En el Boletín Oficial de este martes apareció publicada la Resolución 19/2018, firmada por el secretario de Alimentos y Bioeconomía, Andrés Murchison. A través de la misma, se liberó comercialmente una semilla de maíz modificado que acumula varios eventos transgénicos, desarrollada por Monsanto.
Agárrese bien para leer el nombre del nuevo evento aprobado: MON-87427-7 y MON-87411-9, a la que se añade la acumulación de eventos MON-87427-7 x MON-89034-3 x SYN-IR162-4 x MON-87411-9, según el sistema de denominaciones utilizado por los países de la OCDE.
Es evidente que ha llegado la era de los maíces recontra apilados, ultra stackeados o como quieran decirle. Esto es: semillas con una gran acumulación de eventos (modificiaciones del ADN) para ofrecer un mayor número de resistencias y de mayor efectividad.
Este maíz desarrollado por Monsanto fue modificado genéticamente para ofrecer a los productores resistencia a insectos lepidópteros y coleópteros, y además tiene tolerancia al herbicida glifosato. Con este aval oficial, la Argentina llega a tener un total de 47 cultivos transgénicos autorizados desde que en 1996 liberó la primera semilla de este tipo a escala global, la soja RR. Monsanto tiene adempás otros maíces “stackeados” que esperan el aval de la Conabia.
La última aprobación, de marzo pasado, había sido para otro maíz desarrollado por la empresa Syngenta, que también que “stackeaba” (acumulaba, en la jerga de la biotecnología) varios eventos de tolerancia a glifosato y a glufosinato de amonio y de resistencia a lepidópteros y coleópteros. Era el Maíz BT11 x MIR162 x MIR604 x TC1507 x 5307 x GA21.
El tercer grupo semillero en discordia, de la mano de Dow (que se alió con Dupont a escala global), tiene en gatera otro maíz apilado: Maíz MON-89034 x DAS-01507-1 x MON-00603-6 x SYN-IR162-4 x DAS-40278-9. Se trata de un maíz resistente a lepidópteros, con tolerancia a glifosato, glufosinato de amonio, 2-4D y familia “fops”. Todavía está siendo evaluado por la Conabia.
Desde la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA) celebraron este tipo de aprobaciones. “La biotecnología continúa siendo una herramienta fundamental para mejorar la productividad agroindustrial de una manera sustentable, y por lo tanto reconocemos la gestión del Ministerio en mantenerla como una política pública”, dijeron a Télam directivos de esa organización.
“Este nuevo apilado de maíz proporciona protección contra insectos lepidopteros y coleopteros y resistencia a glifosato. Se suma a otros productos ya comercializados para reforzar las estrategias de manejo de resistencia de insectos llevadas a cabo por la Industria y los productores”, explicaron en la Asociación.
El maíz, que será comercializado en el país bajo la marca Dekalb, atravesó los tres filtros que pone el Estado para la aprobación de nuevos cultivos modificados. En primer término, la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria (Conabia) dictaminó que “los riesgos de bioseguridad derivados de la liberación de los mencionados maíces GM al agroecosistema, en cultivo a gran escala, no son significativamente diferentes de los inherentes al cultivo de maíz no GM”.
El Senasa, por su lado, evaluó que “el evento acumulado de maíz evaluado es sustancialmente equivalente a su contraparte convencional, por lo tanto, tan seguro y no menos nutritivo que el maíz convencional.”
Finalmente, en el análisis comercial realizado por el propio Ministerio de Agroindustria, a través de la Subsecretaría de Mercados Agroindustriales, se consideró que este maíz modificado de Monsanto “va a proporcionar una nueva herramienta para aumentar la eficiencia de manejo del cultivo”, ya que ofrece en conjunto resistencia a un amplio espectro de plagas y al herbicida más utilizado para el control de malezas.
En materia comercial, la aprobación de este maíz tampoco parece ofrecer riesgos, ya que según la evaluación oficial “sólo queda pendiente la aprobación del MON-87411-9 en Vietnam e Indonesia”, donde tienen fecha estimada de aprobación antes de 2020.