El de la maquinaria agrícola ha sido uno de los mercados que mayores turbulencias atravesó los últimos meses. Y es que, a las dificultades económicas que atraviesa el agro, en la que persisten trabas para acceder al financiamiento, se sumó recientemente la apertura de la importación de maquinaria usada para competir con la producción nacional.
Un papel importante en esa puja la juegan los consumidores, los productores “de a pie” y contratistas, que deberán definir cuán conveniente es dar el salto tecnológico en este contexto y si, al hacerlo, es negocio optar por fierros usados que ingresen de otros países.
En el marco de Agroactiva 2025, una de las citas anuales más importantes del agro y la preferida por los “fierreros”, Bichos de Campo consultó a productores de distintos puntos del país sobre el presente que atraviesa el sector y cómo está el termómetro para incorporar maquinaria, sea nueva o usada.
El último informe de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA) confirma que ha habido un incremento de ventas en mayo, pero está a la vista que la inversión en maquinaria y tecnología va muchas campañas por detrás de lo que debería.
Celebrada como cada año en la localidad santafesina de Armstrong, Agroactiva es el lugar habitué de productores de todo el interior productivo. Para muchos, más que sólo una visita recreativa y en familia para ver maquinaria, es una oportunidad de cerrar algún negocio y volver a su campo con fierros nuevos.
De la consulta que hizo Bichos de Campo a varios de ellos, queda claro que este año el clima general lo define una frase: “Vamos viendo”. Y es que, aún con tasas de financiación elevadas, la baja en los precios de la maquinaria nueva no resulta del todo atractiva, y queda por definir si comprar usados importados es realmente rentable.
“Argentina es muy caro en maquinaria. Esperamos que mejoren los precios para adquirir tecnologías”, señaló Pablo Sames, un productor agropecuario de Frías, al sur de Santiago del Estero. En ese sentido, aseguró que tiene pensado invertir, pero que aún evalúa si conviene hacerlo en fierros nacionales o no.
“La única contra es que no hay financiación, pero los precios son muy competitivos”, afirmó respecto a la maquinaria usada traída de afuera.
Lo mismo dice Lucas Mentucci, un joven productor cordobés oriundo de Achiras. “No descartaríamos comprar un usado”, aseguró, en lo que fue su visita por primera vez a la muestra santafesina.
Los más experimentados son los que ponen algunos paños fríos en el entusiasmo por la maquinaria usada e importada. Es el caso de Rodolfo Warnes, que hace 28 años trabaja como cosechero en un establecimiento de Carlos Pellegrini, allí mismo en Santa Fe, y llama a evaluar cada caso en particular antes de hacer una compra.
“Hay máquinas usadas muy buenas pero otras destruidas. Todo depende del uso y mantenimiento que le den”, expresó. Y es esa la discusión que persiste detrás de la apertura a la importación de usados, que pueden tener pocos años de antigüedad pero mucho “trajín” encima.
En el caso de Warnes, por ejemplo, trabaja con la misma maquinaria desde hace 10 años, pero como sus patrones no hacen servicio y sólo la utilizan en sus campos, el estado es muy aceptable. Tampoco ve que haya muchas chances de hacer un recambio, al menos en el corto plazo: “Está frenado por los valores”, aseguró.
También está a la vista que no muchos tienen la certeza de que concretarán un buen negocio, pero sí expectativas de encontrar oportunidades, que al menos confluyan con sus planes productivos y posibilidades.
“Si hay posibilidad de sumar algo, lo sumamos”, afirmó el productor ganadero entrerriano Raúl Kuhn. En su caso, no descarta que, si la financiación es acorde, pueda dar un salto tecnológico en el establecimiento.
Para otros, la chance es aún difusa. “El costo de tomar crédito es todavía alto. Necesitamos que bajen las tasas”, expresó el santiagueño Pablo Sames.
Tras el diálogo con productores queda claro que el sector primario está ávido de incorporar maquinaria, y en muchos casos hasta lo necesita con cierta urgencia. Sin embargo, aún expresa precaución y aguarda por mayores señales de un mercado en vías de estabilización.
Entretanto, citas como la de Agroactiva son también el espacio en donde chacareros y trabajadores de todo el país pueden conocer sobre nuevas tecnologías, avances y lanzamientos.
“Venimos a conocer cosas que tal vez en el pueblo no vemos”, expresó Mentucci, que viajó desde la pequeña localidad de Achiras para ver de cerca los fierros. Lo mismo que Raúl Peiretti, un productor agropecuario de San Jorge, Santa Fe, quien afirma que no tiene intenciones de comprar pero sí “de ver todo lo nuevo”.