El martes pasado el presidente Alberto Fernández anunció que el viernes comenzaría una “guerra contra la inflación y los especuladores”. Finalmente llegó el viernes. Y comenzó la guerra.
El presidente anunció que creará un “fondo de estabilización” con el propósito de subsidiar a las empresas elaboradoras de alimentos para “evitar el traslado de esta suba del precio internacional (de los granos) al precios que pagan los argentinos”.
Por medio de un mensaje transmitido esta noche, Fernández, si bien no dio detalles de la iniciativa –que será explicada mañana por el Gabinete Económico–, se refirió al nuevo aumento de derechos de exportación que viene en camino para los productos del complejo sojero (incluyendo al biodiésel).
Los ingresos adicionales, que provendrán de las exportaciones agroindustriales y contribuirán a reducir los precios internos de la soja (como de hecho ya está sucediendo), pasarían a integrar el “fondo de estabilización” para subsidiar, en principio, la bolsa de harina de trigo destinada a panaderías e industrias elaboradoras de panificados.
“La tonelada de trigo costaba el día anterior al inicio de la guerra (entre Rusia y Ucrania) menos de 300 u$s/tonelada. El inicio del conflicto generó un alza inusitada, que lo llevó a niveles récords: en la historia mundial el trigo nunca llegó a costar lo que costó en estos días, alcanzado valores superiores a 400 u$s/tonelada”, justificó el presidente.
“El precio interno del trigo que se utiliza para el pan, que se estaba comercializando en torno a los 26.000 a 27.000 $/tonelada antes del 24 de febrero (el día del inicio de la invasión a Ucrania), se elevó rápidamente a valores superiores a los 30.000 $/tonelada apenas iniciado el conflicto. Y en los últimos días hemos visto que superan los 35.000 $/tonelada”, añadió.
Anuncio del presidente de la Nación, Alberto Fernández.
https://t.co/K1z7OQHJ4M— Casa Rosada (@CasaRosada) March 18, 2022
“Yo sé que sería absurdo cargar en la guerra la culpa de nuestra inflación, pero la verdad es que la guerra está incidiendo negativamente y causando mayores problemas”, argumentó, para luego contradecirse y explicar que “no se trata de aumentos que obedecen al desorden macroeconómico que nos tocó afrontar (en referencia al gobierno de Mauricio Macri), sino de un impacto que golpearía aún más a los hogares con subas inusitadas en la canasta básica.
El presidente aclaró que la mayor presión tributaria por aplicar al sector agropecuario coincidirá con una mayor presión sobre las empresas elaboradoras de alimentos. “No vamos a dejar de controlar y fiscalizar precios. Vamos a aplicar la Ley de Abastecimiento si es necesario”, amenazó.
Fernández convocó a representantes de los sectores productivos, empresarios, trabajadores formales y de la economía popular, representantes del campo y el comercio, la pequeña y mediana empresa y la sociedad civil a “una mesa de acuerdo que permita diseñar un mañana en la lucha contra la inflación”.
Pero posteriormente aclaró que “he dado indicaciones a mis ministros y ministras para que construyan acuerdos con los diferentes sectores, pero que no duden en aplicar todas las herramientas del Estado para fijar y hacer cumplir las medidas necesarias”.
“Nuestra batalla hoy es contra los especuladores, contra los codiciosos, contra quienes buscan, aún en situaciones complejas, sacar una renta extraordinaria”, advirtió.
“Necesitamos luchadores contra la inflación en cada comercio, en cada mesa, en cada casa. Esta batalla necesita de cada uno de nosotros y nosotras (sic)”, afirmó el presidente.