El temporal de este fin de semana mostró su peor cara en la zona norte de la provincia de Buenos Aires. En el partido de Chacabuco, el acumulado estuvo entre los 350 y 400 milímetros en pocas horas y el cuadro es el mismo que en muchas otras localidades aledañas. Hay campos bajo agua, caminos intransitables y, sobre todo, incertidumbre para los productores.
La noticia es la situación del agro porque, afortunadamente, en la ciudad bonaerense ubicada sobre la ruta 7 no se han lamentado pérdidas humanas ni desapariciones por las inundaciones. Hubo vecinos evacuados y muchas calles que se convirtieron en ríos, pero no escaló por sobre eso. Una situación muy distinta a lo que se vivió en localidades como Rojas o Salto, por ejemplo.
Es una forma de “mirar el vaso medio lleno”, dijo a Bichos de Campo el flamante presidente de la Sociedad Rural de Chacabuco, Alejandro Nicolás Sciarretta. Porque si tiene que hablar de lo que sucedió en la zona rural, ahí se borra el optimismo.
Aunque todavía no tienen estimaciones de la cantidad de hectáreas y productores afectados, el dirigente señaló que “toda la actividad agrícola-ganadera está complicada”. Para quienes planificaban la siembra de trigo, los campos inundados sólo demoran el trámite y generan preocupación sobre cómo quedará el suelo. Para quienes todavía no levantaron la cosecha gruesa, la incertidumbre es aún mayor.
“No sabemos qué quedará de todo eso cuando baje el agua”, afirmó Sciarretta, que asegura que aún queda una porción poco despreciable de soja de segunda y maíz tardío sin cosechar, y que hoy se encuentran bajo agua. Para toda la zona norte de la provincia, la Bolsa de Comercio de Rosario estimó que hay unas 250.000 hectáreas de soja sin recolectar.
También es una situación compleja para el sector ganadero, que ni bien escampó tuvo que salir a los campos a buscar la forma de mover los animales a los sectores más altos, para evitar que se enfermen o mueran. El problema, señaló el referente, es que “quedan muy pocas zonas altas y no están secas”. Para colmo, el clima no termina de mejorar y hasta se esperan más precipitaciones para el fin de semana.
Así lo viven cientos de productores, y hasta incluso del anterior presidente de la entidad local, Sebastián Sofía, que compartió a Bichos de Campo imágenes de su campo y recordó que no se veía una situación similar desde agosto del 2017.
“Estamos sin la obra del Salado, hay que terminar con el Plan Maestro de forma urgente”, señaló Sofía, que es el actual tesorero de la entidad. Así y todo, con este nivel atípico de precipitaciones, los dirigentes locales confirmaron que los canales que van hacia el Río Salado están “drenando bien”, y se espera que en no más de 20 días se normalice la situación en una gran porción del partido.
Lo cierto es que la obra, tan recordada por los productores con cada inundación, llega sólo hasta Junín. “Si estuviera hecha, por ahí no tendríamos tantos problemas”, deslizó Sciarretta, que también advirtió por el efecto que ha tenido sobre algunos caminos rurales de la zona.
Entretanto, esta semana diversas entidades de la zona se reunirán con funcionarios para pactar los términos y declarar la emergencia agropecuaria. Igualmente, no deja de ser un paliativo para una crisis que, cuatro menos, podría haber sido mucho menor de haber estado las obras necesarias.
Así y todo, es una ayuda económica parcial pero igual de necesaria. “Suele estirarse el pago de Ganancias o se rebaja un impuesto, pero aún no sabemos cómo será en este caso”, explicó el dirigente local.