Sin querer, una empresa cordobesa podría estar a punto revolucionar el universo de las primeras citas. Con base en la localidad de Río Segundo, la firma Garlic lanzó al mercado un llamativo ajo negro, con el que promete dejar en el pasado el mal aliento y la acidez.
Hay que aclarar que no se trata de una nueva variedad de esta verdura. Por el contrario, se obtiene luego de someter al ajo tradicional a un proceso de caramelización bajo condiciones de temperatura y humedad controladas, que permiten eliminar su contenido de azufre. Este elemento químico es el verdadero villano de la película.
“Este proceso dura unos 40 días. Pasado ese tiempo, el ajo adquiere un color negro y de ahí su nombre. No se deshidrata, por el contrario mantiene una humectación importante. Lo interesante es que aparte de ser rico, guarda todo los beneficios que nos aporta nutricionalmente el ajo”, dijo a Bichos de Campo Ariel Detez, representante comercial de Garlic.
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La empresa nació de la mano de los socios Enrique Barra y Guido Francia, que decidieron apostar por un producto poco conocido en el país y sumar valor agregado a un sector poco industrializado. Lo cierto es que en otras partes del mundo, el ajo negro es muy consumido, especialmente dentro de la gastronomía asiática.
“Los comienzos fueron difíciles y la empresa tuvo sus altibajos, porque estabas vendiendo algo que era difícil de promocionar. Por suerte eso cambió y hoy tenemos una gran cadena. Igualmente, falta mucho todavía. Argentina es muy grande”, señaló Detez.
En los últimos años Garlic cosechó importantes logros como tener su propia planta industrial certificada y concretar exportaciones a Brasil. Ese empuje les permitió ampliar su portfolio de productos, que ofrece dientes de ajo con y sin cáscara, aceite de oliva inficionado y sal marina con ajo negro, entre otros.
“Hoy el principal cuello de botella es con el productor, pero nosotros estamos fomentando mucho esto de revalorizarlo para que no venda su producción así nomas. Eso puede salir al mercado local e internacional con valor agregado, y cuando conocen esta alternativa van aumentando su capacidad productiva”, indicó Detez.