Aunque muchos creen que sobre ellos hay un manto de misterio, a los empresarios de nacionalidad siria detrás de la producción yerbatera argentina -que convirtieron a su país en la principal importador del producto emblema de Misiones-, no les gusta demasiado jugar con esa leyenda. Por el contrario, sacan chapa de tener años de experiencia en el negocio, y toda una trayectoria en sus intentos por profesionalizar un rubro que todavía tiene mucho espíritu artesanal.
La historia de Omar Kassab, el dueño de la yerbatera Hoja Verde en Andresito, provincia de Misiones, es la historia misma del desembarco de los sirios en la actividad yerbatera. Omar trabaja en el rubro desde 1987, pero tiene una tradición familiar en torno a esa infusión que se remonta a la Segunda Guerra Mundial. No le gusta que lo consideren un extranjero, y aunque viene y va entre Siria y Andresito, donde tiene su planta, dice que ya se siente argentino de tanto jugar partidos de fútbol con sus amigos y empleados.
“Después de la Segunda Guerra, personas de Siria y Líbano comenzaron a venir. Estuvieron acá durante 20 a 25 años, y a su regreso se llevaron el mate abajo del brazo. Uno de ellos fue mi tío, de los primeros que se animó a volver, que llevó el mate a nuestro pueblo. Yo tenía 3 años más o menos”, contó a Bichos de Campo Kassab, durante una visita a su planta.
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Omar fue uno de los que se contagió con el tiempo de esta curiosa afición de sus compatriotas por la bebida tan argentina, y junto a un socio decidió apostar directamente en su corazón productivo.
“Con mi amigo Kabour comprábamos primero en La Cachuera (la productora de la yerba Amanda) y empezamos a mandar yerba para Siria. Fue poca demanda pero a través de los años y el esfuerzo por estar detrás de la calidad, crecimos. El Grupo Kabour luego hizo un convenio con Piporé y Amanda, y comercializábamos esas marcas allá”, recordó el empresario, que explicó que en ese país la infusión se toma de la misma forma, aunque en recipientes de vidrio o metal “por ser más higiénicos que el mate de calabaza”.
Pero ese empuje emprendedor se quedó corto y en 2004 optaron por instalar una planta propia, con vistas a modernizar el rubro.
“Queríamos algo más automatizado, con una visión por mejorar la calidad del sector por completo. Nosotros vemos que acá la yerba mate siempre fue algo popular y natural. Pero tenemos que ser consciente en primera medida de que es un alimento, y en segunda medida de que ese alimento tiene muchísimas propiedades y beneficios. Entonces, con más razón lo tenemos que cuidar. De ahí viene que en 2004 buscamos un terreno, gente para trabajar y empezamos a edificar”, explicó. Hasta ese momento, Kassab era la cara visible aquí del grupo Kabour.
El interés por Misiones en general, y por Andresito en particular, vino de la mano de la edad de los yerbales. Sucede que aquel punto en el mapa es de las zonas “más jóvenes” en las que se realiza la producción de la infusión. Cuando Kassab se estableció, las plantaciones no superaban los 20 años, algo clave en la búsqueda por mejor calidad.
Claro que otro punto de interés llegó de la mano de la geografía. “Siria es una zona árida, seca y montañosa. Vos venís acá y es todo selva y ríos. Es muy lindo y uno se adapta rápido. Quizás a lo que mucha gente no se adapta es a la poca vida que tiene Andresito, que es un pueblo chico”, señaló el sirio.
-Pone el énfasis en el proceso industrial. ¿Se puede profesionalizar mucho más la actividad?- le preguntamos.
-Sí, seguro. Se puede profesionalizar por completo, se puede llegar a mejorar. Lo que pasa es que no es tan fácil. Un secadero recibe 100 toneladas de hoja verde por día, 100 a 120 mil kilos, y tiene que pasarlo. Es mucho movimiento, mucha mecánica, es muy delicado todo el proceso. Pero estamos bien, estamos contentos con la calidad que nosotros logramos, con los depósitos donde se estaciona la yerba por un año y conseguimos que exprese su calidad.
Con los años, Kassab se abrió de su socio Kabour y en 2014 apostó por Hoja Verde, su propia planta de secado y procesadora. Desde allí vende con varias marcas, como Secadero y Don Omar, tanto al mercado local, pero también pensando en el objetivo inicial, que es proveer de yerba a su comunidad.
-Naciste pensando en exportar. ¿El chip sigue siendo ese? Porque ya no es un producto únicamente argentino.
-No, seguro. En Siria, en el 2011, empezó una guerra que podríamos llamar civil. En el 2013 nos encontramos con 4 millones y medio de refugiados sirios en Turquía. Fuimos inmediatamente a Turquía. Ya sabemos que el sirio donde va, lleva al mate abajo el brazo sin ninguna duda. Empezamos a trabajar ahí directamente para poder exportar a esta gente desde acá de la Argentina. Ellos terminaron contagiando a los turcos que ya están tomando mate. Muy poco, pero toman.
-Hoy Argentina consume cerca de 250 a 270 mil toneladas, pero exporta 40 a 44 mil. ¿Te parece un buen equilibrio? ¿Puede crecer más la exportación?
-Puede crecer mucho más. Primero tenemos que mejorar la calidad. Nosotros siempre miramos la cantidad y no a la calidad. Y eso es pan para hoy y hambre para mañana La calidad es un crecimiento permanente. Y después tenemos que mirar las ayudas con el tema de los impuestos, con todo el circuito de la producción.
-¿Y es muy difícil producir tan lejos de Buenos Aires?
-No es difícil porque hoy no hay más “lejos o cerca”. Hoy a través de las comunicaciones, a través de los aéreos, los autos rápidos y todo lo que vos quieras, estás cerca para todos lados.
-Tu tío en algún momento pegó la vuelta, extrañaba tanto que decidió volver. ¿Vos decidirás volver algún día o ya te hiciste misionero?
-Yo voy todo el tiempo a Siria. A veces voy o tres veces por año. Pero ya soy medio misionero sí. Es así la vida. Hay un dicho árabe que dice “donde tenés tu fuente de trabajo, quedate”.
LA YERBA DON OMAR ES LA UNICA QUE TIENE UN FONDO DE SABOR A HUMO, ES LA MAS SABROSA.
Porr el amor de Dios! Guiones sin sentido, errores de género en artículos y mucho más. Desastre total! Falta de seriedad a la hora de presentar una nota de carácter periodístico.
Se entiende que quien escribió debe tener 7 años, pero no tienen editor que supervise?Increíble!