De acuerdo a los datos preliminares de la faena vacuna del 2022, el año pasado los productores vendieron a las industrias cárnicas unas 13,7 millones de animales.
Este volumen resultó 7% superior al del 2021, quedó levemente por debajo del registro de 2020, empató la faena de 2019 y superó levemente la de 2018.
En definitiva, ya van 4 años de altos niveles de oferta ganadera, sin que se produzca una caída en el stock vacuno, lo que habla la mayor eficiencia productiva y reproductiva de la ganadería
La alta faena del año pasado tiene dos casusas principales.
Por un lado, la seca obligó a los productores a desprenderse de más vacas y a su vez a enviar al engorde a corral a terneros, novillitos y vaquillonas, que engrosan la oferta por estos meses.
Pero a su vez, el destete fue más alto, llegó al 68%, y eso también incremento la oferta de hacienda disponible para la faena.
En el caso de novillos y novillitos, según estas cifras preliminares el total sumó el año pasado año 6,8 millones, la misma cantidad que el año pasado.
Por el lado de las hembras llamativamente se remitieron a los frigoríficos 3,35 millones de vaquillonas y 260.000 terneras, el mismo volumen que en 2021.
En tanto, en la categoría vacas hubo un incremento a 2,62 millones de vacunos lo que significa un salto del 22%, que es atribuible a la fuerte demanda china del primer cuatrimestre del año y luego a la fuerte sequía que obligó a achicar la carga en los campos.
Sin embargo, las hembras significaron el 45,5% del total de la faena, lo que da cuenta de que no hubo liquidación alguna de estas categorías. Por el contrario, el productor aguantó todo lo que puedo porque quiere quedarse con hacienda en el campo y no dinero en la mano, y porque ahora sabe que falta poco para que la tendencia climática y de precios se revierta.