Curioso. El programa más antiguo que tenía la Secretaría de Agricultura -con más de tres décadas de existencia- era Cambio Rural. Gozaba de buena reputación porque su trabajo desde que fue creado en los años 90 fue generar grupos de productores afines, potenciando el asociativismo, y promover proyectos conjuntos a partir de subsidiarles por un corto plazo de tiempo el financiamiento de un técnico asesor.
Curioso. El programa nació en la gestión de Felipe Solá como secretario de Agricultura, que todavía se muestra orgulloso de esa criatura, pensada para ayudar a los pequeños productores que, como está sucediendo ahora, tenían bajos precios de los granos y un atraso cambiario visible provocado por la Ley de Convertibilidad. Pero a pesar de que parece nuevamente muy necesario, el gobierno de Javier Milei decidió cerrarlo.
Curioso. El actual secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, en vez de reconocer esta triste noticia la calla. Y son los propios trabajadores despedidos de ese programa los que “confirmaron” en un comunicado la decisión oficial: Cambio Rural ya no existe.
“El Programa Cambio Rural enfrenta su fin, y con él se desvanecen las oportunidades para las pequeñas y medianas empresas agropecuarias de Argentina, que perderán el acceso a una política pública que lleva 30 años de trayectoria”, remarcó un comunicado firmado por el “Colectivo de trabajadoras y trabajadores Cambio Rural”, que luego se presenta de este modo: “Somos 54 familias de trabajadores profesionales que, desde el 1 de octubre nos encontramos sin empleo en todo el país”.
En el comunicado, los despedidos de este programa confirman un anticipo que semanas atrás había dado Bichos de Campo, mientras los funcionarios públicos callan: la nueva Secretaria de Economías Regionales y Pequeños Productores, la salteña Inés Liendo, tampoco ha dicho nada sobre lo que pretende hacer con dicho programa, dejando apenas a un coordinador nacional y un par de secretarias en las vacías oficinas de Buenos Aires.
Afuera quedaron medio centenar de técnicos que asesoraban los grupos, y que recordaron que “nacido en un contexto político y económico similar al actual, Cambio Rural ha sido un pilar para contener, apoyar y fomentar el crecimiento de pequeñas y medianas empresas que apostaron por la innovación y la asociación, siempre con su acompañamiento. Financiado por la Secretaría de Agricultura, y coejecutado junto al INTA, el programa ha demostrado ser una herramienta eficaz y eficiente”.
“Sin embargo, hoy nos enfrentamos a su desmantelamiento, resultado de la decisión del gobierno nacional de
prescindir de los profesionales que trabajan en el territorio. El proceso comenzó en febrero con un recorte de financiamiento y recursos concretos (15 camionetas), momento en el que atendíamos 7500 productores, planificando y promoviendo la innovación tecnológica, y ahora continúa con el despido de 54 profesionales con roles operativos específicos”, relataron las víctimas de este ajuste.
Curioso, las autoridades libertarias no han dado la cara ni para explicarles a ellos su decisión, a punto tal de que -según el relato de los despedidos- “el pasado 1 de octubre, recibimos una notificación desde una casilla de correo inventada (rrhheerr@magyp.gob.ar) y sin firma, informándonos que nuestros contratos no serían renovados, prometiendo la entrega de las certificaciones correspondientes”.
“Consideramos esto una falta de respeto y una actitud inaceptable. No tuvimos contacto con la persona responsable de esta decisión, Inés Liendo, quien parece desconocer las responsabilidades y el legado de la Secretaría. La presidencia del INTA –hoy renunciada-, se mantuvo en silencio, y hasta la fecha no hemos recibido su pronunciamiento sobre estos hechos”, finalizo la carta del Colectivo.