Un productor uruguayo, a pesar de encontrarse a escasos kilómetros de sus sufridos pares argentinos, puede vender soja a un valor 3,5 superior que el de sus vecinos.
Ayer jueves, mientras que la Soja Nueva Palmira se negoció a un precio de referencia de 525 u$s/tonelada, la Soja Rosario medida en dólar MEP cotizó en 150 u$s/tonelada.
El valor de la “soja billete”, es decir, cuántos dólares reales quedan en la mano del productor argentino al vender el poroto, se derrumbó en las últimas semanas porque el gobierno mantiene “pisado” el tipo de cambio oficial con el propósito de que siga operando como “ancla inflacionaria”, al tiempo que el valor del dólar MEP –a pesar de estar intervenido por el gobierno– se disparó en las últimas semanas.
Como las operaciones inmobiliarias en la Argentina se realizan en “dólar billete”, la cotización de la “soja billete” representa el poder real de compra al momento de adquirir campos, casas y departamentos en el país.
En cuanto a los equipos e insumos dolarizados, las cotizaciones de los mismos tienden a alinearse de manera creciente con el dólar Contado con Liquidación (CCL) al restringirse la posibilidad de adquirir divisas al tipo de cambio oficial, que se encuentra en 135 $/u$s.
La expansión de la brecha cambiaria no es producto de la escasez de divisas –que de hecho abundan en la economía argentina–, sino de un crecimiento bestial de la emisión de pesos que, lejos de aminorarse, viene subiendo para financiar el abultado déficit fiscal del Estado nacional.
Adicionalmente, la brecha cambiaria genera distorsiones –que son más grandes a medida que crece la brecha– que incentivan la salida de divisas del sistema, con lo cual el problema, lejos de solucionarse, se agrava con el paso del tiempo.
El denominado “dólar bolsa” o “dólar MEP”, que se encuentra en 326 $/u$s, se obtiene al comprar un bono argentino en pesos que posteriormente es transformado en otro bono similar en dólares. Se trata de una operación realizada dentro del mercado argentino.