamos que los pagos llegan en tiempo y forma, ya hay firmado un contrato para proveerlos de otras 15 mil toneladas”, adelantó Lavandeira. Esta carga se hará efectiva el martes que viene y la salida también está prevista por el puerto de Buenos Aires, con logística aportada por la ZAL y transporte a cargo del Belgrano Cargas.
“Estamos exportando de San Luis al mundo. Esa alfalfa se la compramos directamente a los productores que ingresaron en el programa y confiaron en Alfazal, la procesamos en el predio de Villa Mercedes y la vende en forma directa la Agrozal. Toda la logística, el flete hasta el puerto, la contratación de la naviera, todo es un trabajo genuino de San Luis Logística. Si todo va bien y los qataríes aprueban esta venta testigo, vamos a lograr darle una estabilidad al precio de la alfalfa en el mercado local. Queremos que los productores dejen de sufrir por el clima durante el ciclo del cultivo”, agregó el funcionario.
Lo importante es la calidad. Tanto las 250 toneladas que le vendieron a la cámara empresaria como las 15 que irán a Qatar son de alfalfa premium, de primera calidad, que contiene entre el 18 y el 22 por ciento de proteína. “Ellos no compran otra cosa, porque la consumen en tambos y se la dan a los caballos de carrera, tiene que ser de excelencia”, aseguró Lavandeira, quien recordó el doble propósito del proyecto: “Es el inicio de un plan comercial y de producción para sanear la Cuenca del Morro, que sufrió durante años el monocultivo de soja que degradó miles de hectáreas. Generamos las condiciones de mercado para que los productores hagan alfalfa y, de paso, poder resolver el pasivo ambiental. Lo convertimos en círculo virtuoso desde lo comercial también”.
La Alfazal ya cuenta con alrededor de 15 productores que están haciendo alfalfa en sus establecimientos. La mayoría tiene su campo en la zona de la Cuenca del Morro, pero ampliaron el radio de acción y ya tienen otros al sur de Villa Mercedes y en el Valle del Conlara, en San Pablo y alrededor de Tilisarao, donde las condiciones de suelo y clima son muy favorables a este cultivo perenne que permite rotar las producciones y diversificar el negocio agrícola.
“Nosotros les compramos la alfalfa y la comercializamos de manera independiente. Antes les hacemos el servicio de corte directamente en el campo. Y pagamos un precio excelente, de nivel internacional. Esto le va a dar un estímulo espectacular a los productores, porque ya comprobamos que la alfalfa tiene rendimientos similares o superiores al de la soja. Es una alternativa de producción muy tentadora, porque además este fue un año seco, malo para los cultivos tradicionales”, según el titular de San Luis Logística.
Otra ventaja es que se mueve toda la economía, generando también puestos de trabajo indirectos en el sector del transporte, los fletes locales y los insumos para la siembra, entre otras variantes que acompañan al fenómeno comercial de exportación. “Esto es posible porque tenemos un gobernador que piensa políticas de largo plazo y un equipazo en la Agrozal. Solo así pudimos posicionar a La ZAL como un centro de cargas y de producción agropecuaria de referencia en el centro del país. Y mientras tanto, seguimos brindando el servicio de logística a empresas como la cordobesa Fondomonte, que sigue enviando alfalfa a Arabia Saudita a partir de la plataforma”, completó Lavandeira.
Alejandro Marín, el gerente de la Agrozal, también mostró su satisfacción porque “es la primera alfalfa que se produce en la Cuenca del Morro, procesada en la planta de Villa Mercedes y que consiguió un mercado de exportación en un ámbito muy competitivo, en el que San Luis recién ahora está incursionando”.
Recordó que las primeras entregas de semillas de alfalfa fue en 2018 en la Cuenca del Morro y que recién el año pasado, en septiembre, comenzaron con los cursos de capacitación para los productores y con los primeros contactos comerciales. “Dos ingenieros agrónomos visitan todos los días los campos donde crece la alfalfa, aconsejan la mejor manera de hacer los cortes, dan pautas sobre los cuidados del cultivo y eligen la mejor alfalfa para exportación, porque hay que ser muy exigentes, ya que los árabes también lo son”, agregó.
