Si alguien tuviera que resumir la historia de la Mesa de las Carnes para una enciclopedia debería escribir: Bloque de treinta y pico de entidades ligadas a las cadenas productores de diferentes carnes en la Argentina que se comenzaron a reunir a mediados de 2015 para promover mayores libertades en el comercio de esos productos. Tuvo su apogeo durante el gobierno de Mauricio Macri, pero a partir de 2019, con el regreso del peronismo, perdió protagonismo hasta casi desaparecer casi por completo de la escena pública en 2022, luego de que se reimplantara el cepo a la exportación de carnes, se prohibiera la exportación de siete cortes y se mantuvieran elevadas retenciones del 9% sobre ese alimento. También estuvo al borde de la fractura cuando el gobierno de Alberto Fernández impulsó la cuerteo obligatorio de la media res, que finalmente no prosperó”.
Hecha esta síntesis, la noticia de estas horas es que a pocos meses de las elecciones presidenciales y de un cambio de gobierno, la Mesa de las Carnes resurgió de sus cenizas de la mano de una decisión tomada por el ministro de Economía, Sergio Massa: la incorporación del maíz al esquema del Dólar Agro de 340 pesos, que provocó una inmediata suba del precio interno del cereal, que es muy utilizado por varios sectores, pero sobre todo los que producen proteínas animales.
Massa lo hizo: después de un silencio casi absoluto en los últimos dos años varios referentes de la Mesa de las Carnes se estuvieron reuniendo en la Exposición Rural de Palermo para consensuar un documento común que resuma las críticas que -por separado- todas las cadenas productoras de carne del país (vacunos, avícolas, porcinos y hasta ovinos) lanzaron contra este nuevo dólar Maíz que regirá hasta finales de agosto.
“Con profunda preocupación e incertidumbre, la Mesa de las Carnes analiza la nueva Resolución 295/2023 del Gobierno Nacional, que vuelve a intervenir en forma intempestiva y arbitraria el comercio de granos, afectando al maíz que es el principal recurso en la alimentación en las cuatro carnes que conforman la Mesa”, comienza el comunicado.
Luego el bloque, que es coordinado por el ex presidente de CRA y del IPCVA, el pampeano Dardo Chiesa, recordó que la ganadería “todavía no se ha recuperado de la sequía que la afecto y cuyos daños todavía no los podemos terminar de ponderar”. También marcó que este nueva modificación cambiaria los encuentra sufriendo del “retraso en el precio al consumidor” y de los valores de exportación.
“La baja de precios internacionales con un dólar atrasado menos retenciones del 9%, pone ya a toda la cadena en condiciones de quebranto”, advirtió la Mesa.
Pero yendo al nuevo tema introducido por Massa, los productores de carnes dijeron que “hoy más del 80% de la producción bovina realiza suplementación ya sea en forma estratégica, o bien se realiza en corrales de alta tecnología, con los mayores estándares de sanidad, bienestar y calidad, donde el maíz es el principal insumo”.
Respecto de la industria aviar, la Mesa apuntó que “atraviesa una de las peores crisis de su historia”, pues a la crisis general de la economía se le suma “la aparición de una nueva enfermedad, la influenza aviar, que no solo afecta la producción, si no que ha hecho perder, los mejores mercados y de mejores precios en el contexto internacional”. Los productores de ovinos y porcinos, según el comunicado, no pasan por mejores condiciones.
Según la resucitada Mesa, “la tensión de precios existente antes de la Resolución 295/2023, ya tenía a las 4 carnes en una situación de crisis, y la distorsión que instala en muchos casos no se podrá trasladar a precios por la situación de los mercados. A raíz de esto se provocará el peor daño de todos, que será la disminución de la producción, el vaciamiento paulatino de los corrales de engorde, el replanteo de dietas de menor calidad en el resto de las producciones, el freno de las inversiones y al empleo”.