La campaña agrícola que viene presentará varios desafíos para los productores, que en muchos casos vienen golpeados tras dos años de clima adverso. Para colmo, si bien los precios de los granos subieron mucho más lo hicieron los insumos, lo que desmejoraría notablemente la relación de precios a futuro.
En breve arranca la precampaña de trigo, que obligará a estar bien encima de las estrategias productivas y comerciales. El ingeniero Fernando Miguez dijo que el 2022/23 “será un año para aplicar mucha agronomía. Hoy tenés una relación-insumo producto de más de 4,5 toneladas de urea y 7,5 de MAP por tonelada de trigo. Por lo tanto la estrategia es agronómica es clave”.
El consultor agragó que los lotes de maíz que sufrieron “el soplete” de enero son buenos antecesores de trigo, lo que permite no esperar a la siembra de la soja. “Y si hay que meterle mucho fósforo entonces posiblemente se vaya a soja y si estoy en 10 partes por millón (ppm) de fosforo le puedo aplicar dosis mínima de suficiencia, para que no limite el rinde, y además se puede inocular semillas con seudomonas que movilizan el fósforo del suelo. Y si estoy en 15 partes ppm seguro no lo voy a fertilizar”.
Escuchá a Fernando Miguez:
Miguez está seguro que esta nueva campaña caerá el nivel de uso de tecnología en el cereal de invierno. “Este año hay que ser muy cuidadoso, seguramente se le saque la alcancía al suelo. Definitivamente se va a fertilizar menos que en los años previos”, indicó.
En cuanto a la rotación posible de cultivos, el especialista dijo que “ir de maíz a soja implica un barbecho muy largo, por lo que se debería sembrar cultivo de servicio para controlar malezas o gastar más en herbicidas”.
“De una soja cosechada temprano se puede ir a trigo, pero de trigo-soja no es recomendable ir otra vez a trigo por las enfermedades, pero sí se puede ir a cebada-soja. Hay varias alternativas. En definitiva hay que analizar bien qué nutriente falta, la relación insumo-producto y contar con una captura flexible de precios”, se explayó.
Justamente ese es el otro lado de la moneda: la cuestión comercial.
Al respecto, Miguez consideró que “otra cosa para hacer es garantizarse los precios porque son históricamente altos en trigo y cebada y hay opciones para capturarlos”.
“Creo que hay más riesgos a la baja que posibilidades de mayores subas, a menos que siga creciendo la crisis entre Rusia y Ucrania”, amplió.
Otra opción comercial que recomendó es el canje de granos: “Cambiaría maíz que se está cosechando por insumos”.
Con respecto a la situación del mercado, destacó que el de trigo tiene muchos más riesgos de que siga o se profundice la intervención del gobierno que el de la cebada, cultivo que permite liberar antes el lote para entrar con soja de segunda y así mejorar el potencial de rinde de la oleaginosa. La cebada además cuenta con una interesante demanda para forrajera desde China, señaló.