Mientras que en la Argentina el sector elaborador de biodiésel está a un paso de implosionar, mientras que el etanolero tiene frenados varios proyectos de inversión por no contar con un marco normativo adecuado, en Brasil la agenda de los biocombustibles avanza porque se considera un factor estratégico de desarrollo y soberanía.
El ministro de Agricultura y Ganadería de Brasil, Carlos Fávaro, recibió esta semana a la presidenta de la estatal Petrobras, Magda Chambriard, en la sede del ministerio que preside para tratar cuestiones relativas a la agenda bioenergética.
“Me enorgullece haber sido el ministro que recibió, por primera vez en los 165 años del Ministerio de Agricultura, a la presidenta de Petrobras. Este encuentro acerca la agricultura al sector energético. Así de importante se ha vuelto la agricultura en Brasil, así de estratégica es. Y viceversa: entendemos que la agricultura puede, debe y será importante para Petrobras”, enfatizó Fávaro.
La presidenta de Petrobras enfatizó que la estrategia de la empresa estatal para los próximos años pasa por integrar los principales sectores de la economía brasileña.
“El futuro de Brasil pasa por un desarrollo conjunto entre la agroindustria y el sector petrolero. Son dos de los principales motores de nuestra economía y deben complementarse”, afirmó Chambriard.
Brasil, con un corte obligatorio del 27,5% de bioetanol con nafta más la habilitación del uso de bioetanol al 100% en los vehículos flex fuel, está sustituyendo más del 45% de la nafta por el biocombustible.
La “Ley del Combustible del Futuro”, aprobada el año pasado por iniciativa del presidente Inácio Lula da Silva, establece el marco regulatorio para subir el corte obligatorio de bioetanol con nafta en un 35%. Con ese impulso adicional, es muy factible que en algunos años más de la mitad del consumo interno en Brasil corresponda a bioetanol, lo que implicaría, en los hechos, que la nafta proveniente de fuentes fósiles sería el combustible “de corte” con bioetanol y no a la inversa como sucede hoy.
En el caso del biodiésel, la nueva norma brasileña prevé un incremento gradual en la mezcla obligatoria con gasoil fósil del actual 15% hasta llegar al 20% en 2030. También se contempla crear un Programa Nacional de Combustible de Aviación Sostenible (ProBioQAV), cuyo objetivo es fomentar la producción y el uso de combustible de aviación sostenible (SAF), y fomentar la fabricación de biodiésel hidrotratado (HVO).
“Estamos abriendo una serie de oportunidades en un nuevo camino que el mundo está recorriendo: la producción de energía renovable, verde y limpia que proviene de la tierra”, explicó Fávaro.