Aunque la mayoría de los agrónomos aplica el concepto de monitoreo en su trabajo, para Roberto Peralta, especialista en sanidad de cultivos y docente, aún falta formalizar una técnica para hacerlo correctamente. Y es esa inquietud la que lo llevó a convertirse en uno de los referentes del monitoreo sanitario de cultivos, qué para él es más que solo mirar y caminar un lote.
“Caminar un lote lo hace cualquiera. Monitorear es recorrer los cultivos constantemente y registrar información para ver la evolución de los problemas que pueden llegar a tener y anticiparse a ellos. Más allá de que un cultivo esté sano, vamos siempre a ver que cómo se va desarrollando y cómo se pueden presentar los problemas. Hacemos un historia clínico. Y siempre decimos que tiene que haber un profesional del monitoreo, pero que no necesariamente tiene que ser un agrónomo. Un peón capacitado puede monitorear”, dijo a Bichos de Campo Peralta.
De esta forma, monitorear no es sinónimo de control de plagas y malezas, sino de un paso previo que viene del ejercicio de observar.
“Aprender a observar no es fácil. La gente confunde observar con ver. Son dos cosas muy distintas. Uno percibe el entorno por los sentidos pero es gracias al cerebro y a su conocimiento que se llega a una observación”, afirmó el agrónomo.
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Es por eso que al hablar de sanidad vegetal se tienen en cuenta todos los posibles problemas sanitarios en forma integral: las plagas, las malezas, las enfermedades abióticas, la condición del suelo, etc. Así, al hablar de salud no se considera únicamente la presencia o no de un patógeno, plaga o maleza sino el estado general del cultivo.
Y frente a esto, el concepto de anticipación cobra una relevancia especial si se tiene en cuenta que la agricultura como proceso no es natural.
“Siempre que hacemos agricultura, no importa el modelo, estamos haciendo algo artificial. La agricultura es la disposición de plantas que la naturaleza no lo hace por sí sola nunca. En la naturaleza compiten todos con todos. El hombre dice ‘no quiero que compitan todo con todos, quiero compitan entre esta dos plantas’. Y entonces siempre la naturaleza te responde. ¿De qué forma? Nosotros le decimos plagas y malezas, le ponemos criterios. Pero ese problema es antrópico y no de la biología. Por eso el humano tiene que buscar soluciones para eso”, señaló Peralta.
A continuación, el especialista ejemplificó: “La plaga emblemática es el bicho bolita. Cuando empieza la siempre directa, este crustáceo apareció con el movimiento de los suelos. No es un insecto, respira por branquias y necesita muchísima humedad. Todo lo que hagas va a favor del suelo, a favor de la siembra directa, lo haces a favor de él: conservás humedad, aumentás materia orgánica en el suelo y lográs suelos más estables”.
¿Pero cuál es la solución? ¿Desechar la siembra directa? Para Peralta el monitoreo es la técnica que permite no dejar a un lado practicas que son excelentes para proteger el suelo y al mismo tiempo atender a los posibles efectos adversos.
“Sucede hasta con los cultivos de cobertura, donde hago mucho para mejorar el suelo y aparecen estas problemáticas después. Ser inconsciente de eso y no hacer monitoreo me puede hacer tirar por debajo técnicas buenas. Ahí hablamos del manejo integrado del cultivo, no solamente de la plaga sino de todo el sistema. Eso sirve para anticiparnos al problema y ver cómo mejoramos practicas como la siembra directa y los cultivos de servicio”, remarcó.
-¿Reconocés algún mito en torno al monitoreo?- le preguntamos.
-Sí, uno es cómo se debe recorrer el campo. El problema del agrónomo es que es muy técnico, somos muy cuadrados. Se piensa que el monitoreo es únicamente cuantificar una cosa, contar bichos, y no es así. Es tratar de ver cómo mejorás sabiendo que la información que recopilamos es siempre limitada, porque el conocimiento es limitado.
Y agregó: “Cuando empecé el monitoreo hace 20 años, el norte de Córdoba era un monocultivo de soja. Hoy ya hay mucho más maíz, hay cultivos de invierno, hay cultivos de cobertura. Antes era terrible porque era soja, lotes pelados todo el invierno y el viento volaba suelo a lo loco. Y era siembra directa solo que sin una política adecuada. Por sí sola no cuida el suelo, eso se tiene que entender”.
-Para cuidar el suelo entonces se deben llevar adelante una serie de acciones que deben incluir al monitoreo.
-Exactamente. Y no tener miedo a equivocarse. El concepto “manejo integrado de plagas” es ser políticamente correcto, es para quedar bien, y vas al campo y no siempre es así. A lo que voy a es no tener miedo a decir “mirá, esto lo estamos haciendo mal porque no nos queda otra pero lo queremos mejorar”. Si no te mentís vos mismo. Hoy hemos progresado pero queda mucho para mejorar. Los monitoreados, desgraciadamente somos los pesimistas del sistema, porque somos los encargados ver o plantear problemas.