“Para la ZAL es muy importante, porque le podemos dar continuidad al negocio. Y a los productores, acostumbrados a años de hacer lo mismo y no siempre con buenos resultados, les mostramos que hay otra posibilidad agrícola además de la soja y el maíz. Y todo bajo los preceptos de la idea madre, que siempre fue cuidar el medio ambiente, al mismo tiempo que les damos una solución comercial rentable a su trabajo”, dijo Marín, quien trabaja junto con Martín Pereyra como referente comercial de la Agrozal, y los ingenieros agrónomos Alejandro Vergés y Federico Costanzo, quienes son los que salen al campo y tienen contacto directo con los agricultores. “Postergamos los trabajos conjuntos que habíamos iniciado con el INTA por la pandemia, pero los vamos a retomar apenas podamos, porque sus técnicos son un apoyo técnico fundamental para lograr calidad”, avisó.
A 130 dólares la tonelada de la alfalfa enviada a los Emiratos y a Arabia Saudita (con los costos logísticos a cargo del exportador); y a 320 que se logró valuar la de Qatar (allí todo corre por cuenta de San Luis Logística), es fácil calcular que la entrada de divisas será más que importante una vez que se consoliden las ventas y logren continuidad. “Al productor le pagamos entre 100 y 105 dólares por tonelada, según la calidad de sus cultivos. Es un mejor margen para ellos que el que les deja la soja y el maíz. Hoy acá es más rentable hacer alfalfa que cultivos de verano”, calculó con rapidez Marín.
Otro de los involucrados en el proyecto es Martín Aguirrezabala, el jefe del programa Comercio Exterior de San Luis Logística, quien apunta sobre todo a la previsibilidad: “Está claro que el mercado para esta materia prima es Medio Oriente, lo que nos permite tener un horizonte y saber dónde enfocarnos. Hay un consumo elevado de alfalfa y está en crecimiento, porque sus problemas con el agua no son de fácil solución. La provincia apostó a agregar valor, invirtió en una máquina compactadora de última generación y ya está viendo los frutos. Uno ve la alfalfa, los dólares, el negocio; pero también hay un tema ambiental importante, un seguimiento de la huella de carbono y un ataque frontal al desbalance hídrico de la Cuenca del Morro”, enumeró.
Para Aguirrezabala, “no es solo pasto, hay valor agregado y mucho recurso humano involucrado en cada operación. Es la primera prueba que tenemos de un proceso que se inició hace dos años, el primer pasito con mercadería puntana, procesada aquí. Esto le da sentido a la ZAL como centro de transferencia logística, un predio donde se manejan trenes y camiones, porque ya sale todo consolidado, con los trámites de Aduana incluidos. Figura el puerto de Buenos Aires, pero todo se hace en San Luis: la consolidación (es el guardado de los fardos en los contenedores), la fumigación que pide el comprador y hasta los trámites sanitarios que exige Senasa”, finalizó.
Con una demanda anual de 5 millones de toneladas, el mundo árabe es una aspiradora de alfalfa. La Argentina, por ahora, participa con unas 200 mil, por lo que San Luis tiene un potencial enorme para crecer y acaparar parte de ese mercado. “Hay que apostar a la alfalfa, generar conciencia, decirle no al monocultivo y seguir explotando esta salida comercial. Hay cuatro plantas más en la Argentina, además de la de San Luis. También exportan desde Santiago del Estero, de dos centros de Córdoba (Fondomonte es una subsidiaria de una empresa árabe, por lo que se exporta ella misma, y hay otra en Calchín) y Bahía Blanca, que tiene la ventaja de contar con puerto en la ciudad. Si lo de Qatar sale como esperamos, tenemos un contrato por 15 meses y 15 mil toneladas. Y yo creo que va a salir bien”, aseguró Lavandeira en la despedida, tan orgulloso como cuando empezó la charla.
Problemas para cobrar, con pesos devaluados!!. El negocio lo hace el gobierno.. como siempre.