Gustavo Piloni produce y comercializa cítricos, tanto para el mercado interno como para el internacional, a través de la firma que lleva su apellido. Además participa de diferentes entidades del sector como Federcitrus y la Cámara de Exportadores de Cítricos del Noreste. Por esta razón, es una de las voces más autorizadas para mostrar qué sucede en ese sector.
“Estamos a un mes de concluir las cosechas gestadas en el 2024 y en breve arranca la nueva temporada de frutas. El balance de la que concluye es de mucha producción, producto en alguna medida del desequilibrio climático que hemos tenido, eso produjo un exceso de producción para este año, lo que se está notando en los mercados de cítricos dulces básicamente, no así el limón”, definió en primera instancia Piloni, durante una charla con Bichos de Campo.
La mayor cantidad de fruta no fue acompañada por un aumento en su calidad, sumado a la aparición de plagas favorecidas por el clima. Eso se tradujo en un encarecimiento de los labores.
Con respecto a la nueva temporada, el productor comentó: “Lo que estamos viendo es una escasez de lluvias y altísimas temperaturas que van a repercutir en calibre de la fruta terminada. Por eso se nota una merma en la producción en naranjas y mandarinas. Son las estimaciones que estamos haciendo a primera hora, teniendo en cuenta que todavía el desarrollo del fruto es pequeño en variedades intermedias y tardías. En las variedades muy precoces, ya estaríamos iniciando la cosecha de los primeros días de marzo y eso viene en condiciones normales”.
El panorama productivo no resulta entonces alentador. Tampoco los es el contexto macroeconómico para esta y tantas otras actividades productivas regionales.
En este caso particular, el mercado interno está deprimido y muy bien abastecido, a lo que se suman problemas en el acceso a los mercados internacionales.
“Cuando salimos a exportar a los países del hemisferio norte, donde se consumen tres cuartas partes de la producción mundial de cítricos, tenemos ventanas en las cuales podemos meter el producto, donde podemos obtener cierta rentabilidad, pero son cada vez son más chicas. Antes teníamos un periodo de exportación de 188 meses. Hoy eso se nos ha reducido a cinco meses y a veces un poco menos, de acuerdo a la colocación de nuestro producto en el hemisferio norte”, explicó Piloni.
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La alta competencia internacional obliga a los productores a ser más eficientes.
“Necesitamos que nuestro socio, el Estado, sea cada vez más competente, que esté dimensionado a la altura de un país pobre como Argentina. Y necesitamos urgentemente trabajar en los costos como la presión impositiva y algunas otras variables que no dependen de forma directa de nosotros”, sostuvo el productor.
“Yo no soy economista. No sé cuál es la salida, pero la relación de los costos con los valores de comercialización es extremadamente estrecha como para dejarle una rentabilidad al productor. Tenemos actualizaciones de costos todos los meses y los precios de venta planchados. Eso nos va quitando rentabilidad. Indudablemente no vamos a tener retorno para invertir en lo que es la producción, el campo, las labores, es un tema complejo y crónico”, añadió a continuación.
Piloni explicó con números los efectos de esa crónica de ausencia de políticas sectoriales, así como de crisis económicas recurrentes: “Hace exactamente 15 años atrás exportábamos en nuestra región 140.000 toneladas de cítricos y hoy estamos sacando 30.000 o 35.000 toneladas. Es la política de Estado de los últimos 20 años, lo que nos está llevando al fondo y expulsando a productores de los cultivos”.
“Podemos hablar de ideología, de lo que se te ocurra, pero esa es la realidad tangible: la brutal caída de producción, de competitividad sistemática del sector productivo. Yo hablo por lo nuestros cítricos. Pero en términos generales, ustedes ven las estadísticas y todas las producciones regionales tienen exactamente el mismo desarrollo”, concluyó el referente.