En el corazón del delta del Paraná existe la tercera mayor cuenca forestal de la Argentina, con una gran oferta de sauces y álamos. La región quedó en la mira tras los fuertes incendios declarados en medio de la sequía de 2020, que llenaron de humo algunas ciudades como Rosario. Esto obligó a las autoridades a poner en marcha el PIECAS, un plan de manejo integral que data de 2008. Pero desde el Consorcio Delta de Prevención y Manejo del Fuego, su presidente, el especialista forestal Juan Manuel García Conde, adelantó a Bichos de Campo que desde el sector productivo consideran que el gobierno tiene una visión errada respecto al manejo de los focos de incendio.
“Si vos crees que el tema del fuego es una cuestión de tipo social, donde partís de la base de que es producto de la intencionalidad, estás sonado. En Argentina tenés distintos ecosistemas que no sólo tienen fuego, sino que necesitan de el”, aseguró García Conde. En ese sentido, agregó: “La visión tiene que ser desde un primer momento el reconocimiento de cuál es el régimen de fuego ecológico”.
Esta semana, para evitar los incendios descontrolados en el vasto delta, la cartera nacional de Ambiente dio nuevos pasos para implementar el demorado programa “Red de Faros de Conservación del Delta del Río Paraná”, a través de la Resolución 311/2021, cuyo objetivo será fortalecer el monitoreo institucional en distintas áreas protegidas del Delta. Esta iniciativa de detección temprana estará gestionada por la Administración de Parques Nacionales.
Pero desde la perspectiva de García Conde y otros productores de la zona, los Faros de Conservación no serían suficientes en tanto intentarían evitar la generación de focos que muchas veces, según el sector forestal, son naturales y necesarios.
“Está probado que los grandes fuegos coinciden con las grandes sequías y bajantes. Si lo miras desde el lado del combustible es lógico, esto es yesca pura, la pateas y prende. Hay que ver más allá de la idiosincrasia del ganadero que utiliza el fuego para renovar sus pastos. Llevamos un año y medio de sequía y bajante del río histórica”, sostuvo García Conde.
Frente a esto, el trabajo del Consorcio del que participan empresas forestales y también algunas ganaderas silvopastoriles, es realizar una detección temprana, con un sistema de cámaras que monitoreen, y alertar a productores y pobladores de los distintos focos existentes.
La propuesta diferencial radica en capacitar al productor para que esté preparado y sepa controlar el fuego más allá de su posterior erradicación.
“La actividad forestal ha encontrado como solución al tema del fuego principalmente el auto protegerse con detección temprana y equipos, brigadistas, etcétera. Hay suficientes argumentos en el mundo que dicen por dónde viene hoy la cosa, en un contexto de cambio climático que va a ser cada vez peor. Tenemos que cambiar la cabeza acerca de cómo hay que pensar la solución”, remarcó el presidente.
Mirá un programa de Bichos de Campo que retrató el sector forestal del delta: