El riesgo comercial presente en el mercado argentino, producto de la escasez de agroinsumos, podría finalmente ser parte de un problema bastante más grande.
“El país sigue paralizado tanto en importaciones como en ventas por parte de los importadores. A pesar de algunas mejoras en la situación debidas a las lluvias en ciertas áreas, la parálisis persiste”, señala el último informe de mercado de la consultora IF Ingeniería en Fertilizantes.
“Los precios tienden a la baja en el caso de la urea, al alza en los líquidos y a mantenerse estables en el fósforo. Sin embargo, hoy en día los precios son anecdóticos por la baja necesidad de compra de los productores y el escaso deseo de vender por parte de los importadores”, añadió.
El informe menciona que recientemente se programó el envío a la Argentina de un cargamento egipcio de urea por arribar hacia finales de octubre o comienzos de noviembre, mientras que los controles de importación (¡en plena época de siembra de maíz temprano!) retrasaron la descarga de algunas embarcaciones con fertilizantes.
“Hacia el cierre de la semana la oferta se ha vuelto aún más restringida y la demanda de fertilizantes está relacionada más con la necesidad de asignar recursos que con necesidades reales de los productores”, apunta la consultora.
Los precios mayoristas de referencia –aunque “testimoniales”– de la urea granulada son de 800 a 820 u$s/tonelada, mientras que los de DAP y MAP se ubican entre 890 y 915 u$s/tonelada.
Tal como sucedió el año pasado, la siembra de maíz temprano viene siendo muy limitada y la mayor parte de las “apuestas” del negocio estarán puestas en el maíz tardío en caso de que las condiciones del negocio sean las adecuadas.
Y en ese cálculo entra precisamente el resultado del balotaje del próximo 19 de noviembre, dado que si el candidato oficialista, Sergio Massa, resulta vencedor, es muy probable que gran parte del área programada para maíz tardío pase finalmente a siembras tardías de soja con un paquete tecnológico mínimo. En tal escenario, la demanda de fertilizantes se derrumbaría y la escasa disponibilidad de oferta interna del nutriente no sería un inconveniente.
En el escenario ganador del candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei, es factible que la demanda espere hasta diciembre –cuando asume el nuevo gobierno– para intentar escapar a las enormes distorsiones comerciales presentes actualmente, además de tener por entonces más clara la perspectiva del negocio agrícola del ciclo 2023/24.
En cualquier caso, el riesgo de una “implosión tecnológica” en el agro argentino no es despreciable, ya sea –en ambos escenario posibles posteriores al balotaje– por elección propia o bien por falta de tiempo para poder acceder a los insumos necesarios para buscar los mayores rendimientos agrícolas posibles.